Unos científicos de la UAM revelan que una de cada cuatro aves esteparias en España está infestada por garrapatas

Las aves esteparias de España se enfrentan a una amenaza tan pequeña como devastadora. Un estudio ha descubierto que el 23% está infestada con garrapatas. ¿Cómo les afecta este parásito?

Garrapatas
Además de las garrapatas, las aves esteparias ya sufren la pérdida de hábitat, la intensificación agrícola y la fragmentación del territorio

En las llanuras secas de la Península, una amenaza diminuta avanza sin hacer ruido. Una de cada cuatro aves esteparias en España está infestada por garrapatas, según un estudio realizado entre 2017 y 2021 por investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid, del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos y del Centro de Ciencia y Tecnología Forestal de Cataluña.

La investigación analizó 614 ejemplares y detectó un 23% de prevalencia, con 141 aves parasitadas. El hallazgo confirma un problema sanitario oculto en uno de los ecosistemas más frágiles del país.

¿Cuáles son las especies más afectadas?

Las aves esteparias ya sufren la pérdida de hábitat, la intensificación agrícola y la fragmentación del territorio. La presencia de garrapatas agrava su situación y puede reducir su energía, su capacidad de vuelo y su éxito reproductivo. Además, estos parásitos actúan como vectores de enfermedades. La combinación de presión ecológica y sanitaria complica aún más la conservación. El riesgo ya no es solo ambiental, también es biológico.

Garrapata
Según los investigadores, la especie predominante de garrapata es la Haemaphysalis punctata

La alondra ricotí es la especie más castigada, con un 46% de individuos parasitados, casi el doble de la media del estudio. Su comportamiento sedentario y su dependencia de áreas muy concretas la vuelven especialmente vulnerable. En cambio, la collalba rubia apenas registró un 1,7% de infestación. Estas diferencias evidencian que el problema no afecta a todas las aves por igual. El uso del suelo, la movilidad y los hábitos de cada especie son factores clave.

El análisis confirma que Haemaphysalis punctata es la garrapata predominante. Este parásito es frecuente en zonas áridas con vegetación baja, las mismas donde estas aves nidifican y se alimentan. La coincidencia espacial favorece el contacto continuo entre aves y garrapatas. Las especies residentes quedan expuestas durante más tiempo que las migradoras. El riesgo aumenta en periodos reproductivos, cuando las aves pasan más horas en el suelo.

Garrapatas con malaria aviar

Los investigadores también han detectado malaria aviar en algunas garrapatas analizadas. Este patógeno afecta a la sangre y reduce la resistencia física de las aves. La combinación de parásitos externos y enfermedades supone un doble impacto difícil de afrontar. Una población ya debilitada puede ver comprometida su supervivencia a medio plazo. La vigilancia sanitaria se convierte así en una herramienta esencial.

Ave esteparia
El estudio ha detectado malaria aviar en las garrapatas

Los autores destacan que el seguimiento de las garrapatas podría servir como indicador indirecto de infección. Conocer la presencia de patógenos permitiría reaccionar antes de que la situación empeore. Sin datos sanitarios no es posible diseñar estrategias eficaces. Las enfermedades emergentes deben incorporarse de forma estable a los programas de conservación.

Una amenaza real

La investigación ha analizado también la relación entre la ganadería y la presencia de garrapatas, sin resultados concluyentes. Esto sugiere que influyen más las características ecológicas de cada especie que la actividad del ganado. Aun así, la gestión del territorio seguirá siendo determinante. Las decisiones sobre agricultura, pastoreo y cobertura vegetal tendrán efectos directos. Integrar la salud de la fauna en estas políticas será indispensable, según los investigadores.

El estudio confirma que la amenaza es real y está avanzando sin oposición. La conservación ya no puede limitarse a proteger el paisaje, ahora también debe defender la salud de las especies que lo habitan. Identificar los riesgos, vigilarlos y actuar antes de que sea tarde marcará la diferencia. Si España quiere conservar sus estepas, deberá hacerlo con una estrategia integral y a largo plazo.

Referencia de la noticia

Bustillo-de la Rosa, D., Sánchez-Sánchez, M., G. Fernández-de-Mera, I., et al.(2025). Prevalence of infestation by ticks and probability of infection by avian malaria in sympatric steppe birds in Spain. Ecosistemas, 34(2), Article 2891.

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