CHOI-WAN desde satélite: la madre de todas las tormentas en el Pacífico durante 2009

Raúl Valle Fernándezraulvaye(arroba)hotmail.com Palabras clave: super tifón, ciclón tropical, ojo, Pacífico, satélite.Agradecimiento. A Juan José Algaba del Castillo (Parungo)

Introducción

Muchas veces el rigor informativo brilla por su ausencia a la hora de intentar magnificar catástrofes naturales, con tal de conseguir hacerse notar. Esto ocurre en innumerables ocasiones, sobretodo a raíz de fenómenos de la naturaleza como los ciclones tropicales (también llamados huracanes, tifones, tormentas ciclónicas…), todo depende de la zona del mundo donde te encuentres), que son normalmente los que más llaman la atención al ojo humano, debido a la gran devastación que pueden ocasionar.

La complejidad de los ciclones tropicales radica en lo imprevisibles que pueden resultar ya que su fuerza y trayectoria pueden estar influenciadas por múltiples factores (como de caliente estén las aguas por donde naveguen, como de favorable es la atmósfera bajo la que se muevan…, y muchísimas más cosas). Por esto, es capital estar pendientes siempre de los profesionales que dedican su trabajo, a intentar descubrir los entresijos que entrañan este tipo de perturbaciones, si alguna vez te encuentras en su trayectoria.

Esto ocurrió, entre otras muchas veces, con el huracán Gustav en 2008, cuando después de afectar a todo el Caribe, se disponía a embestir EE.UU. Las previsiones oficiales hablaron de que, siendo un huracán poderoso y peligroso, conforme se acercase a la costa del estado de Louisiana iría perdiendo fuerza. Sin embargo, desde los medios de comunicación se alarmó a la población de dicho estado, con que un nuevo Katrina (el huracán más mortífero de la historia en EE.UU., que en 2005 devastó Nueva Orleáns, capital del estado de Louisiana) llegaba, y prometía ser tan o más destructor que el propio Katrina.

El tiempo puso a cada uno en su sitio, y Gustav finalmente entró en Louisiana como un poderoso Huracán Cat. 2, pero sin crear ni de lejos, la devastación acaecida en septiembre de 2005.

Catalogarlo como la madre de todas las tormentas, por parte de las autoridades de Nueva Orleáns, fue algo excesivo. Sin embargo, estos días hemos asistido al nacimiento, vida y muerte del ciclón tropical más fuerte del año 2009, hasta la fecha. Catalogado como Supertifón, con vientos sostenidos que alcanzaron los 260 km/h y rachas superiores a los 300 km/h, no tuvo ningún reflejo en medios informativos, a pesar de que afecto a pequeñas islas situadas en el Pacífico occidental, bajo el protectorado de EE.UU. y Japón.

Vida tropical

Desde principios de septiembre, se venía observando cierta actividad en la cuenca occidental del Pacífico, la más activa de todo el mundo en cuanto a la formación de tifones (debido a que es en esta cuenca donde se denomina a los ciclones tropicales de esta manera, a partir de ahora haré referencia a Choi-Wan con esta denominación), ya que cuenta con las aguas más cálidas de todo el mundo, durante todo el año, independientemente de la estación en la que se encuentre. Obviamente, al estar en el hemisferio norte, es en verano-otoño cuando más calientes están sus aguas, y en invierno-primavera cuando más frías. Eso no impide que en torno a las coordenadas 10N-15N, y 120E-150E, se pueda gestar una perturbación tropical en cualquier mes del año.

Como decía, se veía venir que el Pacífico occidental podría sufrir la formación de un importante tifón. Algunos modelos globales, como el ECMWF, empezaron a vislumbrar como durante mediados del mes de septiembre, podríamos estar ante un tifón de cierta entidad.

No fue hasta el sábado 12 de septiembre, cuando en pocas horas, el JTWC (Centro de Alertas de Tifones, con sede en Guam) pasó a emitir los primeros avisos sobre la entonces, Depresión Tropical 15W.

Ya desde ese primer parte sobre el sistema, avisaban de que podría convertirse en algo importante, debido a que permanecería sobre un ambiente propicio para su desarrollo.

THE SYSTEM WILL REMAIN IN AN EXCELLENT

SYNOPTIC ENVIRONMENT

En las primeras horas del domingo 13 de septiembre, el JTWC catalogaba al sistema como Tormenta Tropical (adquiriendo el nombre de Choi-Wan), y durante la mañana del mismo día, Choi-Wan se desarrollaba rápidamente, lo que hacía presagiar al JTWC en sus previsiones, que un buen monstruo venía en camino.

No tardó nada en convertirse en tifón, pasando en 24 horas, de una simple Depresión Tropical con vientos sostenidos de 30kt (55 km/h), a un tifón con vientos sostenidos de 65kt (120 km/h) durante la noche de ese mismo domingo. Esta intensificación es muy rápida, pero lógica teniendo en cuenta que Choi-Wan navegaba sobre aguas de más de 30ºC, con un panorama en capas altas de la atmósfera muy favorable, ambiente repleto de humedad, y un océano cargado de energía.

