Sorpresas meteorológicas de mayo: desde heladas hasta tornados

El comportamiento meteorológico del mes de mayo es una caja de sorpresas. Las temperaturas pueden experimentar grandes altibajos, pasando de tener calor extremo a producirse heladas. También puede llover con intensidad, tener tormentas que dejan fuertes granizadas, o soplar vientos huracanados.

Día típico de mayo
El mes de mayo brinda muchos días luminosos, de cielos despejados y ambiente agradable, pero no faltan las sorpresas meteorológicas de todo tipo.

Mayo es el mes central de la primavera y el que mejor representa las características de la estación. Aunque lo identificamos por los días soleados de ambiente agradable, las sorpresas meteorológicas no faltan en este mes, desplegando un repertorio en el que todos los tipos de tiempo tienen cabida; desde un calor abrasador (canicular), hasta fríos invernales, vientos huracanados, lluvias torrenciales o devastadoras granizadas. De todo ello encontramos numerosos ejemplos en los registros climatológicos correspondientes a este mes.

En lo que a la precipitación se refiere, encontramos en mayo algunos registros extraordinarios, hasta el punto de que cuesta trabajo creer que acontecieron en esta época del año. Por ejemplo, el 2 de mayo de 1949 cayeron en Pollensa (Mallorca) 195 l/m2. En todo el episodio de lluvias hubo algunas estaciones meteorológicas de la isla en que la precipitación acumulada superó los 300 l/m2. Tuvieron que transcurrir 61 años para ver llover de forma parecida en las mismas fechas: el 3 de mayo de 2010 se registraron 235 l/m2 en Lluc, al norte de Mallorca.

Las tormentas, que algunos meses de mayo son muy intensas y violentas, también han dejado registros extraordinarios, tanto de intensidad pluviométrica, como de lluvia acumulada, granizo, impacto de rayos, e incluso algún tornado, como el que sorprendió a la ciudad de Madrid el 12 de mayo de 1886, del que más adelante hablaremos.

Los vecinos de O Barco de Valdeorras, en Ourense, no olvidarán el tormentón del 9 de mayo de 2017. Ese día cayeron allí 84,6 l/m2, registrándose una intensidad máxima de 99,6 l/m2 por hora. Tampoco le fueron a la zaga las tormentas que el 24 de mayo de 2009 afectaron a Navarra y La Rioja. En Arnedo dejaron 107,6 l/m2. Este registro fue superado con creces por las tormentas que se produjeron en la provincia de Málaga el 18 de mayo de 2011. Ese día en Riogordo cayeron 149 l/m2 en 3 horas, y en Benahavis 62 l/m2 en solo una hora.

Granizo
El 19 de mayo de 1990 cayó pedrisco de hasta 8 centímetros de diámetro en Ordizia, Guipúzcoa.

Las tormentas de mayo también dejan a veces intensas granizadas. Recordemos tres de ellas. La del 19 de mayo de 1990 en Ordizia (Guipúzcoa) fue devastadora, cayendo del cielo granizos de hasta 8 cm de diámetro. Los que precipitaron en Estella (Navarra) el 19 de mayo de 2014 no fueron tan grandes, pero acumularon en las calles de la localidad una capa de 20 cm de espesor. Y hasta 30 cm de granizos cubrieron algunas zonas de la localidad soriana de Ágreda el 29 de mayo de 2017. El impacto de los rayos a veces también causa desgracias. El 15 de mayo de 1971 un rayo en bola destruyó una de las torres almenadas de la localidad zaragozana de Uncastillo.

Del horno al congelador y viceversa

Los altibajos en las temperaturas no son algo exclusivo del mes de mayo, ya que se producen también, con relativa frecuencia, durante el resto de la primavera. Lo cierto es que en mayo podemos llegar a tener unos valores muy extremos. La tendencia general, según avanza el mes, es a tener unas temperaturas cada vez más altas, pero en ocasiones irrumpe el frío, produciéndose heladas. Destacan los -7,6 ºC de la mínima registrada en Burgos el 2 de mayo de 1945, o los -5,4 ºC de Villanubla (Valladolid) el 6 de mayo de 1991.

Tampoco podemos olvidarnos del frío 4 de mayo de 2010 en Soria, donde la temperatura máxima fue de tan solo 3,4 ºC, o la fría jornada del 17 de mayo de 2013 en Galicia, en la que nevó en las provincias de Lugo y Ourense por encima de los 1.000 m de elevación.

Mapa de ola de calor MAY-2015
Mapa de de reanálisis de 500 hPa y campo de presión de superficie elaborado a partir de datos de la NOAA, correspondiente al 13 de mayo de 2015 a las 18 UTC. Se observa una potente dorsal cálida sobre gran parte de la Península y Baleares, lo que dio lugar a un episodio muy destacado de calor.

