Virgas, "precipitaciones fantasma": sus formas y colores te sorprenderán

Muchas veces podemos ver unas cortinas de precipitación que cuelgan de las nubes, y que en días de mucho calor decoran el cielo. Veamos a continuación qué son, cómo se forman y por qué tienen varios colores.

Arco iris con virga anaranjada al estar iluminada por los rayos del Sol
Arco iris con virga anaranjada iluminada por los rayos de sol. ¡Sus colores pueden ser alucinantes!

Lo normal es que los elementos constituyentes que se encuentran en el interior de una nube, bien sean gotitas de agua, pequeños granizos o copos de nieve, por su peso y la acción de la gravedad terminen cayendo a tierra. También hemos observado muchas veces que se produce ese desplome, pero sin llegar al suelo y, si hacemos memoria recordaremos que la mayoría de las ocasiones suele suceder en verano o en momentos de gran calor.

En este primer párrafo tenemos unas pistas del meteoro al que nos vamos a referir en las siguientes líneas. La precipitación cae de la nube, pero se evapora y no consigue llegar al suelo. Estamos hablando del hidrometeoro conocido con el nombre de virga, o popularmente, “cortina de lluvia”.

¿Cuál es la principal diferencia entre la virga y la precipitación?

Recordando la clasificación nubosa, ambos casos están considerados como un rasgo suplementario, que son los agregados que muestran algunos tipos de nube. Por aquí lo que tenemos es más similitud que diferencias.

Característica virga de color oscuro bajo una nube de tormenta.
Característica virga de color oscuro bajo una nube de tormenta.

Tenemos que buscar algo más que nos ayude. También sabemos que en ambos casos son hidrometeoros o meteoros acuosos, pero mientras en el primero las partículas constituyentes precipitan y llegan a la superficie terrestre, en el caso de las virgas caen libremente en el seno de la atmósfera, pero sin llegar al suelo porque se evaporan antes. Esta es la principal diferencia entre una y otra.

Virga, cuya representación meteorológica es "vir", proviene del latín y lo podríamos traducir como “rama, varilla o palo”, aunque popularmente se las conoce como “cortina”, ya que es lo que parece cuando las vemos de lejos: colgaduras que salen de las nubes, habitualmente tormentosas.

Al verlas al contraluz podemos apreciar que son mucho más diáfanas que la base de la propia nube en la que se origina, especialmente en su tramo inferior, donde la evaporación es mucho más agresiva.

Más frecuentes en verano y en ciertos tipos de nubes

Las virgas son más frecuente en verano, debido a las altas temperaturas y escasa humedad que hay en las capas más bajas de la atmósfera que impiden, muchas veces, que alcancen el suelo. Los géneros nubosos que tienen este rasgo suplementario, más frecuentemente, son los de gran desarrollo vertical: los cúmulos y los cumulonimbos.

Virga de color blanco al estar formada por elementos de hielo, bien sean granizos pequeños o copos de nieve.
Virga de color blanco formadas por elementos de hielo, bien sean granizos pequeños o copos de nieve.

También la podemos apreciar en otros cinco géneros nubosos, que de mayor a menor altura de la base de la nube, serían los cirrocúmulos, altocúmulos, altoestratos, nimboestratos y estratocúmulos.

Colores diferentes según el elemento y la hora del día

El color característico de este hidrometeoro es un azul grisáceo más o menos intenso, dependiendo de la fuerza con la que se inicia su caída desde el seno de la nube y siempre que el elemento que precipita sea agua.

Las virgas de un color blanquecino intenso suelen estar asociadas a la presencia de granizos pequeños o copos de nieve.

En el caso de pequeños granizos o copos de nieve, o simplemente pequeños cristales de hielo, como en el caso de los cirrocúmulos, su tonalidad es de un blanquecino intenso, debido a su elevada reflectividad.

También podemos tener la suerte en un atardecer o amanecer y presenciar cómo estas cortinas adquieren una tonalidad rojiza, más o menos intensa según el hidrometeoro que la forme, debida a la incidencia de los rayos solares.