Los eclipses solares nos ayudan a obtener más conocimientos sobre la historia antigua, la arqueoastronomía explica cómo

Los eclipses solares totales, como el que se registrará el 8 de abril, ocurren en momentos confiables que podemos calcular con referencia al pasado. Esta información ayuda a los investigadores a datar eventos considerados misteriosos en la historia antigua.

eclipse solar total
La arqueoastronomía utiliza los raros momentos y ubicaciones de eclipses solares totales anteriores para ayudarnos a medir la historia.

Los eclipses solares totales han fascinado y aterrorizado a la humanidad durante siglos. Actualmente, sabemos que los eclipses solares totales —como el eclipse que ocurrirá el 8 de abril— son causados por una coincidencia cósmica, cuando la Luna se interpone entre la Tierra y el Sol, bloqueando momentáneamente la visión del Sol. Sin embargo, en el pasado la causa era desconocido.

En el año 648 a. C., el poeta griego Arquíloco escribió que "nada puede ser sorprendente, imposible o milagroso, ahora que Zeus, padre de los Olímpicos, ha convertido el mediodía en noche, ocultando la luz del Sol resplandeciente".

Sin embargo, la gente de aquella época dejó relatos escritos. Desde todos los rincones de la Tierra abundan historias sobre el día que se convierte en noche o el Sol que se apaga, y estos registros están abriendo un nuevo campo de estudio: la astroarqueologia .

La astroarqueología, también conocida por arqueoastronomía, utiliza registros astronómicos para ayudar a datar momentos o eventos importantes de la historia. De todos los fenómenos astronómicos, los eclipses solares totales se encuentran entre los mejores instrumentos de medición, porque sólo son visibles en un momento y lugar determinados.

Los eclipses solares totales son tan raros que en un lugar determinado de la Tierra sólo se puede ver uno cada 375 años (en promedio). Y cuando ocurre un eclipse, sólo aparece como total para aquellos que se encuentran en un camino estrecho en la Tierra.

Identificando fechas de eclipses pasados

Esta rara combinación de tiempo y ubicación ayuda a los investigadores a determinar la fecha exacta en la que los pueblos antiguos vieron un eclipse. Pistas adicionales, como la hora del día en que ocurrió el eclipse (mañana, mediodía o noche), la época del año (estación) o la presencia de planetas brillantes también pueden ayudar a identificar el eclipse exacto.

Un registro de un eclipse solar total que ocurrió cerca del amanecer en textos chinos antiguos relacionados con el rey Yi ayudó a identificar el año en que comenzó su reinado.

Uno de los eclipses más antiguos registrados se encuentra en una tablilla de arcilla en la ciudad de Ugarit, en la actual Siria. La ciudad fue derrocada poco después del eclipse, lo que hace que la tablilla sea una de las últimas cosas escritas por alguien de esa ciudad. La inscripción en la tablilla dice: "... el día de la luna nueva en ḫiyaru se puso el Sol, su guardián era [Rashap]".

youtube video id=cxrLRbkOwKs

La palabra ḫiyaru se refiere a una época del año alrededor de febrero/marzo, y Rashap es probablemente un planeta. Con esta información y el conocimiento de que la ciudad desapareció en la Edad del Bronce, los investigadores fecharon la tablilla y el eclipse el 5 de marzo de 1222 a. C., hace más de 3.000 años, con el planeta Marte visible cerca del Sol eclipsado. Gracias a este eclipse sabemos que Ugarit cayó poco después del 5 de marzo de 1222 a.C.

¿Es posible predecir un eclipse con precisión?

Para predecir con precisión eclipses futuros o trazar las trayectorias de eclipses históricos, es necesario conocer las posiciones del Sol, la Luna y la Tierra. Las computadoras pueden seguir los movimientos de cada uno, pero el desafío aquí es que estos movimientos no son constantes.

Dado que la Luna influye en las mareas de los océanos de la Tierra, el proceso también hace que la Luna se aleje lentamente de la Tierra y que la duración del día en la Tierra aumente lentamente. Básicamente, la duración de un día en la Tierra aumenta unos 18 microsegundos por año, o un segundo cada 55.000 años. Después de cientos o miles de años, esta fracción de segundo al día equivale a varias horas.

El cambio en el día de la Tierra también afecta la datación de los eclipses históricos: si no se corrige la diferencia en la duración del día, los cálculos pueden ser inexactos en miles de kilómetros. Por lo tanto, cuando se utilizan eclipses para datar eventos históricos, se debe aplicar una corrección.

Las incertidumbres en la corrección pueden hacer que la identificación de eclipses antiguos sea más difícil de determinar en ausencia de información adicional que ayude a reducir las posibilidades.

Cambios en la duración del día

Al marcar los eclipses de los últimos 2000 años, los investigadores han mapeado la duración del día terrestre durante ese mismo período. El valor de 18 microsegundos por año es un promedio, pero a veces la Tierra se desacelera un poco más y otras un poco menos.

En la actualidad podemos medir el cambio en la duración de un día en la Tierra con instrumentos, pero no podríamos capturar ese cambio cientos o miles de años atrás en el tiempo sin una vara de medir precisa y registros de eclipses a lo largo de milenios y alrededor del mundo. Los eclipses solares totales nos permiten observar no sólo nuestra propia historia, sino también la historia de la Tierra misma.