Cuidados del ciclamen: características y dónde colocar a la flor del frío

El ciclamen, también conocido como la “violeta de los Alpes”, transforma el invierno con sus colores vivos y su elegancia natural. Aprende cómo cuidarlo para disfrutarlo todo el año.

Ciclamen
El ciclamen destaca en invierno con sus flores vibrantes y hojas en forma de corazón, aportando color y vida cuando el jardín entra en reposo.

Pocas flores desafían las bajas temperaturas con tanto estilo como el ciclamen. Esta planta, de raíces tuberosas y hojas en forma de corazón, se convierte en la reina de los meses fríos. Sus pétalos, que parecen flotar sobre tallos finos, iluminan interiores y jardines cuando la mayoría de las plantas descansan. Aunque parece frágil, es sorprendentemente resistente y agradecida si se la trata bien.

Originario de zonas montañosas del Mediterráneo y Oriente Medio, el Cyclamen persicum se ha convertido en una de las plantas más apreciadas en los hogares durante el invierno. Su historia está llena de simbolismo y curiosidades que la han mantenido viva desde hace siglos, además de ser una excelente compañera para quienes buscan color sin renunciar a la elegancia.

El origen y el simbolismo del ciclamen

El nombre “ciclamen” viene del griego “kuklos”, que significa “círculo”, aludiendo a la forma redonda de su bulbo. En tiempos antiguos se le atribuían propiedades “purgativas” y, según los textos clásicos, incluso se usaba en pócimas “afrodisíacas”. Sin embargo, más allá de su fama medicinal, fue durante el Romanticismo cuando esta flor resurgió como símbolo de sensibilidad y belleza discreta.

Su espectro de colores es amplio: desde el blanco más puro hasta el rojo intenso, pasando por los tonos rosados, lilas o morados. Algunas variedades son perfumadas y otras presentan pétalos multicolor o con bordes blancos. A pesar de su aspecto inofensivo, hay que recordar que contiene ciclamina, una sustancia tóxica si se ingiere, por lo que conviene mantenerla fuera del alcance de niños y de mascotas.

Dónde colocar el ciclamen y cómo cuidarlo correctamente

El secreto para mantener un ciclamen sano está en su ubicación. Prefiere lugares frescos y luminosos, pero alejados del sol directo y de fuentes de calor como radiadores o estufas. Su temperatura ideal ronda los 15 ó 16 grados. Si decides tenerlo al aire libre, elige zonas con sombra o semisombra, como al pie de un muro o bajo un árbol.

Ciclamen
El ciclamen es una planta resistente al frío que florece incluso en los meses más duros, convirtiéndose en la protagonista ideal para interiores y terrazas.

Cada especie tiene su propio calendario de floración. Las variedades más populares, como el Cyclamen persicum o el Cyclamen coum, florecen entre invierno y primavera. En cambio, el Cyclamen hederifolium o el Cilicium lo hacen en otoño y desprenden un aroma más intenso.

En cuanto al riego, menos es más. Es mejor esperar a que la tierra se seque antes de volver a regar, evitando que el agua toque las hojas o flores para prevenir hongos. Lo ideal es hacerlo desde la base o por inmersión, dejando escurrir bien el exceso. Un abono líquido para plantas con flor una vez por semana mantendrá su energía y color.

Consejos para prolongar la floración del ciclamen

Durante el verano, el ciclamen entra en reposo. Es normal que pierda hojas y parezca inactivo: en realidad, se prepara para el siguiente ciclo. En esta fase, reduce el riego y guarda la maceta en un lugar fresco y seco. Cuando el calor empieza a bajar, volverá a brotar, señal de que es momento de trasplantarlo a un sustrato suelto y bien drenado.

Un truco eficaz para alargar la floración es eliminar las flores marchitas. Esto estimula nuevos brotes y mantiene la planta vigorosa. Si la cultivas en el jardín, una capa de paja o corteza en la base ayudará a conservar la humedad y proteger las raíces del exceso de calor.

Y para quienes disfrutan de tener flores frescas en casa, el ciclamen también puede ser protagonista de los ramos naturales. Basta con cortar los tallos en diagonal, colocarlos en agua limpia y recortar un par de centímetros cada pocos días. Con estos cuidados, el ramo puede durar más de una semana con toda su frescura.

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