Sanidad advierte de que el virus del Nilo Occidental ya está este año en España: ¿cuáles son los principales síntomas?

España se enfrenta a un nuevo desafío de salud pública con la aparición temprana del virus del Nilo Occidental, poniendo en alerta a autoridades sanitarias y ciudadanos.

Virus Nilo Occidental
Aunque fue descubierto en Uganda en 1937, se ha convertido en uno de los virus transmitidos por mosquitos de mayor difusión mundial, llegando a establecerse en nuevos territorios mucho más allá de su área de origen.

En un desarrollo preocupante, España ha confirmado el primer caso de infección por el virus del Nilo Occidental en abril de 2024, un mes históricamente inédito para la aparición de esta enfermedad.

Este caso, que afectó a un menor en Lebrija, ha sido una señal de alerta sobre la posible expansión de la temporada de contagios debido a factores como el ascenso de las temperaturas asociado al actual cambio climático.

¿Qué es el virus del Nilo Occidental?

El virus del Nilo Occidental es una enfermedad transmitida por mosquitos que fue identificada por primera vez en Uganda en 1937. A lo largo de las décadas, el virus se ha propagado a diferentes partes del mundo, incluyendo América del Norte y Europa. En España, los primeros casos humanos se detectaron en 2004, con un notable brote en 2020 que resultó en 77 infectados y 8 fallecimientos.

El virus se transmite a través de la picadura de mosquitos infectados, principalmente de la especie Culex. Estos insectos se infectan al picar a aves portadoras del virus y luego pueden transmitirlo a humanos y otros animales.

¿Qué es la especie Culex? Es un género de mosquitos conocido por ser uno de los principales vectores de varias enfermedades virales, incluyendo el virus del Nilo Occidental. Este género incluye varias especies de mosquitos, de las cuales Culex pipiens es una de las más comunes y significativas en términos de salud pública.

Aproximadamente el 20% de las personas infectadas con el virus experimentan síntomas que son similares a los de la gripe, los cuales indican el desarrollo de la fiebre del valle del Nilo. En un 1% de estos casos, los síntomas pueden agravarse significativamente, incrementando el riesgo de complicaciones fatales.

Estos son los síntomas más frecuentes

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, aquellos que muestran síntomas típicos de esta enfermedad suelen experimentarlos durante un periodo de 3 a 14 días. Los signos clínicos incluyen:

  • Fiebre elevada
  • Dolor de cabeza intenso
  • Náuseas y episodios de vómitos
  • Dolores musculares generalizados
  • Erupciones cutáneas
  • Inflamación de los ganglios linfáticos

Medidas de prevención y tratamiento

Ante la amenaza del virus del Nilo Occidental, es esencial tomar medidas preventivas para controlar las poblaciones de mosquitos y reducir el riesgo de picaduras.

Estas incluyen la eliminación de aguas estancadas donde los mosquitos puedan reproducirse, el uso de repelentes, y la instalación de mosquiteros en ventanas y puertas. Pero sobre todo, la vigilancia epidemiológica también es clave para detectar y responder rápidamente a los brotes.

Actualmente, no existe un tratamiento específico para este patógeno ni una vacuna disponible para prevenir la infección. Los casos leves generalmente se resuelven solos, mientras que los más graves pueden requerir hospitalización e incluso soporte terapéutico intensivo.

El impacto del cambio climático

Los expertos alertan que el cambio climático está jugando un papel crucial en la alteración de los patrones habituales del virus. El aumento de las temperaturas y los cambios en los patrones de precipitación están permitiendo que los mosquitos vectores sobrevivan y se reproduzcan durante períodos más prolongados a lo largo del año, lo que podría explicar la aparición temprana del virus en abril.

Las condiciones climáticas están cambiando rápidamente este siglo y eso hace que enfermedades que antes no estaban presentes en algunos territorios ahora sí lo estén.

Por tanto, el clima juega un papel crucial en la propagación del virus, influenciando tanto la supervivencia y el comportamiento del mosquito vector como el ciclo de vida del virus. De cumplirse las proyecciones climáticas actuales, en España habrá condiciones óptimas que favorecen a estos vectores y, por ende, la transmisión del virus.