¿Sabes cuál es el único alimento que nunca se pudre ni caduca?

La miel encontrada en tumbas egipcias que datan de miles de años atrás, aún se encontraba en condiciones comestibles. Te contamos los motivos por los que este nutritivo alimento es imperecedero.

Las propiedades medicinales, energéticas y conservantes convierten a la miel en un producto natural único.

La miel, ese líquido dulce y viscoso que producen las abejas a partir del néctar de las flores, es un producto natural que está ligado a la historia misma de la humanidad. Gracias a sus características, su composición permanece estable durante miles de años

Se cree que los seres humanos comenzaron a recolectar miel desde hace, al menos, 9000 años, gracias a que nuestros prehistóricos ancestros encontraron colmenas silvestres y descubrieron cómo obtener este delicioso manjar.

Las primeras pruebas de recolección de miel se encuentran en cuevas, donde se han hallado pinturas rupestres representando a personas escalando acantilados para llegar a las colmenas.

También los antiguos egipcios, griegos, romanos y muchas otras culturas antiguas valoraban enormemente la miel por sus propiedades medicinales, energéticas y conservantes. Considerada un regalo de los dioses, su uso también era común en rituales religiosos.

¿Cuál es la composición de la miel?

Aunque la composición de la miel puede variar ligeramente dependiendo de factores como la ubicación geográfica, el tipo de flor de la que proviene el néctar y el procesamiento posterior, en general, contiene estos ingredientes.

Azúcares simples

Principalmente glucosa y fructosa, que representan aproximadamente entre el 95 y el 99% del contenido de carbohidratos presentes la miel. Estos azúcares actúan como conservantes.

Agua

Aunque la miel es naturalmente baja en agua, su contenido puede variar entre un 14% y un 20%, dependiendo de la humedad presente en el momento de la recolección.

Compuestos orgánicos

La miel contiene una amplia gama de compuestos orgánicos, incluyendo aminoácidos, ácidos orgánicos, enzimas, vitaminas, y antioxidantes.

Minerales

Calcio, hierro, zinc, potasio, fósforo, magnesio, son algunos de los minerales que pueden encontrarse en la miel.

Enzimas

También contiene enzimas como amilasa, catalasa, diaforasa, pectasa o fosfatasa, que las abejas añaden durante el proceso de producción y que pueden variar en tipo y cantidad dependiendo del tipo de miel.

Aromas naturales

Pueden variar significativamente según las flores de las que proviene el néctar, y otorgan a cada tipo de miel su aroma y sabor característicos.

¿Por qué no la miel no se estropea?

Los altos niveles de azúcares en su composición, que actúan como conservantes naturales, junto a su bajo contenido de agua y a un pH ácido, generan un ambiente inhóspito para las bacterias y otros microorganismos que podrían descomponerla. La presencia natural de enzimas en la miel también contribuye a su capacidad para resistir la descomposición.

Apicultores durante la recolección de la miel.

Por ello, la miel encontrada en tumbas egipcias que datan de miles de años atrás, aún se encontraba en condiciones comestibles. Aunque no caduca, con el tiempo puede cristalizarse o modificar su textura, pero esto no significa que esté en mal estado. Si se calienta suavemente, volverá a su estado líquido original.

Propiedades medicinales

La miel ha sido muy valorada a lo largo de la historia por sus diversas propiedades medicinales.

Acción antimicrobiana

La miel tiene propiedades antibacterianas y antifúngicas debido a su contenido de peróxido de hidrógeno, bajo nivel de pH y altas concentraciones de azúcares, lo que dificulta la supervivencia y el crecimiento de microorganismos.

Cicatrizante y antiséptica

Se ha utilizado tradicionalmente para el tratamiento de heridas y quemaduras debido a que sus enzimas promueven su capacidad de cicatrización y de prevención de infecciones.

Propiedades antiinflamatorias

La miel puede ayudar a reducir la inflamación y aliviar la irritación de la garganta. La sabiduría popular está en lo cierto: su eficacia puede superar a tratamientos farmacológicos cuando se trata de aliviar los síntomas de las infecciones respiratorias del tracto superior, especialmente la tos.

Efecto antioxidante

Los flavonoides y compuestos fenólicos presentes en la miel, pueden ayudar a proteger las células del daño causado por las radicales libres, moléculas muy reactivas y necesarias para realizar determinadas funciones y mantener el estado de salud.

Refuerzo del sistema inmunológico

El consumo regular de miel puede fortalecer el sistema inmunológico debido a sus propiedades antimicrobianas y antioxidantes.

Alivio gastrointestinal

En algunos casos, las propiedades calmantes de la miel pueden ayudar a aliviar trastornos gastrointestinales leves, como la acidez estomacal.

Sus productoras, gravemente amenazadas

La desaparición de las abejas se ha convertido en una preocupación global. El fenómeno conocido como el síndrome de despoblamiento de las abejas o el trastorno del colapso de colonias (TCC), ha causado que varias especies de abejas se consideren amenazadas y ya se encuentren incluidas en el Libro Rojo de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

¿Las causas? Principalmente, el uso de pesticidas y químicos agrícolas, la destrucción de hábitats naturales y el cambio climático (el calor llega a derretir las colmenas).

El informe de la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas advierte que, sólo en Europa, el 37% de las poblaciones de abejas están disminuyendo. Una cifra similar a la de Estados Unidos.

En base a una encuesta realizada por la Sociedad Latinoamericana de Investigación en Abejas (Solatina), las pérdidas de colmenas de abejas melíferas superan el 50% en Chile, el 34% en Argentina, y el 12% en Ecuador o Perú.

Todo esto puede tener consecuencias significativas en la agricultura y en los ecosistemas naturales, porque las abejas desempeñan un papel crucial en la polinización de numerosos cultivos y plantas silvestres. No en vano, son esenciales para la producción del 75% de los alimentos que consumimos.

Por ello, es de vital importancia incrementar esfuerzos en la conservación de las abejas y promocionar prácticas agrícolas más amigables con estas polinizadoras.