¿Es cierto que se avecina la mayor nevada en 145 años? Esto dice la ciencia sobre el invierno

Más de un titular ha vaticinado últimamente el mayor temporal invernal en 145 años en España. La pregunta es si realmente es eso posible, y si este invierno en concreto puede favorecer un episodio así.

Filomena 2024 España
Incluso la nevada de la borrasca Filomena, extraordinaria en el norte de la Meseta Sur, no ha llegado a ser allí la mayor en 145 años. En 1904 también se superó el medio metro de espesor en El Retiro.

Hablar del mayor temporal de invierno en 145 años no es fácil, pero no sólo por su magnitud ni probabilidad de ocurrencia, sino porque primero habrá que especificar a qué tipo de temporal nos estamos refiriendo.

Un temporal puede hacer referencia a un episodio de vientos muy fuertes, superiores a 63 km/h de velocidad sostenida, pero también a otros meteoros cuando alcanzan una intensidad adversa. En el caso de las nevadas o las lluvias, se habla de temporal cuando se dan en regiones extensas con intensidad fuerte o inusual, provocando numerosas incidencias.

Por otra parte, tenemos que tener en cuenta que, en lo que a precipitaciones se refiere, aventurarse a comparar episodios de más de un siglo de antigüedad no es fácil debido a la escasez de registros precisamente en las zonas más nivosas de la península, algo similar sucede con episodios de lluvias intensas o temporales de viento.

Los estudios de precipitaciones locales no pueden compararse, por ejemplo, con reanálisis de otras variables más sencillas de determinar en el pasado como puede ser la temperatura o la presión.

Podemos saber con facilidad si hace 145 años hacía más calor o la presión era más baja en el entorno peninsular en una determinada fecha, pero no si un episodio concreto de lluvias o nevadas fue más intenso que otro actual, salvo contadas excepciones.

Además, remontarse 145 años implica contemplar temporales de nieve excepcionalmente intensos, como los vividos en el norte peninsular en 1985, 1954 o 1888, todos ellos con varios metros de espesor en zonas pobladas de la Cordillera Cantábrica, o nevadas en la zona centro como las de 1904 o 2021, ambas extensas y que en capitales como Madrid superaron el medio metro de espesor.

Por supuesto, hay que tener en cuenta que la península es muy diversa y dependiendo de la vertiente (atlántica, mediterránea o cantábrica), podemos distinguir episodios muy distintos, cada uno de récord en su respectiva región.

Lo que está por venir este invierno

Confirmada la dificultad que supone predecir algo así, también tenemos que tener en cuenta que ese tipo de afirmaciones solo es posible hacerlas cuando tenemos datos precisos del temporal en cuestión, y eso no es posible hasta que se produce o, en casos excepcionales, cuando la predicción es extremadamente fiable. Por eso nunca se suele hablar de "el mayor temporal en años" hasta que se ha producido o si su llegada es inminente en cuestión de horas.

Actualmente, los modelos a largo plazo muestran un comienzo del invierno astronómico seco y relativamente frío, mientras que las predicciones mensuales contempladas por nuestro modelo de referencia muestran un mes de enero con flujos de masas de aire más templadas y húmedas.

Previsión enero España
Por ahora las previsiones señalan que las temperaturas probablemente se situarán por encima de la media en enero, lo que no excluye la posibilidad de tener algún episodio de fuertes nevadas.

Por tanto, no es descartable en absoluto un episodio de nevadas importante, pero no es posible afirmar si, de producirse, será el más intenso en 145 años. De hecho, con los datos disponibles, no es ni más ni menos probable que en cada uno de los últimos 145 inviernos.

¿Es menos probable una nevada histórica ahora que hace 100 años?

La respuesta más rápida es un "no". De hecho no está nada claro que los episodios extremos de nevadas estén disminuyendo, y prueba de ello es que en zonas del este de Europa sí que han tenido el temporal invernal más fuerte en más de un siglo, el cual puede haber sido el detonante de la falsa noticia que se cuestiona.

Sí está disminuyendo la frecuencia de olas de frío al haber menguado el número de días y situaciones en los que las temperaturas permiten que se den estas condiciones, pero los episodios extremos siguen ocurriendo y las precipitaciones extremas, tanto de lluvia como de nieve, no están experimentando una tendencia descendente.

Algunas de las nevadas más intensas registradas en nuestras ciudades se han vivido a lo largo de estas primeras décadas del siglo XXI, como la acontecida en Burgos en 2001, con más de medio metro de espesor; las de 2015 en la Cordillera Cantábrica y zonas próximas; la de enero de 2021 (Filomena) con más de 40 cm de nieve en varias ciudades de la Meseta Sur y hasta 53 cm en el observatorio de El Retiro; o las que afectaron a Ávila y Segovia en 2018, alcanzándose espesores de más de 60cm en terreno despejado en la capital abulense.

Aunque es correcto asumir que los temporales invernales están disminuyendo su frecuencia, es un error afirmar que por esta razón no pueden producirse nevadas excepcionales. Hay que tener en cuenta que en la península ibérica las advecciones polares, incluso con temperaturas de hasta 2 ºC por encima de los niveles preindustriales, seguirán siendo lo suficientemente frías como para que se produzcan grandes nevadas. Además, un océano más cálido incrementa el contenido en humedad de las masas de aire circundantes.