Alertan que el adelgazamiento de la capa de ozono tiene un nuevo culpable: el aumento de lanzamientos de cohetes
Durante los últimos años, el aumento de satélites debido a las constelaciones en rápida expansión en órbita terrestre baja está ofreciendo oportunidades y ventajas llamativas pero también plantea nuevas preocupaciones ambientales.

El rápido aumento de los lanzamientos de cohetes a nivel mundial podría ralentizar la recuperación de la vital capa de ozono, afirma Sandro Vattioni. El problema se está subestimando, pero podría mitigarse mediante acciones coordinadas y con visión de futuro.
Los lanzamientos de cohetes y el reingreso de desechos espaciales liberan contaminantes a la atmósfera media, donde pueden dañar la capa de ozono que protege la vida en la Tierra de la dañina radiación ultravioleta, una preocupación creciente que los científicos apenas están comenzando a comprender.
La investigación sobre los efectos de las emisiones de cohetes en la capa de ozono comenzó hace más de 30 años, pero durante mucho tiempo se consideraron insignificantes. Esta percepción está cambiando a medida que se acelera la actividad de lanzamientos. En 2019, solo se lanzaron 97 cohetes espaciales orbitales a nivel mundial. Para 2024, esa cifra había ascendido a 258 y se prevé que siga aumentando rápidamente.
Basura espacial.
— Seghini Marcelo (@SeghiniM) July 13, 2025
Actualmente hay más de 11.000 satélites artificiales orbitando la tierra.
8.162
3.670
900
Fte. ONU pic.twitter.com/SgepkXwM7t
Una preocupación subestimada durante mucho tiempo
En la atmósfera media y alta, las emisiones de cohetes y desechos espaciales que reentran pueden permanecer hasta 100 veces más tiempo que las emisiones de fuentes terrestres debido a la ausencia de procesos de eliminación, como el lavado provocado por las nubes. Si bien la mayoría de los lanzamientos se producen en el hemisferio norte, la circulación atmosférica distribuye estos contaminantes globalmente.
Para comprender mejor el impacto a largo plazo del aumento de las emisiones de cohetes, colaboró con un equipo internacional de investigación dirigido por Laura Revell, de la Universidad de Canterbury. Utilizando un modelo climático químico desarrollado en la ETH de Zúrich y el Observatorio Meteorológico Físico de Davos (PMOD/WRC), se simuló cómo las emisiones proyectadas de cohetes afectarán la capa de ozono para 2030. El estudio se publicó en la revista npj Climate and Atmospheric Science.
Aunque estas cifras puedan parecer modestas a primera vista, es importante recordar que la capa de ozono aún se está recuperando del daño pasado causado por los clorofluorocarbonos (CFC) de larga duración, que fueron prohibidos con éxito por el Protocolo de Montreal en 1989. Sin embargo, hoy en día, el espesor de la capa de ozono global todavía está aproximadamente un 2% por debajo de los niveles preindustriales y no se espera que se recupere por completo hasta alrededor de 2066. Los hallazgos indican que las emisiones de los cohetes, actualmente sin regular, podrían retrasar esta recuperación durante años o décadas, dependiendo del crecimiento de la industria de los cohetes.
En el caso de los cohetes, la elección del combustible también importa
Los principales contribuyentes al agotamiento del ozono por las emisiones de cohetes son el cloro gaseoso y las partículas de hollín. El cloro destruye catalíticamente las moléculas de ozono, mientras que las partículas de hollín calientan la atmósfera media, acelerando las reacciones químicas que lo destruyen.
Si bien la mayoría de los propulsores de cohetes emiten hollín, las emisiones de cloro provienen principalmente de los motores de cohetes sólidos. Actualmente, los únicos sistemas de propulsión con un efecto insignificante en la capa de ozono son los que utilizan combustibles criogénicos como el oxígeno líquido y el hidrógeno. Sin embargo, debido a la complejidad tecnológica del manejo de combustibles criogénicos, solo alrededor del 6% de los lanzamientos de cohetes utilizan actualmente esta tecnología.
Los efectos del reingreso aún son inciertos
Cabe mencionar que el estudio solo consideró las emisiones liberadas por los cohetes durante su ascenso al espacio. Sin embargo, esto es solo una parte del panorama. La mayoría de los satélites en órbita terrestre baja reingresan a la atmósfera al final de su vida útil, destruyéndose en el proceso.
Este proceso genera contaminantes adicionales, incluyendo diversas partículas metálicas y óxidos de nitrógeno, debido al intenso calor generado al reingresar. Si bien se sabe que los óxidos de nitrógeno agotan el ozono catalíticamente, las partículas metálicas pueden contribuir a la formación de nubes estratosféricas polares o servir como superficies de reacción, lo que puede intensificar la pérdida de ozono.
Estos efectos de reentrada aún se comprenden poco y no se incorporan a la mayoría de los modelos atmosféricos. Es evidente que, con el aumento de las constelaciones de satélites, las emisiones de reentrada serán más frecuentes, y es probable que el impacto total en la capa de ozono sea incluso mayor que las estimaciones actuales. La ciencia debe completar estas lagunas en nuestra comprensión.
Más previsión y acción coordinada
Pero eso por sí solo no será suficiente. La buena noticia: se piensa que una industria de lanzamiento que evite los efectos dañinos del ozono es totalmente posible. Monitorear las emisiones de los cohetes, minimizar el uso de combustibles que producen cloro y hollín, promover sistemas de propulsión alternativos e implementar las regulaciones necesarias y adecuadas son clave para garantizar que la capa de ozono continúe recuperándose. Esto requerirá esfuerzos coordinados entre científicos, legisladores y la industria.
El Protocolo de Montreal demostró con éxito que incluso las amenazas ambientales a escala planetaria pueden abordarse mediante la cooperación global. Al entrar en una nueva era de actividad espacial, se requerirá la misma previsión y coordinación internacional para evitar efectos nocivos en la capa de ozono, uno de los escudos naturales más vitales de la Tierra.
Referencia
Laura E. Revell et al, Near-future rocket launches could slow ozone recovery, npj Climate and Atmospheric Science (2025). DOI: 10.1038/s41612-025-01098-6
https://www.nature.com/articles/s41612-025-01098-6
https://phys.org/news/2025-07-rocket-linked-ozone-layer-thinning.html