Guía esencial para cuidar, paso a paso, las orquídeas: poda, trasplante y riego
Estas apreciadas y bellísimas plantas requieren de cuidados específicos para mantenerse saludables y florecer año tras año. Aprende cómo podarlas correctamente, trasplantarlas en el momento adecuado y regarlas de manera eficiente para disfrutar de su belleza sin complicaciones.

Sinónimo de elegancia y sofisticación, las orquídeas son una de las plantas más apreciadas en la jardinería ornamental gracias a su belleza exótica y a la variedad de colores y formas que presentan. Precisamente por ello, muchas personas creen que son extremadamente delicadas y difíciles de mantener.
La buena noticia es que, siguiendo los cuidados adecuados —poda, trasplante y riego— es posible disfrutar de orquídeas sanas y florecientes durante mucho tiempo. Y es que, los cuidados de las orquídeas no son complicados si aprendes a observarlas y a respetar sus necesidades.
En esta guía aprenderás cómo podarlas, cuándo trasplantarlas y cómo regarlas correctamente, con consejos prácticos que funcionan especialmente bien en orquídeas Phalaenopsis —comúnmente llamadas orquídeas alevilla o mariposa—, la variedad más común en los hogares.
Cómo podar orquídeas correctamente
La poda de las orquídeas no solo ayuda a conservar su estética. Sobre todo, es clave para mantenerlas fuertes, dirigir su energía hacia el desarrollo de nuevas raíces y estimular la formación de nuevas floraciones.
Hola, ¿Quieres empezar a cultivar orquídeas?
— 𝐄𝐥 𝐂𝐡𝐢𝐜𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐚𝐬 𝐎𝐫𝐪𝐮𝐢𝐝𝐞𝐚𝐬 (@ChicoOrquideas) February 2, 2025
Mucho se dice de ellas, que son muy difíciles, que requieren muchos cuidados, que necesitan estar en agua, etc. etc. etc.
Aquí algunas recomendaciones de un Biólogo amante de las orquídeas.
Hilo: pic.twitter.com/eKkI1ku8Jd
¿Cuándo podar? El mejor momento es justo después de la floración, cuando los pétalos han caído. En ese momento el tallo floral ya ha perdido su función principal, pero puede seguir consumiendo energía de la planta.
Ten en cuenta que, si el tallo floral está verde, puedes conservarlo (a continuación, te explicamos cómo podarlo), ya que puede generar nuevas ramificaciones y flores. En cambio, si se ha secado, lo mejor es eliminarlo desde la base.
Este es el modo correcto de podar tus orquídeas.
- Usa tijeras limpias y desinfectadas.
- Corta el tallo verde unos 2 cm por encima de un nudo (una pequeña protuberancia visible)
- Retira hojas amarillas o raíces dañadas para evitar enfermedades.

Recuerda: con una poda adecuada, la planta concentra su energía en raíces y hojas sanas, preparándose para florecer de nuevo.
Trasplante de orquídeas: cuándo y cómo hacerlo
El trasplante es otro de los cuidados básicos de las orquídeas. Con el tiempo, el sustrato pierde aireación, se compacta y retiene demasiada humedad, lo que puede favorecer la aparición de hongos o bacterias o terminar pudriendo las raíces y matar a la planta.
Por regla general, se recomienda trasplantar cada 1–2 años, preferiblemente después de la floración para no interrumpir su ciclo natural.
Pero, además, las señales que muestran que una orquídea necesita un trasplante urgente son un sustrato degradado o compactado, raíces de orquídeas que sobresalen demasiado de la maceta o falta de floración a pesar de recibir cuidados adecuados.

Para trasplantar orquídeas paso a paso.
- Extrae la planta con cuidado y limpia las raíces.
- Elimina raíces secas o podridas con tijeras desinfectadas.
- Colócala en una maceta transparente con orificios de drenaje.
- Usa sustrato para orquídeas: corteza de pino, perlita o musgo sphagnum.
Espera dos días antes de regar para que las raíces cicatricen y se adapten al nuevo medio.
Riego de orquídeas: frecuencia y consejos prácticos
El riego es el aspecto más delicado de los cuidados de las orquídeas, por lo que es importante seguir estas reglas.

- Frecuencia: en climas templados, basta con un riego semanal; en verano o ambientes secos, cada 4–5 días.
- Método: lo ideal es sumergir la maceta en agua durante unos diez minutos y dejar escurrir por completo.
- Calidad del agua: las orquídeas prefieren agua de lluvia, filtrada o con bajo contenido en sales minerales.
- Observación: las raíces verdes indican suficiente hidratación; si se ven plateadas o secas, es momento de regar.
Un buen riego garantiza que la planta reciba nutrientes y oxígeno de manera equilibrada, previniendo problemas comunes como la pudrición radicular. Sólo tienes que saber leer correctamente los signos que te muestra y hacerla feliz en una estancia de tu casa donde reciban luz brillante pero indirecta.
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