Qué árboles frutales plantar en otoño: el secreto de una buena cosecha empieza ahora

El otoño es la estación perfecta para iniciar un huerto que dará frutos abundantes en las siguientes temporadas. Descubre cómo elegir, preparar y cuidar las especies más adecuadas para asegurar un desarrollo sano y una cosecha prometedora.

¿Estás pensando en plantar árboles frutales? ¡Buenas noticias! Estás en la mejor época del año para hacerlo.

La primavera es la estación de las flores, de los brotes verdes y del renacer de la naturaleza. Por eso, cuando pensamos en plantar árboles frutales, la mayoría imagina esta como la mejor estación para hacerlo.

Sin embargo, quienes saben de huertos conocen bien secreto: el otoño es la mejor época para plantar frutales y garantizar que prosperen.

Proyectar un huerto en otoño ofrece múltiples ventajas que se traducen en un mejor arraigo y, a la larga, en cosechas más generosas. Te contamos por qué y cómo hacerlo.

¿Por qué plantar árboles frutales en otoño?

Las temperaturas suaves, las lluvias frecuentes y la ausencia de calor extremo crean el entorno ideal para que los árboles enraícen sin estrés.

Aunque durante el invierno parece que la planta “descansa”, sus raíces siguen creciendo bajo tierra, preparándose para brotar con fuerza en primavera.

Además, plantar en otoño reduce la necesidad de riegos gracias a la humedad natural de la estación. Y lo más importante: ayuda a que los frutales soporten mejor el verano siguiente.

Factores clave para acertar en la elección de los frutales

A la hora de escoger las especies arbóreas que formarán parte de tu huerto de frutales tienes que tener en cuenta aspectos muy importantes:

  • Clima de tu zona. Algunos frutales requieren pasar frío para florecer (manzano, peral, cerezo), mientras que otros se desarrollan mejor en climas cálidos (mango, aguacatero, cítricos).
Si vives en una zona de clima cálido, el mango es una buena opción para obtener una fruta deliciosa y llena de vitaminas.
  • Tipo de suelo. Conocer tu terreno es fundamental para acertar. Los suelos arcillosos (avellano, membrillo), arenosos (almendro, granado) o más húmedos (arbustos de frutos rojos como la frambuesa, el arándano o las moras) condicionan la elección del árbol.
  • Espacio disponible. Un jardín amplio permite apostar por árboles frutales de mayor porte, como los nogales. Sin embargo, la falta de espacio no es un inconveniente mientras apuestes por variedades enanas (pequeñas y compactas gracias a injertos) o de porte reducido.

Qué frutales plantar en otoño para asegurar una buena cosecha

Las siguientes especies garantizan mayores probabilidades de éxito para quienes se inician en el gratificante mundo de la jardinería y buscan un proyecto a futuro.

  • Manzano: resistente y adaptable, es perfecto para climas templados y fríos. Sus frutos son versátiles en la cocina y muy fáciles de conservar.
  • Peral: similar al manzano en cuidados, ofrece peras jugosas y dulces. Ideal para zonas con inviernos frescos.
  • Ciruelo: poco exigente y muy productivo, se adapta a diferentes suelos y climas. Es una excelente opción para principiantes.
El ciruelo es un frutal especialmente resistente, ideal para principiantes.
  • Cerezo: además de cerezas deliciosas, regala una floración espectacular en primavera. Eso sí, necesita pasar frío en invierno.
  • Melocotonero: algo más delicado (requiere suelos bien drenados), recompensa con frutos aromáticos y sabrosos en climas soleados.
  • Granado: perfecto para zonas cálidas, soporta bien la sequía y produce frutos ricos en antioxidantes.
  • Nogal: necesita espacio y paciencia, pero es un árbol majestuoso y longevo, ideal si buscas un frutal para toda la vida.

Cómo plantar frutales en otoño paso a paso

Estos sencillos pero indispensables pasos te ayudarán a que tu árbol recién plantado enraíce mejor en el terreno:

Un buen procedimiento de plantación es fundamental para conseguir que tu frutal enraíce adecuadamente.
  1. Elige bien el día: mejor uno fresco y sin viento.
  2. Selecciona el lugar más adecuado: debe haber suficiente espacio entre árboles para que puedan crecer sin competir por la luz y los nutrientes.
  3. Prepara el terreno: airea la tierra y enriquécela con compost o estiércol.
  4. Cava un hoyo amplio: al menos el doble de ancho que el cepellón.
  5. Guíalo: coloca un tutor para que el árbol crezca recto y protegido del viento.
  6. Riega bien al plantar para asentar las raíces.
  7. Añade acolchado (hojas secas, corteza, paja) para conservar la humedad y proteger del frío.

Y recuerda, los primeros frutos pueden tardar, pero seguro que la espera se verá recompensada con cosechas llenas de sabor y la satisfacción de haberlos cultivado tú mismo.