Los enormes destrozos de la DANA del día de San Mateo

Durante el día 20 de septiembre de 2007 en la costa malagueña y granadina, con sol a rabiar y máximas cercanas a los 28 ºC, nada hacía presagiar que al día siguiente las fuerzas de la naturaleza desatarían toda su furia. ¿Qué pasó ese día de San Mateo?

Imagen del parque Natural de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama.
La falta de vegetación arbórea para sostener el terreno y retener las precipitaciones, junto con la orografía tan abrupta de esta parte del litoral de las provincias de Málaga y de Granada, ayudó a la formación de importantes crecidas de los ríos, que en sus desembocaduras causaron enormes daños. En la imagen el parque Natural de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama.

Tras la habitual sequía estival hay muchos refranes que hablan de lo que podemos esperar en septiembre, con el inicio del otoño. Los hay favorables como “la otoñada verdadera, por San Mateo (21 de septiembre) las lluvias primeras”, pero hay otros que nos recuerdan lo peligroso que es este tránsito entre estaciones, “septiembre: más que septiembre, se tiemble”.

Y esto es lo que sucedió el 21 de septiembre de 2007 en muchos puntos de Andalucía oriental, en especial en la costa malagueña y granadina, con foco en las localidades de Torrox y Nerja, a un lado de las sierras de Tejeda, Almijara y Alhama y de Almuñecar por el otro.

Contexto climático y geográfico

Viajamos hacia al litoral y prelitoral de las provincias de Málaga y de Granada. En la costa predomina un clima mediterráneo subtropical, con una elevada temperatura media anual: el observatorio de Málaga aeropuerto marca 18,5 ºC. El verano es relativamente caluroso, destacando las mínimas que suelen suponer muy a menudo noches tropicales desde junio hasta bien avanzado septiembre. Regresando al observatorio de Málaga, las precipitaciones rondan los 500 a 550 l/m2, con máximos mensuales en otoño e invierno y con un clarísimo mínimo en verano.

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En el prelitoral, aún estando en un contexto climático similar, las variables meteorológicas se amplían algo más, se continentalizan, con temperaturas máximas y mínimas más extremas y con precipitaciones, que en las partes más elevadas pueden alcanzar los 1.000 l/m2 y que en el momento más frío del invierno pueden teñirse con el color blanco de la nieve.

Respecto al ámbito geográfico, nos encontramos en una zona orográfica compleja y bastante abrupta, donde las sierras mencionadas anteriormente alcanzan una altura máxima de 2.069 m en el pico La Maroma, en sierra de Tejeda, Málaga, que tan solo dista de la costa en línea recta unos 20 kilómetros y que desciende rápidamente terminando en el mar en los acantilados de Maro-Cerro Gordo, que pueden alcanzar los 250 metros de altura.

Situación meteorológica previa y evolución

En aquel día 17, tras algo más de una semana con un claro dominio anticiclónico sobre la mayoría de la Península, entre dos centros de altas presiones -uno al norte de las Azores y otro al sur de Italia- se coló una vaguada en altura que afectó al noroeste peninsular, que finalmente dio lugar a la formación, frente a las costas de Portugal, de una DANA con una temperatura en su centro a 500 hPa de -15 ºC.

Mapa de superficie y de 500 hPa del día 21 de septiembre de 2007.
Mapa de superficie y de 500 hPa del día 21 de septiembre de 2007, donde se aprecia el flujo dominante del este en las capas bajas atmosféricas y el cruce del Estrecho de Gibraltar por el embolsamiento frío en altura. Fuente: AEMET.

El día 19 se mantuvo en superficie la situación anticiclónica sobre España e incluso las altas presiones atlánticas se extendieron, en forma de cuña, hacia el interior de Europa. Con la formación de una baja relativa en Libia, se empezó a establecer un flujo del este en el mar de Alborán. Mientras tanto, en altura, la DANA inició su acercamiento hacia el Estrecho, situándose en el cabo de San Vicente a las 12 UTC.

El día 20 en superficie apenas hubo cambios, se mantuvo el viento de levante sobre Andalucía oriental, que siguió aportando humedad a las capas bajas y medias atmosféricas, mientras que el embolsamiento de aire frío, ya en el golfo de Cádiz, empezó a afectar al suroeste peninsular con las primeras tormentas y precipitaciones de cierta cuantía.

DANA del 21 de septiembre

Finalmente, el día 21 el núcleo frío de -16 ºC a 500 hPa, cruzó el Estrecho de Gibraltar y se produjo el choque entre la masa más cálida y húmeda, con el aire frío en altura, lo que provocó la formación de grandes núcleos tormentosos, que iniciaron su devastador movimiento de oeste a este durante el día de San Mateo.

A las 9 de la mañana, justo en la hora de entrada a muchos colegios, empezó a caer pedrisco con tamaño de pelotas de golf provocando varios heridos.

Ya de madrugada se dieron las primeras intervenciones de los equipos de rescate. En Marbella una imponente tromba de agua dejó anegados varios túneles con vehículos en su interior, cuyos ocupantes debieron ser rescatados. Pero lo peor aún estaba por llegar. Aproximadamente a las 9 de la mañana, hora de entrada de muchos colegios, la tormenta trajo otro gran chubasco y esta vez acompañado de una granizada que no se recordaba en la zona. El pedrisco alcanzó el tamaño de pelotas de golf provocando varias decenas de heridos, así como el destrozo de cientos de vehículos, tejados y demás material urbano.

Pero la situación no terminó aquí, ya que la DANA se movió lentamente por la costa malagueña, camino de la zona alta que la separa de la provincia de Granada. Y fue aquí, desde el mediodía y primeras horas de la tarde, cuando el episodio convectivo alcanzó su mayor virulencia, potenciado por el efecto orográfico de las sierras cercanas al litoral. Incluso los núcleos tormentosos alcanzaron puntos más interiores, midiéndose en el aeropuerto de Granada su máxima precipitación diaria de su historia, con 69,3 l/m2.

Conclusiones

En Nerja se contabilizaron 188,2 l/m2, por lo que se puede pensar que rondaron los 200 l/m2 en las zonas más elevadas, precipitaciones que cayeron en un espacio de tiempo muy pequeño.

La confluencia de varios factores explica lo que sucedió ese día. En primer lugar la elevada intensidad horaria de la precipitación, lloviendo casi la mitad de la precipitación anual en apenas unas horas; en segundo lugar, la escasez de vegetación arbórea en las laderas de las sierrasen tercer lugar, la orografía tan agreste en las cercanías de la costa; en cuarto lugar, la falta de limpieza de los cauces naturales y en quinto lugar, la urbanización masiva de la línea de costa, con cierre parcial de las salidas de los ríos al estrechar sus desembocaduras, la mayoría de las veces ocupadas por puentes de escasa altura. Todo esto provocó en las desembocaduras de los ríos, enormes daños, llevándose la peor parte las localidades de Nerja en Málaga y principalmente Almuñecar en Granada.

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¿Variabilidad climática o cambio climático? Según en qué época se haga esta pregunta o quién la quiera responder, se dará una contestación u otra. Lo que sí está claro, aparte los elementos naturales que se sucedieron ese día, que la pésima ordenación de las poblaciones en nuestras costas, con una urbanización desmedida que ha despojado del entorno natural a numerosos parajes, fue una de las causas principales del desastre. Dejo una pregunta en el aire, ¿estamos preparados para las próximas adversidades de la madre naturaleza?