España está sufriendo dos olas de calor históricas y simultáneas a finales de junio de 2025: una terrestre y otra marina

Junio de 2025 pasará a los libres de la Meteorología por ser el junio más cálido en los registros modernos, superando a 2023 y 2017 por un amplio margen debido al calor existente durante lo que llevamos de mes y que terminará con una ola de calor según AEMET, que comenzará hoy 28 de junio y seguirá unos días más de inicio de julio. Pero esta ola de calor se desarrollará a la vez que una ola de calor marina histórica en el Mediterráneo occidental con aguas muy cálidas.

Veamos algunos detalles de ambas olas de calor.

Ola de calor terrestre

AEMET ha lanzado hace unos días un aviso especial de la primera ola de calor de 2025 que abarcará desde el 28 de junio hasta los primeros días de julio.

Esta ola de calor viene generada por la presencia de una cúpula de calor que afecta a amplias zonas de Europa, especialmente a Francia, Portugal y gran parte de España: las condiciones anticiclónicas de estabilidad se agravan por la presencia de otros factores que actúan eficientemente para más calor, como son: ausencia casi de nubosidad, insolación solar, duración del día, entrada de aire tórrido de origen africano y la subsidencia del aire dentro de la cúpula que hace que el aire se comprima y se caliente más a medida que desciende hasta la superficie.

Las temperaturas extremas de estos días rondarán de máxima entre los 40-44 ºC y las mínimas podrían alcanzar los 22-26 ºC en muchos lugares del interior y costas.

Este calor de final de mes viene precedido de un final de mayo histórico y un junio extremadamente cálido, que, junto a los valores previstos de temperaturas de lo que queda de junio, encabezará la lista de los junios más calurosos, impulsado por los calores de finales de este mes asociado a la cúpula de calor.

Ola de calor marina en el Mediterráneo Occidental

Según el CEAM, la intensidad de las oleadas de calor marinas en el Mediterráneo ha ido en aumento en los últimos 40 años como se pode de manifiesto en este gráfico.

Desde hace varios días, diferentes medios científicos e instituciones ponen de relieve las altas temperaturas, sus anomalías, alcanzadas por las aguas superficiales del Mediterráneo central y occidental. Parte de las costas mediterráneas españolas están entre 4-5 ºC por encima de los valores normales para la época y podrían ser los típicos de mediados de julio. Este hecho no había ocurrido antes en los registros modernos sobre las zonas del Mediterráneo occidental.

Según datos de AEMET: "Las aguas del mar entre la Península y Baleares superan los 26 °C: cifra récord para estas fechas, propia de mediados de agosto. No es un dato puntual, sino de un área mayor que la de Aragón. 27.43 °C y subiendo la temperatura del agua en la boya de aguas profundas de Puertos Estado, superando por ahora en más de medio grado el anterior récord de junio del año 2022. Esta anomalía que estamos observando en junio se viene observando gran parte del año. El 25 % de los días de 2025 el mar Balear ha tenido una temperatura de récord y muchos otros ha estado en el segundo o tercer puesto de la serie de datos".

Básicamente, estas anomalías se deben a la capacidad que tienen los mares de retener gran cantidad de la energía sobrante que el sistema Tierra no expulsa al espacio por los efectos de los gases de efecto invernadero, GEI, siendo almacenada en los mares y, por otra parte, a los patrones meteorológicos que están afectando a la zona mediterránea con el predominio de una situación anticiclónica o de bajas presiones con vientos débiles en superficie. Estos hechos se ven retroalimentado estos días por la presencia de la cúpula de calor que afecta a amplias zonas de Europa, en especial la parte sur y aguas circundantes.

Las anomalías del agua del mar presentes en las zonas del Cantábrico y aguas de Galicia tampoco son despreciables. De hecho, y en las predicciones del tipo de ola de calor marina para el 28 de junio de 2025, estas aguas aparecen marcadas con una categoría muy significativa y superior a la prevista en el Mediterráneo occidental.

Impactos

Las olas de calor marina impactan en los sistemas de vida de las aguas afectadas, generando un estrés similar al de las olas de calor terrestres. Además, más calor en el mar genera potencialmente más disponibilidad de humedad y energía disponible. Si el mar es sobrevolado por una borrasca, vaguada fría, frente, dana, etc., podría hacer a estos sistemas más energéticos y potencialmente dañinos.

Desgraciadamente, estas tendencias de junio y de mares más cálidos se alinean con las predicciones del calentamiento global antropogénico y posiblemente estas situaciones históricas de 2025 serán anécdotas en los meses y en los años venideros, donde se prevé un aumento de los GEI y, por consiguiente, el aumento de las temperaturas atmosféricas y las marinas, con olas de calor más intensas, extensas y duraderas, tanto en el mar como en la superficie terrestre.