Así es el faro más aislado de la España peninsular y que puedes visitar: un lugar privilegiado en la Costa da Morte

Descubre una joya arquitectónica rodeada de acantilados, el mar embravecido y la naturaleza salvaje. Un lugar ideal para viajeros que buscan tranquilidad, paisajes únicos y dejarse cautivar por un rincón mágico e inolvidable en la siempre recomendable Galicia.

Uno de los lugares más mágicos y tranquilos de la Costa da Morte es este espectacular faro.

La legendaria Costa da Morte debe su nombre a la peligrosidad de sus aguas, que han sido escenario de innumerables naufragios a lo largo de los siglos. Su carácter agreste y salvaje la convierte en una zona única, donde el océano Atlántico muestra toda su bravura.

Allí, en las proximidades del municipio gallego de Malpica de Bergantiños, rodeado de mar y rocas, e inamovible a la fuerza de los vientos del norte, se levanta uno de los faros más impresionantes y el más aislado de la España peninsular: el Faro de Punta Nariga.

Una obra que combina funcionalidad, belleza y simbolismo y que se ha convertido en un punto de referencia para los amantes del paisaje, la fotografía y el turismo tranquilo. No es para menos.

Arquitectura única en armonía con el mar

Diseñado por el reconocido arquitecto gallego César Portela ( Medalla de Oro de la Arquitectura 2023) e inaugurado en 1998, el diseño del Punta Nariga rompe con la imagen clásica de los faros, consiguiendo integrarse perfectamente con el paisaje rocoso que lo rodea.

Escultura de César Portela, también arquitecto del Faro Punta Nariga.

Construido en bloques de granito gallego, el edificio presenta formas que evocan la proa de un barco, como si la estructura estuviera a punto de echarse a la mar.

En lo alto, la linterna guía a los marineros, pero también sirve como mirador para quienes se animan a visitarlo. Las vistas son simplemente espectaculares: acantilados, olas rompiendo con furia contra las rocas y el horizonte atlántico extendiéndose hasta el infinito.

Uno de los detalles más singulares del faro es la escultura situada en la punta, obra del propio Portela, que representa una figura humana abrazando el viento, como símbolo de la fusión entre el hombre y el mar.

Un lugar aislado… pero accesible

Pese a su merecida fama de aislamiento, llegar a Punta Nariga no es complicado. El faro se encuentra a unos 12 kilómetros del centro de Malpica, y la carretera, aunque estrecha y sinuosa, ofrece paisajes increíbles.

A medida que uno se acerca hacia el faro, el bullicio urbano desaparece y el silencio solo se ve interrumpido por el rugido del mar y el graznido de las gaviotas.

Eso sí, es importante tener en cuenta que en los días de temporal el viento puede soplar con fuerza. Además, la zona no cuenta con grandes infraestructuras turísticas, lo que, precisamente, le otorga aún más autenticidad.

Qué hacer en Punta Nariga

El faro no es solo un lugar para contemplar. Es un espacio para detenerse y sentir la fuerza del océano.

La forma del Faro de Punta Nariga evoca la proa de un barco

Muchos visitantes se acercan al atardecer, cuando el sol tiñe de tonos dorados y anaranjados las rocas y el mar. Es, sin duda, un espectáculo inolvidable para fotógrafos y amantes de la naturaleza.

En los alrededores también hay rutas de senderismo que permiten explorar la costa y descubrir pequeñas calas y formaciones rocosas, por lo que es habitual ver a ciclistas y caminantes disfrutando de este apartado rincón y experimentando una sensación de total libertad.

Un símbolo de la Costa da Morte

El Faro de Punta Nariga no solo cumple su misión de señal marítima, sino que se ha convertido en un icono turístico y cultural. Representa la unión entre tradición y modernidad, entre la fuerza indomable del océano y la creatividad humana.

Si en estas vacaciones estivales buscas un lugar diferente, lejos del turismo masificado, Punta Nariga es una apuesta segura.

Un enclave donde el tiempo parece detenerse y donde la naturaleza muestra su lado más puro y salvaje. Eso sí, recuerda llevar calzado cómodo y ropa de abrigo (incluso en verano). Es lo único que necesitarás para dejarte cautivar por uno de los rincones más mágicos de Galicia.