Funicular de Glória: descubre la historia y el legado de este icono de Lisboa

El Elevador de Glória, inaugurado en 1885, es uno de los símbolos más queridos de Lisboa, conectando el barrio más alto con su centro histórico. La ciudad está de luto tras el terrible accidente de ayer.

Este funicular es una de las principales atracciones turísticas de Lisboa, y ayer sufrió un catastrófico accidente.

Lisboa es una ciudad de colinas, miradores y callejuelas empinadas, por lo que para recorrerla sus habitantes siempre han necesitado ingenio. Y de ahí nacieron los famosos funiculares, pequeños trenes que conectan partes altas y bajas de la urbe.

Entre ellos, el Elevador de Glória se ha convertido en uno de los símbolos más reconocibles de la capital portuguesa, no solo por su funcionalidad, sino también por la huella cultural y turística que ha dejado a lo largo de más de un siglo.

El trágico accidente de un funicular más que centenario

El Elevador de Glória fue inaugurado el 24 de octubre de 1885, diseñado para conectar la Plaza de los Restauradores con el Jardín de San Pedro de Alcántara, en pleno Bairro Alto.

En sus inicios funcionaba gracias a un sistema de contrapeso de agua, más tarde pasó a utilizar la energía de vapor y, finalmente, fue electrificado en 1915, lo que le dio la estabilidad y eficiencia que, hasta hace poco, parecían incuestionables.

Sin embargo, la trágica noticia del accidente ocurrido ayer, cuando uno de los vagones descarriló causando al menos 17 víctimas, ha teñido de luto la historia de este icono lisboeta. Un símbolo que, durante más de un siglo, había representado innovación y seguridad, hoy se encuentra en el centro de un profundo debate sobre la conservación y modernización de los transportes históricos.

Este funicular fue proyectado por el ingeniero portugués Raoul Mesnier du Ponsard, responsable también de otros elevadores icónicos de Lisboa, como el de Santa Justa o los de Bica y Lavra.

Una experiencia única de Lisboa

Subirse al Elevador de Glória no es solo un medio para evitar la cuesta empinada que une Restauradores con el Bairro Alto. A pesar de su breve recorrido, apenas 265 metros, regala al viajero la sensación de entrar en contacto directo con la vida de la capital portuguesa. Eso sí, las autoridades han confirmado su cierre temporal tras la reciente tragedia para investigar las causas del accidente.

Las fachadas pintadas con azulejos, el ambiente bohemio del Bairro Alto y la llegada al mirador de San Pedro de Alcántara, con una de las vistas más espectaculares de Lisboa, convierten este trayecto en un atractivo turístico en sí mismo.

Además, su exterior suele estar cubierto por graffiti y arte urbano, lo que lo transforma en una pieza cambiante que refleja la creatividad lisboeta.

Montarse en el Elevador de Glória es mucho más que desplazarse de un punto a otro, es recorrer parte de la historia de Lisboa, experimentar la fusión entre tradición y modernidad y, sobre todo, comprender por qué este funicular se ha convertido en un símbolo de la ciudad a pesar de las trágicas circunstancias recientes.