Inundaciones en ciudades construidas para el desierto: el fenómeno extremo que golpea las regiones más secas del mundo

    En uno de los países más secos del planeta, una tormenta sin precedentes transformó un cauce seco en una trampa mortal. La tragedia de Samad al-Shan revela cómo el clima está cambiando incluso en el desierto.

    Parece mentira pero sí, en los desiertos también pasan inundaciones.

    En Omán, las inundaciones no son desconocidas, pero sí poco frecuentes y los mayores del lugar recuerdan épocas en las que se avisaba del agua disparando al aire para alertar a quienes vivían aguas abajo.

    Aquel día, el wadi se transformó en cuestión de minutos en un río violento y el agua marrón, bajó cargada de sedimentos arrastrando vehículos, caminos y casas con una fuerza de la corriente que sorprendió a todo el mundo.

    La tormenta que nadie esperaba

    El sistema tormentoso había descargado primero lluvias récord en Emiratos Árabes Unidos, inundando el metro y el aeropuerto de Dubái y tras ello, avanzó hacia Omán, alimentado por una inusual entrada de aire húmedo desde el mar Arábigo.

    Los datos atmosféricos muestran que estos flujos de humedad son ahora más intensos y frecuentes de hecho. en el norte de Omán, las columnas de vapor de agua en la atmósfera superan ampliamente la media global, una señal clara de que el calentamiento del planeta está alterando los patrones de lluvia.

    Decisiones en segundos, consecuencias para siempre

    En Samad al-Shan, una pequeña localidad situada entre colinas rocosas al sur de Mascate, la tormenta sorprendió a conductores que quedaron atrapados cuando sus vehículos fueron arrastrados y otros ,lograron escapar por segundos.

    Aún así, la tragedia golpeó con especial dureza a una escuela local con cientos de alumnos y cuando varios familiares intentaron evacuarlos, el agua los alcanzó dejando varios fallecidos de la misma familia.

    Un país seco, cada vez más vulnerable

    Omán recibe menos de 100 milímetros de lluvia al año en muchas zonas y no tiene ríos permanentes ni grandes lagos naturales. La mayoría del agua potable procede de desaladoras y de acuíferos asociados a los wadis.


    Pero el cambio climático está alterando ese equilibrio ya que llueve menos días, pero cuando lo hace, las precipitaciones son mucho más intensas y concentradas registrándose una acumulación de agua bestial en poco rato.

    Más ciclones, más riesgo

    Desde finales del siglo XIX hasta comienzos del XXI, los ciclones fuertes que alcanzaban Omán eran excepcionales y eso cambió en 2007 con el ciclón Gonu, ya que a partir de esa fecha varios sistemas de gran intensidad han tocado tierra o han pasado muy cerca del país.

    El ciclón Shaheen, en 2021, fue especialmente devastador y dejó lluvias seis veces superiores a la media anual en algunas zonas arrasando con todo

    Ingeniería a gran escala en el Golfo

    Ante todos estos problemas todos los países han puesto sus recursos en el desarrollo de infraestructuras más potentes y así como Omán levanta presas y centros de evacuación, Dubái ha optado por una solución monumental: una red subterránea de túneles de drenaje de más de 190 kilómetros, diseñada para lluvias mucho más intensas que las del pasado.

    La inversión multimillonaria refleja un cambio de mentalidad. Las autoridades ya no se preguntan si volverá a ocurrir, sino cuándo.

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