Todo lo que debes saber sobre las medusas

En estos días de calor la playa suele ser una buena opción para refrescarse. Las medusas son el enemigo número 1 de los chapuzones veraniegos, ¡el terror de los bañistas! Aprende a localizarlas y descubre qué hacer si te "pican".

Medusa luminiscente
La medusa luminiscente puede navegar por cualquiera de las playas españolas. Foto de Medusas.org

Los chapuzones en la playa tienen un enemigo común: las medusas. Son animales marinos de aspecto gelatinoso que muestran un movimiento fino y elegante, que hipnotiza y aterroriza a la par. Todos sabemos lo urticantes que resultan sus tentáculos, por experiencia propia o testimonios cercanos. “Escuece muchísimo”, suelen recordar sus víctimas.

También conocidas como aguamalas, aguavivas o lágrimas de mar, las medusas entorpecen cada año las vacaciones de miles de turistas que optan por la playa para hacer más llevaderas las altas temperaturas veraniegas. Precisamente por el calor registrado en el arranque estival, se temía un repunte del número de estos ejemplares, sobre todo en el Mediterráneo.

César Bordehore, investigador el Instituto Multidisciplinar para el Estudio del Medio (IMEM) de la Universidad de Alicante, advierte que aunque a nivel global no se ha producido un aumento de medusas en la costa mediterránea, “sí hemos detectado que en algunas playas hay tendencias al alza, algunas con máximos puntuales, y otras con presencia elevada de medusas de manera sostenida”.

El experto de la UA ha declarado en la revista universitaria que “entre el 5 y el 10% de las playas del Mediterráneo español presentan una abundancia de medusas por encima de la media”.  

Y si me pican, ¿qué hago?

Si las aguasmalas hacen honor a su nombre, y deciden por accidente hacernos pasar un mal rato, lo principal es eliminar los restos de tentáculos con unas pinzas o una tarjeta plástica sin frotar, y realizar lavados con agua de mar. “Nunca utilizar agua dulce”, avisa Bordehore. El investigador recomienda, en caso de que sea posible, aplicar calor a unos 40-45ºC durante 10 o 20 minutos.

Si a pesar de todo esto aparecen mareos, dolores de cabeza, alteraciones del pulso o hinchazón, es importante acudir a los servicios médicos.

 Las especies más comunes 

En el Mediterráneo las especies más comunes son la Medusa luminiscente (Pelagia noctiluca) de color rosado rojizo, semiesférica, con cuatro brazos gruesos y ocho tentáculos de hasta dos metros de longitud; y la Acalefo azul (Rhyzosmoma pulmo) con una falda de color blanco azulado y ribete de color violeta.

Carabela Portuguesa
La Carabela portuguesa es la medusa más peligrosa de nuestras costas (FreeImages).

También se divisan la Avispa de mar, presente en aguas poco profundas, de forma cúbica y color trasparente azulado; y la Medusa cruz, transparente con cuatro líneas radiales blancas opacas. De esta última, según el experto, “no se observan enjambres extensos pero puede ser muy abundante localmente”.

Las más urticantes

Las picaduras más urticantes corresponden a la Medusa luminiscente, la Avispa de mar y la Medusa cruz. “La Carabela Portuguesa, que tiene una parte que flota sobre el agua, es sin duda el ejemplar más peligroso. Si la viéramos hay que alejarse rápidamente, ya que los tentáculos pueden estar en sus inmediaciones en un radio de más de diez metros”, advierte el científico. Bordehore resalta que la Carabela es muy poco común en el Mediterráneo, que es uno de los mares del mundo donde las medusas son más “inofensivas".  En el Atlántico es más probable toparse con ellas.

Las especies del Atlántico y el Cantábrico

A orillas del Atlántico y del Cantábrico puede aparecer cualquiera de las medusas anteriores, y otras como la Aequorea o Velero. Estas dos últimas nos pueden pegar un buen susto pero será infundado, porque no tienen ninguna peligrosidad. En estos espacios marinos la Carabela es “el pez gordo” por el intensísimo dolor que produce entrar en contacto con ella.