¿Pondremos nombre a las olas de calor en España? Algunos países urgen a hacerlo y se han fijado en un proyecto español

Una ciudad española nombra las olas de calor desde hace dos años, el proyecto piloto es pionero a nivel mundial. A nivel internacional cada vez hay más expertos que se muestran partidarios a hacerlo.

Sevilla es una de las ciudades más cálidas del sur de Europa. La media de máximas del mes más cálido (julio) es de 36 ºC en el aeropuerto.

Según datos de la AEMET, los días al año en los que España se ve sometida a ola de calor aumentan a razón de 3 días por década. Respecto a los años 80, ahora nos enfrentamos a diez o doce días más de calor extremo cada verano. Viendo la tendencia actual, es imprescindible que adoptemos mecanismos de adaptación al calor extremo. Una de ellas podría ser una iniciativa llevada a cabo recientemente en Sevilla.

El calor extremo, un asesino silencioso

Según un estudio liderado por Joan Ballester y publicado en la prestigiosa revista Nature Medicine, durante el verano de 2022 se estima que el calor extremo fue la causa directa de la muerte de 61.000 personas en Europa. España ocupó el segundo puesto en el ranking de mortalidad estival con 11.300 muertes tan solo superada por Italia. En el tórrido verano de 2003, más de 70.000 personas murieron en Europa durante los meses de verano.

Los datos demuestran que las olas de calor son uno de los fenómenos meteorológicos más dañinos que hay, por encima de huracanes y tornados. A ello hay que sumarle su rápido aumento a causa del calentamiento global antropogénico.

Extracto de un estudio de la AEMET que evalúa las olas de calor desde 1975.

El proyecto ProMeteo Sevilla, avalado desde Australia

Desde hace unos dos años, Sevilla nombra las olas de calor de la misma manera que se pone nombre a los ciclones tropicales. Se trata de un proyecto piloto desarrollado en el año 2022 por el Centro de Resiliencia Adrienne Arsht Rockefeller Foundation, en colaboración con el Ayuntamiento y la Universidad de Sevilla. La iniciativa se ha llevado a cabo en otras urbes donde el calor es un problema creciente, como Atenas, Santiago, Los Ángeles y Miami.

El proyecto proMeteo Sevilla pretende clasificar y dar nombre a las olas de calor que afectan a la ciudad en función de criterios meteorológicos y sanitarios. Durante el año 2023, se nombraron tres olas de calor: Wenceslao Sevilla, Xenia y Yago.

El sistema piloto, recoge datos de estaciones automáticas de AEMET como la del aeropuerto y las combina con predicciones de OpenWeather, datos de salud y mortalidad. Con esta información, se ha creado un algoritmo que clasifica las olas de calor en función de si el riesgo es muy elevado, elevado, medio, bajo o sin impacto. Cada nivel de riesgo va ligado a un sistema visual de información y una serie de recomendaciones a aplicar por la población.

Rob McLeod, de la organización sin ánimo de lucro Renew, en Australia, viajó a España para analizar los mecanismos de defensa ante el calor extremo y tratar de establecer un paralelismo con la situación en su país. El informe publicado por McLeod tras su visita, avala el proyecto ProMeteo e insta a adoptar el sistema de nombramiento de olas de calor para prevenir mejor a la población en Australia.

¿Se extenderá esta iniciativa?

De momento la AEMET no contempla la posibilidad de nombrar olas de calor en España como sí hace con las borrascas de gran impacto desde el año 2015. Recientemente, la agencia ha establecido criterios sanitarios en sus avisos por calor extremo a través del Plan Nacional de Actuaciones Preventivas de los efectos de los excesos de temperatura sobre la salud, en colaboración con el Ministerio de Sanidad.

Nombrar las borrascas de alto impacto ha demostrado aumentar la atención del público ante estos fenómenos y permite identificarlas más fácilmente, lo cual podría implicar una mayor prevención de impactos. ¿Podría ser una medida efectiva para reducir el número de muertes por calor extremo?