El superalimento del otoño: los 5 beneficios de comer castañas que desconocías
Tostadas al fuego, hervidas, en puré o convertidas en harina para postres y cremas, las castañas son un alimento versátil que une placer y nutrición. Y además, muy sano. Toma nota.

El aire empieza a enfriarse, las hojas caen y los puestos de castañas asadas aparecen en las calles. Son señales claras de que ha llegado el otoño. Comer castañas en esta época no es solo una costumbre, sino también una forma de disfrutar de un alimento lleno de propiedades.
Más allá de su sabor y de la tradición, la castaña es un superalimento de temporada, rica en energía, fibra, vitaminas y minerales que ayudan al cuerpo a adaptarse al cambio de estación.
Un fruto sencillo con una gran riqueza nutricional
A diferencia de otros frutos secos, la castaña tiene un bajo contenido en grasa y una alta proporción de carbohidratos complejos, lo que la convierte en una fuente de energía de liberación lenta, ideal para combatir la fatiga otoñal.
Las castañas, además de estar riquísimas, aportan grandes cantidades de vitaminas y propiedades, beneficiosas para nuestro organismo #BioCastaneaRadio3 @BosqueHabitado #MagostoEnElBierzo #ComunidadDelBosque pic.twitter.com/5ZZq6zIKUx
— sentidomascomun (@sentidomascomun) November 18, 2018
Estas características la sitúan a medio camino entre un cereal y un fruto seco, lo que explica por qué durante siglos fue la base de la alimentación en muchas regiones de Europa antes de la llegada de la patata. En tiempos de escasez, las castañas eran “el pan de los pobres”, pero hoy la ciencia las reivindica como un alimento inteligente y saludable.
Energía natural sin picos de azúcar
Las castañas aportan energía de forma sostenida gracias a su contenido en hidratos de carbono complejos y fibra soluble, que ayudan a mantener estables los niveles de glucosa en sangre. Esto las convierte en una excelente opción para deportistas, personas con diabetes o cualquiera que necesite mantener la concentración y el rendimiento a lo largo del día.
A diferencia de los dulces procesados, su dulzor es natural y proviene de azúcares de lenta absorción. Una ración de 100 gramos aporta alrededor de 200 kilocalorías, mucho menos que otros frutos secos, pero con un poder saciante notable.
La castaña, un alimento muy nutritivo y bajo en grasa.
MANUEL VISO (@MANUELVISO1) November 11, 2017
Sin gluten ni colesterol#castañas #magosto pic.twitter.com/pZMXSHVuhO
Su bajo contenido en grasa y la presencia de ácidos grasos insaturados, especialmente el ácido oleico y linoleico, ayudan a reducir los niveles de colesterol “malo” y a proteger la salud cardiovascular. El potasio contribuye además a mantener una presión arterial adecuada, favoreciendo la circulación y evitando la retención de líquidos.
Refuerzo para el sistema inmunitario
El otoño es época de resfriados, y las castañas pueden convertirse en un refuerzo natural para las defensas. Gracias a su contenido en vitamina C, zinc y folatos, ayudan a fortalecer el sistema inmunitario y a mejorar la regeneración celular. Su combinación de antioxidantes también combate el estrés oxidativo, responsable del envejecimiento prematuro.
Incluso se ha observado que los taninos presentes en su piel tienen un efecto antiinflamatorio y antibacteriano, lo que refuerza su valor como alimento medicinal tradicional.
Cómo las castañas cuidan tu sistema digestivo
Por otro lado, la fibra de las castañas, tanto soluble como insoluble, estimula el tránsito intestinal y favorece el equilibrio de la flora bacteriana. Esto mejora la digestión y previene el estreñimiento, un problema común cuando el cuerpo se adapta al cambio de estación.
En los paseos de otoño podemos encontrar este súper alimento. La castaña tienen muchos minerales y está indicada para fortalecer el cerebro y mejorar todas las funciones intelectuales como dice el refrán Las castaña en decocción, en otoño y en invierno alejan de la depresión pic.twitter.com/8n9qUvnb3t
— EcoparqueDeTrasmiera (@Ecoparque_Cant) October 27, 2020
Además, su composición suave y sin gluten las convierte en una excelente alternativa para quienes padecen celiaquía o sensibilidad al gluten, especialmente en forma de harina de castaña, usada en panes y repostería saludable.
Más allá de la salud interna, las castañas también benefician la piel, el cabello y las uñas. Sus vitaminas del grupo B, junto con minerales como el zinc y el cobre, favorecen la regeneración de tejidos y la producción de colágeno. Al incluirlas en la dieta, se potencia el brillo natural del cabello y la elasticidad de la piel.
No te pierdas la última hora de Meteored y disfruta de todos nuestros contenidos en Google Discover totalmente GRATIS
+ Seguir a Meteored