¿Por qué sale "humo" de los ríos y embalses en días fríos?

A parte del vaho que producimos cuándo nos duchamos, la naturaleza también tiene mecanismos para gestar ese vapor de agua. La clave: el contraste térmico de dos masas de aire o agua.

Río humeante.
La diferencia térmica entre una masa de aire gélida y una superficie del agua más templada provoca la condensación.

Durante días fríos no es nada extraño visualizar cómo nuestros cursos fluviales y embalses tienen una columna densa de vapor de agua que asciende en el aire desde su superficie. Se trata literalmente de aire condensado que se produce por la diferencia de temperatura entre el aire y la masa líquida.

Técnicamente sería la formación de la niebla de evaporación: el contacto o fricción de dos masas, una muy fría (aire) y otra un poco más suave (agua), provoca que el vapor liberado del agua sature el aire frío subyacente y condense la masa de aire.

Este fenómeno es más habitual verlo en zonas continentales de nuestro país: valle del Ebro, mesetas, Comunidad de Madrid, Extremadura... aunque en zonas costeras también se puede producir. En alguna ocasión, la entrada de una masa de aire muy frío sobre una temperatura del mar un poco más templada provocan un mar "humeante".

Después de llover, también "vaho"

Después de una tormenta de verano o de un día lluvioso es muy habitual la formación de nieblas de evaporación pegadas en algunos sistemas montañosos o cerca de la superficie. También responde a ese mismo mecanismo: gran acumulación de humedad "post-precipitación", con una masa de aire más enfriada debido al descenso térmico y un suelo o superficie menos frío. La diferencia térmica entre ambos, junto a la humedad, condensa el aire subyacente y forma esos estratos bajos.

Este tipo de estrato bajo o niebla tiene la misma estructura y morfología que las típicas nieblas anticiclónicas, pero su proceso de gestación es totalmente distinto.

¿Cómo generar niebla de evaporación en casa?

Sin darnos cuenta, nuestra rutina habitual también puede venir marcada por la formación de fenómenos atmosféricos a pequeña escala. Un buen ejemplo de ello es la formación del vaho intenso después de una ducha muy caliente de invierno. El agua caliente entra en contacto con la masa de aire más fría del baño y provoca su condensación.

Esas nieblas de evaporación también se traducen en mucho rocío en todas las paredes y en el cristal de nuestro baño.

¿Por qué se nos pega la cortina cuando nos duchamos?

Además de generar ese tipo de "nubosidad" doméstica, cuándo nos duchamos también provocamos una pequeña zona de bajas presiones dentro de la ducha o bañera. El agua caliente que sale del grifo es más liviana y tiene tendencia a subir, con lo cual, genera un "vacío" de aire dentro la ducha, que intenta ser remplazado por el aire que se encuentra dentro del baño pero fuera de la bañera. Así pues, ese aire empuja la cortina para intentar "ocupar" ese vacío creado por el agua caliente, que se va hacia el techo.

Cuando respiramos en una mañana gélida, creamos niebla

En una mañana muy fría con temperaturas bajo cero, cuando respiramos también estamos creando ese vaho. El vapor de agua se produce por la diferencia térmica entre el aire que nos rodea y el aire que expulsamos de nuestra boca, que se encuentra a una temperatura mucho más elevada.