Dos mares europeos registran las temperaturas marinas más anómalas del planeta: ¿hay riesgo de fenómenos extremos?
Crece la preocupación entre climatólogos, oceanógrafos y biólogos por las increíbles anomalías de temperatura en los océanos. Estos días se observan excesos de incluso más de 4°C en estos dos mares europeos. ¿Hay riesgo de fenómenos meteorológicos extremos?

Es bien sabido que el 90% del exceso de calor debido al desequilibrio en el balance radiativo de la Tierra se acumula en los mares y océanos. En los dos últimos años, los datos son cada vez más anómalamente cálidos, lo que preocupa a climatólogos y oceanógrafos.
Los mapas de las últimas semanas llaman la atención porque dos mares europeos son los más cálidos del planeta en términos de anomalía de temperatura. Se trata del Mar del Norte y del Mar Adriático. Aquí explicamos lo que está ocurriendo.
Mar del Norte y Adriático: los datos son preocupantes
El mapa que analizamos lo procesa diariamente la NOAA Coral Reef Watch (CRW) y se basa en los satélites polares más modernos. La imagen de abajo muestra las anomalías de temperatura con respecto a un periodo base de referencia, en este caso 1985-2012.
En la práctica: donde el mapa es rojo, no significa que el mar sea cálido en términos absolutos, sino relativos. Y enseguida salta a la vista que, entre mares y océanos, las zonas rojas, más cálidas de lo normal, son mucho mayores que las azules, de anomalía negativa.

Entre los mares especialmente cálidos, destacan dos alrededor de Europa: el Mar del Norte y el Mar Adriático. En cuanto al Mar del Norte, amplias zonas entre el Reino Unido, los Países Bajos y Escandinavia muestran temperaturas de entre 3 y 4 °C por encima de la media.
Al igual que en el Adriático, la anomalía es especialmente evidente a lo largo de la costa central y meridional de Italia y en algunas partes de la cuenca meridional.
Una anomalía de +4 °C a principios de mayo es preocupante, tanto de cara al verano como porque el mar cálido es precisamente uno de los factores sospechosos de la increíble intensidad de las lluvias en las recientes inundaciones en Italia y Emilia Romaña en particular.
Los posibles impactos en los sistemas meteorológicos
La primera consecuencia de unos mares excesivamente cálidos puede reflejarse en la intensificación de las borrascas o ciertos sistemas tormentosos. Por ejemplo, los frentes fríos de primavera y verano que transitan por el Mar del Norte podrían cargarse más de agua precipitable. A su llegada a la cuenca mediterránea, el calor del Adriático podría intensificar aún más los frentes.
Diversos estudios han asociado los recientes fenómenos extremos (como las lluvias torrenciales de finales de octubre de 2024 en España que dejó una DANA) precisamente a las anomalías de la temperatura del mar.
Compartimos la nota de prensa original sobre el estudio realizado por investigadores del Departamento de Geografía de la Universitat de València, junto con investigadores de Aemet y Avamet con la evolución horaria de las precipitaciones del episodio del 29 de octubre de 2024 pic.twitter.com/SrBXApbKMd
— Departament de Geografia - Universitat de València (@depgeo_uv) May 5, 2025
Por otra parte, en el Adriático y en diversos sectores del Mediterráneo el exceso de calor del mar podría enriquecer el río atmosférico con agua precipitable, que luego podría desencadenar lluvias torrenciales en sectores de la cuenca orográficamente favorables y con la presencia de vientos cargados de humedad.
Los efectos en la biología marina y mucílagos
Unos mares demasiado cálidos pueden tener repercusiones en el ecosistema marino: proliferación de algas, mortalidad de especies sensibles, alteraciones de los ciclos biológicos, condiciones favorables para el establecimiento de especies exóticas.
Si el calor del mar persiste, y tal vez incluso se intensifique por el anticiclón africano, habrá que vigilar el riesgo de desarrollo de mucílagos, especialmente en el Adriático.

La preocupación es ya grande tras algunos indicios de fenómenos de bioluminiscencia frente a la costa de Las Marcas italianas. En una entrevista al periódico Resto del Carlino, el biólogo Corrado Piccinetti, del Instituto de Biología Marina de Fano, tranquiliza: no se trata de mucílago, sino de un fenómeno natural causado por microalgas rojas fluorescentes que, al agitarse, generan estelas luminosas conocidas por los pescadores como "mar enamorado".
Sin embargo, el Dr. Piccinetti tranquiliza: "Es una señal de que el mar está bien, no una alarma", explica. El fenómeno, cíclico y ligado a las corrientes, dura unos diez días y puede desplazarse a lo largo de la costa. No busquemos culpables donde no los hay», concluye, “y disfrutemos de este espectáculo único”.
La nueva normalidad climática
El aumento de las olas de calor marinas es uno de los indicadores clave del cambio climático. La causa de estas anomalías en los mares europeos es consecuencia directa de la acumulación de calor en el sistema climático debido al balance radiativo, que supera ya casi los 4 W/m2, debido a la acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera y a las variaciones de los aerosoles.

A estas alturas, incluso en el caso de los mares cálidos, ya no podemos hablar de fenómenos excepcionales, sino de una nueva normalidad climática. Ignorar o negar las causas antropogénicas de estos fenómenos significa transmitir a las generaciones futuras las consecuencias de nuestras decisiones de hoy.
Se necesitan políticas climáticas fuertes, urgentes y audaces, combinadas con una mayor concienciación pública. Aunque los 1,5 °C y quizá incluso los 2 °C del Acuerdo de París ya se han perdido, recordemos que cada décima de grado que se evita reduce el riesgo de fenómenos meteorológicos extremos y superar los puntos de inflexión en todos los aspectos del sistema climático, incluidos nuestros mares.