Síndrome del arroz frito: el principio de una intoxicación alimentaria

Una enfermedad llamada "síndrome del arroz frito" causó cierto pánico en Internet después de que resurgiera un caso en 2008. Descubra qué hay detrás de esta intoxicación alimentaria y cómo evitarla.

Microorganismos
Esta afección llamada "síndrome del arroz frito" puede deberse a errores al recalentar la comida.

Según los microbiólogos, el "síndrome del arroz frito" se refiere a una intoxicación alimentaria causada por una bacteria llamada Bacillus cereus, que se convierte en un riesgo cuando los alimentos cocinados se dejan a temperatura ambiente durante demasiado tiempo.

Esta bacteria, Baccilus cereus, es bastante común y se encuentra en todas partes en el medio ambiente, pero sólo empieza a causar problemas si se introduce en ciertos alimentos cocinados y no almacenados adecuadamente.

Los alimentos ricos en almidón, como el arroz y la pasta, suelen ser los culpables. Pero también puede afectar a otros alimentos, como las verduras cocidas y los platos de carne.

Ciertas bacterias pueden producir toxinas y cuanto más tiempo se conserven a temperatura ambiente alimentos que deberían estar refrigerados, más probabilidades hay de que se desarrollen estas toxinas.

Baccilus cereus y sus problemas

B. cereus tiene un as en la manga que otras bacterias no tienen: produce un tipo de célula llamada espora, que es muy resistente al calentamiento. Aunque calentar las sobras a alta temperatura puede matar otros tipos de bacterias, puede no tener el mismo efecto si el alimento está contaminado con B. cereus.

"El peligro comienza cuando los alimentos se dejan en el horno o en la hornalla durante horas antes de ser almacenados. Este riesgo está relacionado con la temperatura ambiente, que favorece el crecimiento del patógeno", advierte la nutricionista Renata Guirau.

Estas esporas están casi siempre en estado latente y, para crecer y activarse, necesitan la temperatura y las condiciones adecuadas.

¿Cuáles son los síntomas?

Los síntomas de la infección por B. cereus incluyen diarrea y vómitos, que tienden a desaparecer en pocos días, pero las personas vulnerables, como los niños o las personas con enfermedades subyacentes, pueden tener más probabilidades de necesitar atención médica.

Estos síntomas son similares a los de las enfermedades gastrointestinales y, por tanto, pueden hacer que la gente no busque atención médica, razón por la cual la comunidad científica no dispone de cifras concretas sobre la frecuencia de aparición de B. cereus.

Además de B. cereus, otros microorganismos como E. coli, Salmonella y Campylobacter pueden causar gastritis.

La forma correcta de guardar la comida para el día siguiente

Según un artículo de Enzo Palombo en The Conversation, para prevenir mejor estas bacterias, deberíamos reducir al mínimo el tiempo que los alimentos pasan en la zona de peligro, propicia para el desarrollo de toxinas.

Esta zona de peligro se encuentra entre la temperatura máxima por encima de la temperatura de su heladera y por debajo de 60 °C, que es la temperatura a la que debe recalentar sus alimentos.

Si después de cocinar un plato vas a guardar una parte para comerla en los días siguientes, refrigérala inmediatamente. No hace falta esperar a que se enfríe.

Arroz
Uno de los cereales más consumidos en el mundo, el arroz calentado puede sufrir procesos inadecuados que lo dejan expuesto y vulnerable a la proliferación de bacterias. Por ello, debes evitar calentarlo varias veces.

Cuando se mete algo en la heladera, el frío tarda un poco en penetrar en la masa del alimento.

Puedes seguir la regla de las dos/cuatro horas: así, si algo ha estado fuera de la heladera durante dos horas, es seguro volver a meterlo en ella. Si lleva más tiempo fuera de la heladera, consúmelo entonces y tira los restos, pero si lleva más de cuatro horas fuera, empieza a ser un riesgo.