Aragón es el paraíso de los boletus o rebollones: dónde buscar ahora setas en Teruel, Zaragoza y Huesca

Boletus, rebollones, trompetillas negras… Los bosques aragoneses rebosan sabor en otoño. De Albarracín al Moncayo, las setas se convierten en ingrediente estrella de la temporada. Estos son los mejores lugares de Aragón para recolectarlas.

Setas
Aragón es uno de los destinos preferidos para los amantes de la micología.

Con la llegada del otoño, Aragón se convierte en uno de los destinos preferidos por los amantes de la micología. Los pinares, hayedos y praderas de sus tres provincias se llenan de vida con la aparición de rebollones, boletus, trompetillas negras y muchas otras especies. Este espectáculo natural atrae cada año a cientos de recolectores dispuestos a disfrutar del aire puro, la calma del bosque y el sabor inconfundible de las setas recién cogidas.

Más allá del valor gastronómico, la recolección de setas es también una tradición profundamente arraigada en la cultura aragonesa. Pasear con la cesta al brazo, identificar las especies o compartir recetas son costumbres que unen generaciones. Eso sí, siempre con precaución: no todas las setas son comestibles y conviene conocer bien el entorno o dejarse guiar por expertos.

¿Dónde buscar setas en Zaragoza?

El Parque Natural del Moncayo es el gran referente micológico de Zaragoza. Cuenta con más de 11.000 hectáreas de bosques de pinos, robles y hayas, lo que lo convierte en un espacio natural ideal para encontrar boletus, rebollones, setas de cardo y trompetillas negras. La altitud y la humedad del terreno hacen que, tras las primeras lluvias, el suelo se cubra de hongos en apenas unos días.

Desde Tarazona, San Martín de la Virgen del Moncayo o Añón parten senderos que atraviesan hayedos de ensueño y rincones donde cada paso puede revelar un nuevo hallazgo. Otros lugares de referencia en la provincia son la Sierra de Algairén, el Puerto de Paniza o los pinares de Zuera, muy frecuentados por quienes buscan zonas más tranquilas.

El Pirineo de Huesca, cuna de boletus y rebollones

La provincia de Huesca es un auténtico paraíso micológico gracias a la diversidad de sus bosques y su clima húmedo. En el Valle de Hecho, especialmente en la Selva de Oza, abundan el boletus edulis, las macrolepiotas y los rebollones. Las localidades de Gabardito o El Usón son perfectas para combinar senderismo con una buena jornada de recolección.

Seta
En los valles de Hecho y de Benasque, en Huesca, es posible encontrar gran variedad de setas

El Valle de Benasque también es un destino clásico para los aficionados. Allí, el aire puro del Pirineo y la humedad del suelo permiten el crecimiento de especies tan apreciadas como la capuchina o el rebozuelo. La tradición micológica está tan arraigada que no es raro ver grupos de vecinos madrugando para llenar sus cestas antes del amanecer.

Los mejores rincones de Teruel para buscar setas

En Teruel, las sierras de Albarracín y Gúdar-Javalambre son las grandes protagonistas del otoño, con pinares y robledales que ofrecen boletus edulis, negrillas y trompetillas negras. En pueblos como Bronchales, Griegos u Orihuela del Tremedal, la búsqueda del rebollón es casi un ritual.

Además, la Sierra de Albarracín cuenta con el Parque Micológico de la Comunidad de Albarracín, donde la actividad está regulada por el Decreto 179/2014 del Gobierno de Aragón. Este sistema de permisos diarios garantiza una recolección sostenible y ordenada, respetando los tiempos naturales del bosque.

Consejos para recolectar setas de forma responsable

El respeto por el entorno es esencial. Los expertos recomiendan usar cestas de mimbre, que permiten ventilar las setas y ayudan a dispersar las esporas, frente a las bolsas de plástico, que aceleran la descomposición de los ejemplares. También es importante cortar la seta con cuidado, sin arrancar el micelio del suelo, para favorecer su regeneración.

Recolección de setas
Los expertos aconsejan usar cestas de mimbre para recolectar las setas

En Aragón existen tamaños mínimos de recolección: 4 centímetros para los boletus edulis, 3 para rebollones, setas de cardo y sanjuaneras, 5 para colmenillas y 2 para el resto de especies. Cumplir con estas medidas y respetar las normas locales es fundamental para que los bosques sigan ofreciendo este regalo natural año tras año.

En definitiva, ya sea en los hayedos del Moncayo, los prados del Pirineo o los pinares de Albarracín, Aragón es el gran paraíso de las setas.

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