Algo está pasando con las advecciones de calima en España

Las potentes irrupciones de polvo procedente del Sahara han llamado mucho la atención este año, sin embargo, ¿están realmente aumentando o es otra "trampa" de nuestra mala memoria meteorológica?

La calima tiene su origen en las tormentas, frentes de racha y borrascas que se desplazan sobre zonas desérticas como el Sáhara. Una vez levantado, puede viajar largas distancias antes de depositarse nuevamente.

Durante la semana pasada hemos experimentado una fuerte advección de polvo en suspensión que ha dejado concentraciones de polvo en torno a los 200 ó 300 µg/m³ en muchas zonas del interior peninsular. En algunos casos se ha llegado incluso a superar esas cifras, y la visibilidad se ha reducido a tan solo 1 ó 2 kilómetros. Además, el cielo presentaba un aspecto amarillento o incluso anaranjado en algunas regiones.

Advecciones de polvo sahariano más potentes, ¡un riesgo para la salud!

Hay que tener en cuenta que, por encima de 50 µg/m³ de partículas PM10, la calidad del aire se considera "desfavorable" y puede empezar a tener efectos negativos en la salud. Este episodio fue uno de los "fuertes", de los que por un lado no son para nada excepcionales en la Península teniendo el desierto del Sáhara "al lado", pero que por el otro suelen tener un periodo de retorno claramente superior a un año, al menos en la mitad norte, siendo algo más frecuentes en el cuadrante sureste peninsular.


Sin embargo, esto no es así desde hace relativamente poco: advecciones de polvo en suspensión como la de la semana pasada, con concentraciones de más de 200 µg/m³ y visibilidad inferior a 2 km en el interior peninsular, han dejado de ser ocasionales.

Eventos similares en décadas pasadas, como el de agosto de 2005, que en su momento llamaron la atención, son ahora mucho más habituales. Con los datos que tenemos ahora y la frecuencia con la que se producen, es relativamente probable que sólo tengamos que esperar semanas o algunos meses para que vuelva a repetirse una situación parecida.

La gran irrupción de calima asociada a Celia, algo extraordinario

De hecho, este episodio de calima no sólo tiene un periodo de retorno pequeño actualmente, sino que este año ha quedado totalmente eclipsado por el ocurrido entre los días 14 y 18 de marzo, cuando la borrasca Celia levantó enormes cantidades de polvo del Sáhara y las trasladó hasta la Península Ibérica.

En esa ocasión, las concentraciones de polvo en suspensión llegaron a cifras inéditas incluso en zonas de la mitad norte peninsular y el Cantábrico, con valores localmente superiores a 1000 µg/m³ y una visibilidad de apenas unos centenares de metros. La arena y el polvo del Sáhara se acumularon en el suelo dejando entre 5 y 10 gramos por metro cuadrado, tiñendo de marrón las calles de numerosas localidades.

¿Está el cambio climático actual detrás de esto?

Parece hasta evidente que este tipo de fenómenos estén relacionados con el cambio climático, y de hecho es probable que lo estén, pero lo cierto es que no se sabe aún con certeza. Que su intensidad y frecuencia han ido a más últimamente es un hecho indiscutible, pero faltan datos e información para atribuir esta situación al cambio climático.

Es un hecho indiscutible que la intensidad y frecuencia de las grandes irrupciones de polvo en suspensión han ido a más.

Los científicos fueron claros al respecto en el episodio del 15 de marzo y en estos meses no ha cambiado la respuesta. Sin embargo, estos últimos episodios están aportando datos útiles que con el paso del tiempo ayudarán a esclarecer esta posible relación.

A diferencia de lo que ocurre con la frecuencia e intensidad de episodios de temperaturas extremas o en intensas olas de calor como las de este verano, este otro tipo de fenómenos son mucho más difíciles de relacionar con el actual cambio climático.

Además hay pocas series de datos anteriores al año 2000 y prácticamente ninguna de la primera mitad del siglo XX, y por supuesto hay muchas variables detrás de estos eventos, entre las cuales están la evolución de los suelos y la vegetación en el norte del continente africano.

Las irrupciones de polvo en suspensión son más difíciles d atribuir al actual cambio climático, debido a las escasas series de datos anteriores al año 2000.

Sin embargo, sí hay constancia de que el Sáhara ha aumentado su extensión hasta un 10% en menos de un siglo, como afirma este artículo publicado en "journal of Climate" y por tanto también la extensión de suelo que permite la formación de nubes de polvo.

Las ventajas del polvo en suspensión

Se ha hablado con frecuencia del efecto negativo en la salud de las partículas en suspensión. Si bien la calima no es tan nociva como las partículas más pequeñas resultantes de la combustión, puede ser un problema de salud grave durante este tipo de eventos.

Sin embargo, el polvo del Sáhara también es responsable de un enriquecimiento del suelo al traer nitratos y fosfatos que sirven de abono y que durante miles de años han fertilizado las tierras del sur de Europa e incluso de América, cuando los vientos alisios los transportan hasta allí. En el caso de la Península Ibérica, sólo en el episodio del 15 de marzo se depositaron más de 50kg de material por hectárea de terreno.