No es la ruta de senderismo más larga de España pero sí de las más espectaculares, con 185 km de paisajes frente al mar
Te invitamos a conocer esta travesía por la historia, la geografía y el alma de una de nuestras islas Baleares, donde sólo hay que seguir los pasos de los antiguos caballeros al ritmo pausado del mar.

Hay una isla en el Mediterráneo donde el tiempo no corre, camina. Donde las playas no tienen chiringuitos, sino silencio. Donde los muros de piedra seca dividen el campo desde hace siglos, y las casas encaladas se esconden entre pinos, acebuches y lentiscos. Una isla donde la naturaleza no es un decorado, sino su protagonista. Se llama Menorca, y guarda un secreto que abraza todo su litoral.
El Camí de Cavalls, un legado militar transformado en aventura salvaje
Nos referimos al precioso Camí de Cavalls (Camino de Caballos), una ruta que va mucho más allá del senderismo. Es un viaje circular alrededor de la isla de Menorca, de 185 kilómetros que recorre su maravillosa costa, cruzando acantilados vertiginosos, calas vírgenes, zonas húmedas, barrancos y pinares. Pero antes de ser un paraíso para excursionistas, fue un camino estratégico.
En el sendero de Camí de Cavalls, en Menorca, disfrutarás de unas preciosas vistas por la costa hasta llegar cerca del faro de Favàritx. Entre otras calas, Cala Tortuga es un paraíso donde encontrarás aguas cristalinas y paz. Llévate un buen calzado porque el acceso es a pie. pic.twitter.com/kmTLUHEKJ6
— Viaja Vuela Vive (@ViajaVuelaVive) March 13, 2023
Y es que su historia se remonta al siglo XIV, durante la ocupación del Reino de Aragón cuando se creó como vía de vigilancia costera para proteger la isla de ataques piratas y desembarcos enemigos. Era recorrido por soldados a caballo (de ahí su nombre) y más tarde, también por los campesinos y pescadores menorquines, que lo usaban como vía de comunicación.
Este camino fue durante siglos esencial para la defensa de la isla, aunque desgraciadamente cayó luego en desuso y fue invadido por vegetación, e incluso privatizado por fincas particulares. No fue hasta los años noventa, gracias a una intensa movilización ciudadana y una ley del Parlament balear en 2000, cuando finalmente el Camí de Cavalls fue recuperado y abierto al público como sendero de uso público.
Del sur turquesa al norte salvaje: veinte etapas para descubrirlo todo
El Camí de Cavalls está dividido en 20 etapas oficiales, que van desde los 5 hasta los 14 kilómetros cada una. Algunas son accesibles para todos los públicos, otras son auténticos retos físicos bajo el sol menorquín.
No hay una única manera de recorrerlo, y esa es parte de su magia. Cada etapa es diferente: mientras unas atraviesan playas de arena blanca y aguas turquesas como Macarella o Cala Mitjana, otras te adentran en zonas agrestes y salvajes como Cala Pregonda o los acantilados de la costa norte.
Una mica de camí de cavalls ... i de cabres! pic.twitter.com/YBjaQzgRIX
— eliabet |||| (@Elisabettwit) October 19, 2024
La ruta ofrece un catálogo completo del paisaje menorquín: calas de postal, humedales protegidos como s’Albufera des Grau, antiguas baterías militares, faros solitarios, campos de cultivo y tramos de bosque cerrado donde parece que el tiempo se detuvo.
Un camino que puedes hacer a tu medida y ritmo
Lo bueno de este singular recorrido es que no hay que hacerlo todo de una vez. Algunos viajeros se plantean recorrerlo en una semana completa, mientras que muchos locales lo hacen por etapas, a lo largo del año. También es posible hacer solo los tramos más emblemáticos, dependiendo del nivel físico y del tiempo disponible.
Hay empresas que ofrecen servicios de traslado de equipaje entre etapas, alquiler de bicicletas adaptadas, mapas detallados, y guías especializados. Para los más deportistas, cada año se celebra la exigente Trail Camí de Cavalls 360º, una carrera extrema por relevos, en bicicleta o corriendo.
Consejos esenciales para caminar con seguridad y comodidad
Sin duda, la mejor época para recorrer el Camí de Cavalls es entre abril y junio o septiembre y octubre, cuando el tiempo es agradable y hay menos aglomeraciones. En pleno verano, las temperaturas pueden ser extremas, y hay pocos tramos con sombra.

Aunque el camino bordea el mar, no siempre es posible bañarse en todas las calas por las corrientes o el acceso complicado. Aun así, hay muchas oportunidades para darse un buen un chapuzón reparador en playas como Son Saura, Cala en Turqueta, Cala Pilar o Binimel·là.
Alojamientos frente al mar y entre muros de piedra
Una de las grandes ventajas de este camino es que pasa cerca de muchos núcleos urbanos, lo que facilita el alojamiento y la planificación. Es posible dormir en casas rurales, agroturismos, hoteles familiares o albergues, algunos en antiguos llocs restaurados.
Ciutadella, Mahón, Es Mercadal o Sant Lluís son buenas bases, y también hay opciones más aisladas como Binisafúller o Cala Morell. Eso sí, en verano conviene reservar con antelación, ya que es temporada alta y el turismo está regulado. Si te animas a hacerlo, te aconsejamos consultar su web antes de planificar tu viaje: https://www.camidecavalls.com/es/