La temporada de tornados se complica en Norteamérica

El final de la primavera es una época muy favorable para el desarrollo de tormentas intensas en latitudes medias. En Estados Unidos, país donde las conocen muy bien, la temporada está volviéndose cada vez más activa. ¿Continuará esta tendencia?

Tornado en Kansas
Tornado del año 2014 en Kansas.

Estamos en plena temporada de tornados en las grandes llanuras de Estados Unidos y los últimos episodios ya han dejado claro que está siendo más activa de lo habitual, al menos hasta la fecha. Según el recuento de la NOAA, a día 2 de mayo ya se habían contabilizado 413 tornados frente a los 344 de media para esa fecha, de los cuales 251 han tenido lugar a lo largo del mes de abril.

El escenario meteorológico más favorable para la formación de tormentas severas y tornados en buena parte del interior de América del Norte es la presencia de una zona de bajas presiones en el interior del continente, que arrastre aire cálido y húmedo del Golfo de México tierra adentro haciéndolo converger con las brisas secas del oeste, procedentes de cordillera de las Rocosas.

También es necesaria una vaguada en altura, la cual aporta una inestabilidad adicional. Por una parte trae aire frío en niveles altos y divergencia de vientos en altura, lo que favorece la convección, y por otra aporta cizalladura, es decir, vientos cuya intensidad y dirección varían con la altura, incrementando su intensidad y girando en el sentido de las agujas del reloj conforme ganamos altitud. Esto favorece que las tormentas adquieran rotación, desarrollándose supercélulas. Este tipo de tormentas pueden generar tornados a lo largo de su ciclo de vida, especialmente al final del mismo cuando, en contra de lo que pudiera parecer, adquieren mayor severidad.

Comparación de promedios, extremos y percentiles con la temporada de tornados de 2019 a fecha 2 de mayo, por NOAA


Sin embargo, la frecuencia con la que aparecen estos escenarios favorables para la formación de tornados varía bastante de un año a otro. Evidentemente en este último mes estas condiciones se han dado con frecuencia y el resultado ha sido una gran proliferación de supercélulas y diversos tipos de tormentas organizadas, y con ellas han aparecido un importante número de tornados. Pero de todos esos tornados, destacan siempre los llamados “tornados significativos”, que son aquellos que alcanzan o superan el grado EF-2 en la escala Fujita, que clasifica de EF-0 a EF-5 la intensidad de los tornados en función de los daños que producen. Sólo en abril se han confirmado 38 tornados significativos.

Quizá uno de los más impresionantes fue el que se formó sobre Morton (Mississippi) el día 18 de abril. Este tornado se estima que generó vientos del orden de 200-220km/h situándose en el umbral superior del grado EF-2. Además fue lo que se conoce como un “rain wrapped tornado”, es decir, un tornado envuelto en densas cortinas de lluvia que no es visible para el observador hasta que lo tiene literalmente encima. Sólo las sirenas de alarma de tornado advirtieron un par de minutos antes de su llegada a los habitantes de esta pequeña población.

¿Lo peor está por llegar?

Lo cierto es que la temporada de tormentas severas está en su punto álgido este mes, pero hay algo aún más importante en lo que fijarse estos días. En estos momentos, una vaguada se aproxima por el oeste del continente y varios sistemas de bajas presiones empezarán a gestarse en tierra firme, a lo largo de las grandes llanuras, cruzando la región de suroeste a noreste y absorbiendo aire muy húmedo del Golfo de México.

Ya este fin de semana empezará a notarse un gran aumento de la actividad tormentosa en numerosos estados, especialmente en Texas y Oklahoma, así como en buena parte del oeste del valle del Mississippi. La persistencia de este escenario meteorológico, que podría mantenerse incluso durante buena parte de la semana que viene, hace pensar que podría estar gestándose uno de los episodios más severos de esta temporada de tornados de 2019.