La apuesta de nuestro modelo: nuevas lluvias antes de que acabe el mes

El frío extremo por ahora queda lejos de nosotros, pero las borrascas no tanto. La segunda quincena de febrero vendrá marcada por un patrón de bloqueo anticiclónico en latitudes elevadas y una circulación zonal que no termina de organizarse.

Sopelana mirador
Tras unos días de tiempo estable, la recta final de febrero podría deparar nuevas precipitaciones.

Estos días están caracterizándose por unas temperaturas bastante elevadas para la época del año en buena parte de la península Ibérica. Los últimos frentes que nos han alcanzado, con una cota de nieve muy alta, han dejado fuertes deshielos que se están notando mucho los ríos. En la cuenca del Duero ahora mismo alcanzan los niveles de alerta por riesgo de desbordamientos. Estas temperaturas podrían seguir siendo anormalmente altas durante los próximos días y caracterizar la mayor parte de la segunda quincena del mes. No hay que olvidarse de que la incertidumbre en esta época del año se incrementa, y la variabilidad asociada a un chorro debilitado y con grandes ondas será importante.

Durante la próxima semana, la dorsal anticiclónica situada sobre el oeste de Europa se reforzará mientras que una profunda vaguada ocupará el Atlántico Norte. La península Ibérica quedará alejada de esta vaguada pero se verá afectada por su ramal ascendente, con vientos procedentes del Atlántico subtropical. Con esto, cabe esperar que las temperaturas se mantengan muy por encima de los valores normales de febrero, aunque no hablaremos de un ambiente totalmente anticiclónico, sobre todo en el oeste peninsular, donde este flujo de vientos arrastrará humedad y dejará algunas precipitaciones, especialmente en zonas donde el relieve favorezca la retención de estas masas de aire.

Temperaturas suaves

Teniendo en cuenta lo que presenta nuestro modelo de confianza a medio plazo, es muy probable que la dorsal y esta circulación de vientos del suroeste persista sobre esta zona de Europa, condicionando mucho las temperaturas de la segunda quincena del mes. Esta próxima semana puede ser bastante templada en prácticamente todo el territorio. El aire gélido de origen suberiano quedará anclado en el este de Europa. Con el merecido apodo de la "bestia del este", por ahora se mantendrá lejos de nosotros.

Al final del mes se podría abrir la puerta a irrupciones puntuales de aire frío o bien a la llegada de alguna borrasca de entidad.

Sin embargo, hay bastante incertidumbre de cara a la última semana del mes. Según este mismo modelo, las temperaturas podrían mantenerse por encima de la media pero con tendencia a normalizarse ligeramente. Esto podría abrir las puertas a irrupciones puntuales de aire frío o bien a la llegada de alguna borrasca de entidad, aunque sin lograr compensar la inercia cálida de días anteriores.

Tiempo febrero
La presencia de un anticiclón en el norte de Europa podría provocar escenarios como este, con vaguadas o borrascas llegando a las inmediaciones de nuestro país. Aún hay mucha incertidumbre.

Precipitaciones en torno a la media

En cierto modo, la presencia de la dorsal anticiclónica no impedirá la llegada de algunas lluvias, especialmente a la mitad oeste peninsular. Si bien tampoco se espera que sean semanas especialmente húmedas, no parece que vayan a quedar muy por debajo de los valores normales. Esto principalmente es debido al gran recorrido marítimo de los vientos que nos alcanzarán durante los próximos días. Procedentes del Atlántico subtropical, tendrán un alto contenido en humedad que dará lugar a algunas precipitaciones en zonas orográficamente favorables pese a la proximidad del anticiclón.

De cara a finales de mes, la incertidumbre ocupa completamente la evolución de las precipitaciones en nuestro territorio, aunque el modelo Europeo apuesta por valores normales o incluso ligeramente superiores al promedio en algunas zonas, sobre todo en las cercanías del Mediterráneo.

De cara a finales de mes, el modelo ve dos escenarios: uno más estable con algún frente llegando a la vertiente atlántica y otro con paso de bajas presiones por nuestra zona.

De hecho, el modelo ve dos escenarios: en el primero de ellos, la dorsal se mantendría de forma similar, favoreciendo un ambiente estable interrumpido sólo por la llegada de algún frente debilitado a la vertiente atlántica que dejaría precipitaciones en esa zona. En el segundo escenario, igualmente probable, la dorsal se debilitaría en nuestra latitud y se reforzaría en latitudes más altas, permitiendo el paso de bajas presiones hasta nuestra zona y dando lugar a una situación cambiante, con precipitaciones más o menos generalizadas y temperaturas variables, en promedio acordes a la época del año.