¿Las erupciones del Etna y el Sinabung podrían cambiar el clima?

El Etna y el Sinabung han sido noticia en estos últimos días por las impactantes imágenes que nos han dejado. ¿Sus erupciones pueden tener repercusiones en el clima? Aquí te lo contamos.

volcán Etna
Imagen del volcán Etna en una de sus erupciones. Tiene aproximadamente 3.322 metros de altura, y en su cumbre se encuentran otros 4 cráteres más.

En estas últimas semanas las erupciones volcánicas están a la orden del día. Primero fue el Etna en Sicilia, Italia, con ocho erupciones en las dos últimas semanas. Después entró en escena el monte Sinabung en Sumatra, Indonesia, que erupcionó dejando un penacho que alcanzó los 5000 metros del altura. ¿Este tipo de erupciones son capaces de cambiar el clima del mundo?

Erupciones volcánicas que cambian el clima

A pesar de todos los grandes avances que hemos conseguido en nuestra historia reciente y de poder, en cierta manera, 'predecir' cualquier cosa, seguimos siendo muy vulnerables ante los fenómenos naturales de la Tierra. Uno de los mejores ejemplos lo encontramos con el volcán Krakatoa -el padre del Anak Krakatoa- y su catastrófica erupción en 1883. Este evento cubrió el cielo de cenizas y posteriormente enfrió el hemisferio norte durante unos cuantos años, generando la Pequeña Edad del Hielo.

Hay estudios que señalan que los volcanes podrían cambiar el clima a nivel planetario. Todo ello con un alto grado de incertidumbre, y teniendo en cuenta que hablamos de grandes erupciones en un período de tiempo limitado. Una erupción de gran magnitud tendría un importante impacto.

¿Cómo es el proceso?

Cuando un volcán entra en erupción, las partículas que emite pueden ejercer una influencia importante en el tiempo y/o el clima, dependiendo de la importancia de la erupción. Los volcanes liberan a la atmósfera grandes cantidades de cenizas y humo. Cuando esta nube de compuestos se mezcla y combina con el vapor de agua, llega a formar ácido sulfúrico y otros sulfatos que actúan como pantalla en la estratosfera.

Esta pantalla provoca que los rayos del Sol tengan más dificultades para alcanzar la superfcie, y por ello puede producir un enfriamiento del clima de entre 0,1 y 3 ºC. Para que el enfriamiento sea prolongado y su efecto sea global, es necesario que la erupción sea lo suficientemente intensa para que la pluma de cenizas penetre en la estratosfera (de 10 a 50 kilómetros de altitud).

Una vez ahí, estas partículas pueden distribuirse de manera global y estar suspendidas por varios años. Un ejemplo muy claro lo tenemos con la erupción del Tambora (Sumbawa, en Indonesia) en 1815, y el Krakatoa en 1883. Estas dos violentas erupciones, consideradas de gran magnitud, expulsaron un número muy alto de partículas, que estuvieron presentes en la atmósfera durante varios años.

¿Las erupciones que estamos teniendo pueden provocar un enfriamiento?

Como hemos visto, la intensidad y la frecuencia son los factores más importantes. Hemos comenzado un 2021 que nos está dejando unas cuantas erupciones volcánicas, aunque afortunadamente de 'pequeña' magnitud. El Sinabung y el Etna son volcanes muy activos y continúan con la erupción y la emisión de gases, pero por ahora no parece que estemos ante inminentes erupciones de consecuencias catastróficas.