El machacón viento de Levante del Estrecho

Con un tiempo cada vez más veraniego, durante el tramo final del mes de mayo de 2020 se ha establecido el típico régimen de Levante en las costas del sur peninsular, con especial incidencia en la zona del Estrecho, donde sopla intenso. Su persistencia e impetuosidad son dos de sus características.

Estrecho de Gibraltar
Imagen de satélite MODIS del Estrecho de Gibraltar del 27 de mayo, con el Levante soplando con fuerza y acumulando nubes bajas en el lado oriental del citado estrecho.

La frase “Levante fuerte en el Estrecho” es todo un clásico en los pronósticos meteorológicos que se elaboran en España, habiéndose convertido en una coletilla de los hombres y mujeres del tiempo. Hasta el cantautor Amancio Prada la usó como título de una de sus canciones. Lo cierto es que hay bastantes días al año en los que sopla con intensidad ese viento en esa zona tan particular de la geografía española; un enclave singular donde confluye el océano Atlántico con el mar Mediterráneo, y donde casi se tocan Europa y África. La reiteración en el uso de la frase está justificada; el machacón Levante tiene una causa física y sus registros también revelan su significación.

El Estrecho forma una especie de embudo en el que el aire aumenta de velocidad a la vez que disminuye la presión, debido al llamado efecto Venturi.

El mes de mayo de 2020 se va a despedir con ambiente caluroso y estabilidad atmosférica generalizada –rota únicamente por las fuertes tormentas que descargaron por el interior peninsular los primeros días de la semana–. Esta situación meteorológica no solo mantiene, sino que refuerza los vientos de Levante que, desde que el tiempo se tornó veraniego, empezaron a soplar en las costas del sur peninsular, Ceuta, Melilla, con especial incidencia en la zona del Estrecho, donde alcanzan rachas muy fuertes. Tanto allí como en zonas adyacentes, el viento se canaliza y en consecuencia se acelera. El Estrecho, como su propio nombre indica, es un estrechamiento natural, una especie de embudo en el que el aire aumenta de velocidad a la vez que disminuye su presión, debido al llamado “efecto Venturi”.

Estrecho de Gibraltar y efecto Venturi
Arriba: Imagen del satélite Sentinel-3A tomada el 1 de marzo de 2016 donde se observa todo el sur de la península Ibérica y norte de Marruecos, donde con relativa frecuencia soplan vientos intensos de Levante. © Copernicus Sentinel data 2016. Abajo: Esquema del efecto Venturi, como el que experimenta el viento en el Estrecho de Gibraltar.

Dicho efecto aplicado a un fluido (el aire, en el caso que nos ocupa), indica que allí donde aumente su velocidad –como consecuencia de un estrechamiento de las líneas de corriente– se produce una disminución de la presión. Esto es una consecuencia de la ecuación de continuidad, que lo que nos dice es que el producto de la velocidad del fluido por la sección transversal que atraviesa se mantiene constante, de manera que si la sección disminuye, aumenta la velocidad y viceversa.

Mientras que en la zona de Alborán, a la altura de Granada y Almería, el mar se extiende hasta 150 kilómetros entre la costa española y la marroquí, en la zona más angosta del Estrecho apenas hay 12 kilómetros entre la punta de Tarifa, en el lado español, y la Punta Leona, en Marruecos. Aparte de esto, tenemos montañas elevadas a ambos lados: las cordilleras del Rif y el Atlas al norte de Marruecos, y una sucesión de sierras frente a nuestras costas, lo que confina el aire en esa pequeña cuenca, forzando su aceleración. Ocurre tanto cuando sopla Levante como cuando hace lo propio el Poniente, siendo relativamente frecuentes los temporales asociados a ambos vientos.

Nube en banderola en el Peñón de Gibraltar
El Peñón de Gibraltar fotografiado desde la playa de La Línea de la Concepción, con la característica nube en banderola enganchada a la cumbre, que se forma en ocasiones cuando sopla viento de Levante.

Se mantendrá todo el verano, con pocas interrupciones

Las situaciones meteorológicas que pueden dar lugar al Levante en el Estrecho son de lo más variadas, por lo que dicho viento puede soplar en cualquier época del año. No obstante, uno de los tipos de tiempo que más favorece su aparición es cuando el anticiclón de las Azores abraza la Península Ibérica, quedando la costa andaluza en su borde meridional, a la vez que se forma una baja térmica tanto en la zona marroquí como en el suroeste peninsular, provocada por las altas temperaturas.

Dicha circunstancia es lo que está ocurriendo justamente estos días. Con pocas interrupciones, se mantendrá a lo largo del verano. El Levante puede llegar a soplar hasta 50 días seguidos en la zona, siendo entre Ceuta y la Bahía de Algeciras donde alcanza la máxima intensidad, obligando a veces a interrumpir el tráfico marítimo.

Pero si hay un lugar marcado climáticamente por la incidencia del viento de Levante, ese es Tarifa, donde incluso en situaciones de pantano barométrico, cuando a nivel sinóptico nada hace pensar que soplarán vientos destacados en la zona, pueden alcanzarse rachas fuertes de Levante, con velocidades del viento superiores a los 40 km/h. Los temporales de Levante –como máxima expresión del viento en la zona-, que se extienden desde Alborán hasta la Bahía de Cádiz, duran a veces hasta 10 días seguidos y se alcanzan rachas de más de 100 km/h. En Tarifa, casi el 60 % de las veces que hay Levante, sopla fuerte o muy fuerte, cosa que no ocurre con el Poniente, que si bien se reparte con el Levante casi a partes iguales la frecuencia anual, solo es fuerte en Tarifa el 14% de las veces.