En el extremo contrario, los registros de temperaturas altas en mayo son muy abundantes, por lo que señalaremos solo los más extraordinarios. Comencemos con los 39,4 ºC de máxima registrada en Valleseco, en medianías de la isla de Gran Canaria, el 11 de mayo de 2015. Ese día daba inicio un episodio extraordinario de calor que los días siguientes alcanzó también a la Península y Baleares.

El día 13, tanto en Córdoba como Sevilla se alcanzaron los 40 ºC de máxima, superándose los 35 ºC en gran parte del centro-sur peninsular (36,5 ºC en Madrid-Barajas, 38,6 ºC en Ciudad Real, 41,7 ºC en Castuera, Badajoz). En el aeropuerto de Lanzarote la máxima fue de 42,6 ºC. El día siguiente, en Carcaixent (Valencia) se midieron 44,4 ºC y en Valencia capital 42 ºC.

No podemos olvidar tampoco los 41 ºC de máxima en Padul (Granada) el 12 de mayo de 1999, los 36,4 ºC de Cádiz, el 15 de mayo de 2012, los 37,6 ºC medidos en el aeropuerto de Los Rodeos (Tenerife Norte) el 21 de mayo de 2003, los 38, 2 ºC de Sóller y los 38 ºC de Manacor, en Mallorca, el 23 de mayo de 2009, los 36 ºC de Tortosa (Tarragona) el 27 de mayo de 2006, o los 35 ºC de Zamora, el 29 de mayo de 2001. Entre los registros de calor del mes de mayo también encontramos algunas mínimas extraordinariamente altas, como los 17,8 ºC de Salamanca, el 12 de mayo de 2012, o la mínima de 17,2 ºC en el observatorio de Virgen del Camino, en León, del 29 de mayo de 2001.

Vientos huracanados en mayo

Aunque el mes de marzo se lleva la fama de ventoso, algunos años tienen lugar episodios de viento muy destacados en mayo. Por ejemplo, el 4 de mayo de 1975 se registró una racha de 120 km/h en el aeropuerto de Menorca. Ese mismo día de principios de mayo, pero del año 1993, se alcanzó una racha de 122 km/h en Almería.

En esa misma provincia, el 28 de mayo de 2016 fue otro día particularmente ventoso. El anemómetro de la estación de Carboneras registró una racha de 120 km/h, y el de la ciudad de Almería una de 100 km/h. La racha de viento más intensa registrada en España en un mes de mayo es la de 147 km/h alcanzada en el observatorio de Talavera la Real (Badajoz) el 8 de mayo de 1970.

El tornado de Madrid

En este recorrido –necesariamente incompleto– de las sorpresas meteorológicas ocurridas en España en un mes de mayo, no puede faltar uno de los episodios más singulares y extraordinarios. Se trata del tornado que afectó a la ciudad de Madrid el 12 de mayo de 1886, generado por una de las potentes tormentas que aquel día afectaron a muchas zonas del interior peninsular. La prensa de la época, atónica ante la excepcionalidad del fenómeno meteorológico, lo calificó como “ciclón”, aunque posteriormente se pudo deducir que se trató de un peligroso tornado, que por la magnitud de los destrozos que dejó a su paso pudo tratarse de un EFE3 o incluso EFE4.

Tornado de Madrid
Página 51 de la edición de “La Ilustración Española y Americana” correspondiente al 22 de mayo de 1886, en la que aparecen tres grabados que muestran algunos de los destrozos causados en Madrid el 12 de mayo de ese año al paso del histórico tornado que atravesó parte de la ciudad.

El estudio técnico más completo de “meteorología forense” sobre este histórico tornado lo llevó a cabo Miquel Gayá, de AEMET, que reconstruyó con minuciosidad el recorrido llevado a cabo por el torbellino, iniciándose en los entonces pueblos (ahora barrios) de Carabanchel Alto y Bajo, para discurrir después por la zona sur de la capital, impactando de lleno en el Parque del Retiro y otras zonas aledañas del centro de la ciudad.

Los árboles cortados de cuajo fueron varios centenares, aparte de los grandes destrozos provocados en edificios y mobiliario urbano, así como las víctimas mortales, que ascendieron a 47. De la misma forma que este invierno (2021) la ciudad de Madrid vivió una nevada extraordinaria, al paso de la borrasca Filomena, aquel tornado fue algo también extraordinario, que en los más de 130 años que han transcurrido desde entonces no ha vuelto a suceder.