¿Qué le ocurre a tu cuerpo cuando suben las temperaturas?

El calor desencadena una serie de procesos en nuestro cuerpo que suponen un riesgo para la salud. ¿Sabes qué nos ocurre y cómo prevenirlo? Te contamos.

La hidratación es fundamental para hacer frente al calor.
La hidratación es fundamental para hacer frente al calor.

Todavía no ha llegado el verano, pero ya hemos tenido varios episodios de altas temperaturas en nuestro país y a la espera estamos de acercarnos a finales de semana a los 40 grados en el sur peninsular. Según AEMET, el verano dura en la actualidad cinco semanas más que en los años 80 y ¡vaya si se nota! Por ello, debemos poner en marcha, antes de lo habitual, medidas de prevención frente a las altas temperaturas. ¿Sabes qué le ocurre a tu cuerpo cuando llega el calor?

Primer síntoma: el sudor

El confort higrotérmico es el estado óptimo de temperatura en el que no interfieren los mecanismos termorreguladores del cuerpo humano al encontrarnos en reposo o realizando una actividad suave y con ropa ligera. Esta temperatura se encuentra entre los 21 y los 25 grados manteniendo nuestra temperatura interna a unos 37 grados. Por encima de este umbral, el cuerpo puede empezar a activar los mecanismos necesarios para deshacerse de ese calor que le sobra. ¿Cómo? Pues uno de los mecanismos que pone en marcha es la sudoración.

Al sudar nuestro cuerpo rebaja su temperatura aliviando el exceso de calor. Por cierto, ¿sabías que los perros no sudan? Estos animales no tienen glándulas sudoríparas y la mayor parte del calor que les sobra lo expulsan por la boca.

Aunque sudar pueda resultarnos desagradable, es necesario para regular la temperatura corporal y protegernos del calor.
Aunque sudar pueda resultarnos desagradable, es necesario para regular la temperatura corporal y protegernos del calor.

Cuando el cuerpo colapsa

A 37 grados nuestro cerebro funciona correctamente, pero cuando esa temperatura sube podemos empezar a notar algunos cuadros de confusión, incluyendo mareos e incluso ansiedad. Así mismo, el hipotálamo, encargado de regular los ciclos de sueño y vigilia, se ve afectado alterando nuestro descanso y provocándonos fatiga e insomnio.

Con la subida de las temperaturas también son habituales las cefaleas. Además, una deshidratación superior al 2% del peso corporal puede provocar una pérdida de memoria a corto plazo.

Otros efectos graves que podemos sentir son los calambres musculares, sobre todo si hacemos ejercicio. Quizás no hayas asociado nunca los calambres al calor, pero una disfunción del sistema nervioso central debido a una falta de agua y sales se traduce en calambres e incluso en un colapso circulatorio.

Si padecemos alguna enfermedad respiratoria, esta puede verse agravada por la sequedad ambiental y si vivimos en una ciudad donde la contaminación sea elevada, los síntomas podrán intensificarse. El calor también afecta a nuestro estado de ánimo provocando irritabilidad y confusión.

El golpe de calor: la consecuencia más grave

Sin lugar a duda, el efecto más grave que puede tener padecer un episodio de altas temperaturas es sufrir un golpe de calor, ya que puede llegar a provocarnos la muerte. De hecho, las olas de calor son más mortíferas que los episodios de frío.

El ascenso de la temperatura corporal por encima de los 40 grados debido al calor o a un sobreesfuerzo físico, hará que los mecanismos termorreguladores fallen. Esta situación tendrá como consecuencia que dejemos de sudar, nos provocará dificultad para respirar, aumento del ritmo cardíaco, confusión, mareo o desmayo, insuficiencia renal o edema pulmonar.

Ante esta situación será fundamental buscar rápidamente la ayuda de un médico. Mientras tanto, podremos beber agua a pequeños sorbos, refugiarnos en un lugar fresco y aplicar compresas húmedas.

Consejos para combatir el calor

Si no quieres padecer las consecuencias de las altas temperaturas que están al caer, toma nota de estos consejos:

  • Hidrátate, tanto con bebidas como con alimentos frescos y crudos.
  • Evita la exposición sol, sobre todo en las horas centrales del día.
  • Presta especial atención a mayores, niños, embarazadas y personas con enfermedades que puedan agravarse por el calor, como las respiratorias o cardíacas.
  • Usa ropa ligera, de colores claros y transpirable.
  • El ejercicio físico mejor a primera o a última hora del día.
  • No dejes a nadie en el interior de un vehículo cerrado y estacionado, ni a personas ni a animales.
  • Protégete del sol con gafas, gorra y protección solar.
  • Infórmate de los avisos por calor y haz caso de las recomendaciones de organismos oficiales tanto de salud como de protección civil.