Día de la Candelaria: ¿por qué dicen que el 2 de febrero marca la previsión del tiempo?

¿Cuál es el nexo de unión entre la Virgen de la Candelaria, las marmotas y la agricultura? Una fecha que marca la duración del invierno según la sabiduría popular y que antiguamente se utilizaba para decidir sobre la siembra.

La fiesta de La Candelaria también se conoce como «el día en el que se casan los pajaritos». La primavera está cerca.

Seguro que conoces la tradición que se celebra cada 2 de febrero en el municipio de Punxsutawney (Pensilvania), en Estados Unidos. Ese día, la famosa marmota Phil interrumpe su hibernación para vaticinar cuándo acabará el invierno.

Si, al salir de su madriguera, el día es soleado y la marmota puede ver su sombra, volverá a su guarida: el frío invernal durará aún seis semanas más. Si, por el contrario, el cielo está nublado, saldrá definitivamente al exterior en lo que se interpreta como un adelanto de la primavera.

Pues bien, en España tenemos nuestro particular día de la marmota, que también tiene lugar el 2 de febrero, coincidiendo con la celebración de la Virgen de la Candelaria, patrona de las Islas Canarias.

¿Cuál es el origen de la tradición?

En la antigua Roma ya se realizaban predicciones sobre el tiempo a principios del mes de febrero. Y también lo hacían calculando en el comportamiento biológico de un animal: el erizo.

En el año 496, tras la caída del Imperio Romano, el Papa Gelasio instauró la advocación a La Candelaria, que se celebra cada dos de febrero. Ese día, según la tradición judía, María concluyó su cuarentena tras parir a Jesús y lo presentó en el templo de Jerusalén.

En Alemania, continuaron haciendo sus predicciones del tiempo con erizos, una costumbre exportada por los colonos a Estados Unidos en el XVIII. Y al no encontrar allí estos pequeños mamíferos cubiertos de púas, decidió utilizar otro animal que hiberna: la marmota.

La importancia del 2 de febrero para la agricultura

En la tradición cristiana, la fiesta de las Candelas se celebra llevando velas a las iglesias o colocándolas en las ventanas de los hogares, lo que simboliza la vuelta de la luz.

Y es que esta fecha marca el punto intermedio entre el solsticio de invierno y el equinoccio de primavera, cuando los días comienzan a ser más largos. Lo recuerda también nuestro refranero: «Por San Blas, mañana día 3 (de febrero), una hora más».

Antiguamente, los agricultores esperaban este día para decidir si iniciar o no la siembra. ¿El motivo? Si en esta época del año los días son soleados y las noches despejadas, había más posibilidades de que se produjeran heladas que arruinaran las semillas, tal y como cuenta el meteorólogo José Miguel Viñas, en su libro “Preguntas al aire” (Alianza Editorial).

Una creencia que, de nuevo, se refuerza a través del refranero: “Más vale ver al lobo entre las ovejas que el sol el día de Candelas”, o, “si llueve por la Candelaria, apaga la brasa”.

El día en que se casan los pajaritos

En Galicia , a la fiesta de la Candelaria también se la conoce como se conoce como «el día en el que se casan los pajaritos», porque anuncia la inmediata de la primavera y el inicio del periodo reproductor de numerosas especies. Además, coincide con una de las primeras floraciones del año, la de la acacia.

En tierras gallegas, una canción popular también recuerda la importancia de este día desde el punto de vista meterológico: «Se a Candelaria chora, o inverno vai fóra. Se a Candelaria ri, o inverno está por vir». O lo que es lo mismo: si el día es lluvioso, ya habrá pasado lo peor del invierno; si es soleado, aún habrá que soportar semanas de frío.

Y aún hay otra creencia popular, la que dicta que, si el día de la Candelaria hay niebla, la primavera está a la vuelta de la esquina.

En cualquier caso, conviene recordar que, hoy en día, la previsión meteorológica más completa y detallada la puedes encontrar a golpe de click en Meteored, sin necesidad de consultar a erizos o marmotas o de confiar en un refranero que puede que ya no sea demasiado eficaz con este tiempo loco.