Sistemas dunares como antídoto a los temporales y al cambio climático

El Mediterráneo compone una región muy afectada por la regresión de sus costas y la pérdida de arena de sus playas. La creación y conservación de sistemas dunares es vital para luchar contra el cambio climático y para proteger estos espacios ante los fenómenos adversos.

Los sistemas dunares son grandes almacenes naturales de arena que tienen funciones ambientales imprescindibles para proteger nuestras costas. Se trata de soluciones basadas en la naturaleza (SBN) que actúan como escudo ante los temporales, la subida del nivel del mar y los efectos derivados del cambio climático.

En el vídeo os mostramos dos espacios dunares: uno en Castelldefels, en la metrópolis de Barcelona, y el otro en Piscinas, situado en el suroeste de Cerdeña. Son ejemplos de estos ecosistemas muy recurrentes en toda la cuenca mediterránea.

La creación natural de estos sistemas dunares obedece al régimen de brisas marinas que van acumulando la arena desde primera línea del mar hasta la parte posterior, dando lugar a esas grandes montañas de materia granular.

Los sistemas dunares son verdaderos colchones flexibles, dinámicos y cambiantes que apaciguan la regresión del litoral y la pérdida de arena. Estos ecosistemas ejercen como grandes reservas de arena que potencian la biodiversidad y aumentan la calidad paisajística de la zona.

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Cabe destacar que las playas son espacios naturales muy dinámicos, cambiantes e irregulares debido a la interacción continua entre dos sistemas naturales: atmósfera e hidrosfera. Por un lado, el oleaje y las corrientes van depositando arena a primera línea de mar, mientras que el viento (las brisas diurnas) erosiona la superficie y transporta esa arena hacia la parte trasera de las playas. Así pues, los sistemas dunares sirven para la regeneración natural de las playas después de los temporales.