Vídeo: las lluvias torrenciales colapsan el norte de Argelia y convierten las calles de varias ciudades en ríos

Un violento temporal sobre el norte del país africano genera auténticos torrentes que arrastran vehículos, anegan casas y dejan barrios enteros incomunicados. Un desastre que vuelve a poner de manifiesto la vulnerabilidad urbana ante episodios extremos de precipitaciones.

Un nuevo episodio extremo de precipitaciones ha golpeado el norte de Argelia, dejando un panorama devastador en numerosas localidades, especialmente en el municipio de Bir Mourad Raïs, dentro de la provincia de Argel, y en el de Hadjadj, en la de Mostaganem.

Allí, las calles se han convertido en auténticos ríos, con vehículos arrastrados por la corriente y viviendas completamente anegadas por el agua, como muestran los vídeos que circulan por las redes sociales.

Las lluvias torrenciales han sorprendido por su virulencia cuando muchas poblaciones no estaban preparadas para gestionar un volumen de lluvia tan intenso en tan corto espacio de tiempo.

#الجزائر : اجلاء 425 تلميذ حاصرتهم سيول الامطار بمدرسة في بلدية الحجاح ولاية مستغاتم يوم أمس #Algeria
3-11-2025 pic.twitter.com/qHf3Jb6knR

— طقس_العالم ️ (@Arab_Storms) December 4, 2025

Precipitaciones que han desbordado sistemas de drenaje y han dejado a numerosas familias atrapadas en sus hogares o intentando huir mientras el agua seguía subiendo.

Fenómenos extremos cada vez más frecuentes

La Organización Nacional de Meteorología argelina había emitido en las últimas semanas boletines alertando de “chubascos tormentosos” y “lluvias intensas” en varias provincias del país, con posibilidades ocasionales de granizo y rachas de viento.

Avisos que incluían la posibilidad de episodios extremos, aunque, finalmente, la magnitud del evento ha superado las expectativas y la cantidad de lluvia acumulada en pocas horas ha terminado colapsando sistemas de evacuación, drenaje y saneamiento.

Un fenómeno que adquiere especial relevancia en un contexto global de cambio climático, que aumenta la probabilidad de eventos extremos —la ONU acaba de alertar de un aumento del 83% en los desastres climáticos registrados en las naciones árabes en las últimas cuatro décadas—, cuya recurrencia alerta sobre la necesidad de reforzar la resiliencia urbana, las infraestructuras de drenaje y los sistemas de aviso y evacuación.

Consecuencias e impactos

Solo los desastres climáticos acaecidos en 2024 en el norte de África afectaron a casi 3,8 millones de personas y provocaron más de 300 víctimas mortales, principalmente por olas de calor e inundaciones.

Catástrofes que tienen un altísimo coste, sobre todo en términos de vidas humanas, pero también social y económico.

• Pérdidas materiales severas: vehículos arrastrados, calles destrozadas, zonas residenciales inundadas, hogares con daños estructurales severos.
• Crisis humanitaria local: familias desplazadas, hogares inhabitables, pérdida de bienes personales, interrupción de servicios esenciales.
• Parálisis urbana: vías cortadas, imposibilidad de tránsito y dificultades para llegar a hospitales, lo que agrava la situación sanitaria.
• Incremento de vulnerabilidades preexistentes: factores como barriadas con un urbanismo precario, drenaje insuficiente o inexistente e infraestructuras obsoletas, que multiplican el impacto.

Advertencias desde la meteorología

Para los especialistas del clima, este tipo de eventos deben servir como llamada de atención. Y es que, la repetición creciente de lluvias intensas, está convirtiendo regiones tradicionalmente consideradas de riesgo moderado, en zonas muy vulnerables a inundaciones severas.

Por eso, resulta fundamental la planificación urbanística para mitigar sus efectos. Medidas que deben incluir necesariamente la construcción de drenajes adecuados, barreras contra inundaciones, sistemas de evacuación y de alerta temprana y concienciación ciudadana.

Además, es necesario profundizar en el estudio de las causas meteorológicas que dan lugar a estas precipitaciones extremas —como la convergencia de aire húmedo mediterráneo con frentes fríos, o la interacción entre masas de aire—, lo que resulta clave para anticipar episodios futuros.