¿Cuántos litros de agua perdemos en verano?

Coincidiendo con las temperaturas más altas del año, nuestro cuerpo corre el riesgo de deshidratarse. ¿Qué cantidad de agua llegamos a perder diariamente y cuánta deberíamos beber?

Beber agua cobra más importancia en verano.

El cuerpo humano está compuesto por un 70% de agua. No hay dos cuerpos iguales y no reaccionamos todos de la misma manera ante el calor, por este motivo conocer la cantidad exacta de agua que perdemos cada día se hace realmente difícil. Se estima que este valor puede llegar a ser de entre 2 y 3 litros de agua diarios en los días más calurosos del año.

Esta pérdida tiene que ser compensada. Desde hace años se recuerda a la población, especialmente cuando hay episodios de olas de calor, que es necesario beber 2 litros de agua al día. Una recomendación que necesitaría unos cuantos matices. Hoy veremos por qué.

Cómo perdemos tanta agua

La principal pérdida de agua se produce por culpa de la sudoración. Para hacer que el cuerpo se mantenga siempre a la misma temperatura a pesar del calor exterior, se empaña la piel con sudor. Cuando se evapora, produce el frescor que nuestro cuerpo necesita.

En menor cantidad también se pierde agua en otros procesos, como a través de la orina. Así como en la respiración. O al comer, cuando necesitamos un flujo importante de saliva. Incluso para mantener nuestros ojos húmedos. Ahí también se pierde agua. Podríamos seguir y veríamos lo importante que es el agua para nuestro cuerpo.

¿2 litros de agua al día? No tiene por qué

Es vital beber agua en abundancia, en especial los más pequeños y las personas mayores, durante todo el verano. Incluso sin tener sed. Pero... ¿qué cantidad? A través de los medios de comunicación y de la publicidad se nos indica constantemente la cantidad de piezas de fruta que hay que comer, así como los litros de agua que hay que beber. ¿Es necesario beber 2 litros?

No todos llevamos el mismo ritmo de vida. Algunos se pasan el verano tumbados en el sofá con el aire acondicionado encendido. Otros, tienen que trabajar a pleno sol. Está claro que estos dos tipos de personas van a necesitar una cantidad de agua distinta. Las primeras, por supuesto menos de dos litros. Las segundas, posiblemente más del doble.

Hay que adecuar la cantidad de agua a nuestras actividades y la sensación de sed es un buen indicativo para saber cuándo hay que beber agua. Siempre es mejor adelantarse a tener esta sensación, ya que cuando nuestro cuerpo nos llama la atención pidiendo agua es porque ya la está necesitando.

Beber demasiada agua no es una buena idea

Si beber poco es perjudicial, también lo es hacerlo en exceso. Si bebemos demasiado y por encima de lo saludable, el nivel de sodio en la sangre puede disminuir hasta niveles que provoquen algunos síntomas como dolor de cabeza o falta de energía, entre otros. Esto se denomina hiponatremia.

Hay que tener en cuenta, además, que muchos de los alimentos que comemos ya contienen agua. La fruta, por ejemplo, es una buena fuente de agua. Esta cantidad deberíamos restarla a las recomendaciones de agua necesaria que hay que beber al día.

Cómo saber si bebemos la cantidad correcta

Para comprobar si estamos bebiendo bien en verano tenemos algunos indicadores. Por un lado, si no tenemos sed vamos bien. El color de la orina también es muy buen indicador. Si adquiere un tono amarillo oscuro o naranja es que estamos deshidratados. Cuanto más transparente salga, mejor. Lo mismo ocurre con las heces. El estreñimiento nos advertirá que nos falta agua.

Si no hacemos caso a lo anterior y empezamos a sufrir dolores de cabeza, nos cuesta pensar, estamos de mal humor y nos supone mucho esfuerzo hacer cualquier actividad, entre otras cosas, la deshidratación será ya excesiva y podríamos perder el conocimiento.