Fue el lunes 13 de septiembre a primera hora de la mañana, cuando los satélites de la NOAA mostraban en su canal visible, el ojo de CHOI-WAN.


Mientras el tifón seguía adquiriendo fuerza, para alcanzar durante el mediodía del mismo lunes los 90kt (165 km/h) de vientos sostenidos, y durante la noche del propio lunes, los 120kt (222 km/h) de vientos sostenidos. Es decir, que si en 24 horas, había alcanzado un total de 65 km/h en fuerza de vientos, en 36 horas había sido capaz de conseguir aumentar en 167 km/h la fuerza de sus vientos.

Ante semejante desarrollo, el JTWC no tuvo más remedio que contemplar en sus planes de previsión como Choi-Wan podía ser capaz de conseguir la máxima categoría de fuerza en la escala Saffir-Simpson, la 5: superar los 140kt (260 km/h) de vientos sostenidos.

Así explicaba en su 12º parte sobre la perturbación, porque había conseguido ganar tanta fuerza en tan poco tiempo:

El sistema está localizado un área de SST muy alta, y una baja cizalladura. Estos factores ambientales, junto al canal de flujo de salida establecido en capas altas (troposfera), han permitido una rápida intensificación del sistema en las pasadas 12 horas, una tendencia que continuará durante otras 6 horas más, hasta que la elevada SST comience a descender.

Y como lo mejor es verlo, mejor que leerlo, aquí pongo dos imágenes: la primera de ellas corresponde a una animación en modo infrarrojo, durante el brusco desarrollo de Choi-Wan; la segunda es el reflejo del eyewall (anillo que abarca las paredes del ojo) del tifón, obtenido gracias a los sensores microondas que proporciona la marina americana.

Durante la madrugada del martes 15 de septiembre, Choi-Wan continuaba su escalada, y el visible nos enseñaba la majestuosidad del tifón, que en ese momento, tenía unas mediciones oficiales de 125kt (230km/h) en la fuerza de sus vientos, lo que le convertía en un Tifón Cat 4. Tan sólo unas horas después, durante la mañana del mismo martes, los datos arrojaban la constatación de lo previsto: Choi-Wan se convertía en el primer Supertifón del año, ya que alcanzaba una fuerza sostenida en sus vientos de 130kt (240km/h).

La categoría de Supertifón la otorga el JTWC cuando un tifón alcanza esos 130kt  de vientos sostenidos en la escala Saffir Simpson. Choi-Wan prosiguió su avance, atravesando el archipiélago de las Islas Marinas, que se encuentran bajo el protectorado de EE.UU.

Y por fin, llegó el momento. En el parte de las 2100Z de martes 15, el JTWC asignó a Choi-Wan los 140kt (260km/h) necesarios para ser declarado como Supertifón Categoría 5. Las rachas de viento que era capaz de generar, alcanzaban los 170kt (315 km/h).

Choi-Wan aguantó con esa misma fuerza durante 24 horas (todo el miércoles 16), lo que permitió al satélite Terra a través del sensor MODIS, capturar imágenes del Supertifón durante el momento de su máximo apogeo.

Fue durante el jueves 17 cuando Choi-Wan empezó a dar muestras de flaqueza. Las imágenes de los distintos sensores, indiciaban una debilitación del Supertifón. Y Choi-Wan no había pasado todavía por ningún ciclo de reemplazo.

Es conveniente aclarar que los ciclos de reemplazo en los ciclones tropicales, por los cuales mutan su eyewall (es decir, cambian el anillo convectivo que forma el ojo, por uno nuevo), suelen producirse normalmente, si los ciclones sobreviven con fuerza de huracán durante unos cuantos días.

Y efectivamente, a Choi-Wan le tocaba cambiar las paredes del ojo. Y durante la noche del jueves al viernes, empezó el mencionado ciclo de reemplazo.

Un ciclo de reemplazo suele durar unas 36-48 horas normalmente, si la perturbación encuentra condiciones óptimas para realizar el proceso. Pero esto no ocurrió con Choi-Wan. Durante buena parte de su vida tropical, este tifón navegó sobre condiciones ambientales óptimas para crecer. Sin embargo, en su desplazamiento hacia latitudes septentrionales, dichas condiciones terminarían por empeorar. Y fue durante la última fase del ciclo, cuando la cizalladura empezó a aumentar sobre Choi-Wan, lo que hizo que el ciclo no se completara.

Y por esto, empezase definitivamente su extinción como sistema tropical. El 90% de los tifones que navegan sobre el Pacífico y no entran en tierra, tienden a extratropicalizarse, ya que las corrientes de dirección de la zona, llevan a los sistemas a terminar por encontrarse con zonas baroclínicas sobre aguas oceánicas frías, que desencadenan la transición extratropical.

Fue durante la noche del sábado 19 al domingo 20, cuando Choi-Wan abandonaba la categoría de Tifón, en plena fase de extratropicalización, que le hizo convertirse en una tormenta extratropical a rebufo del jet polar.

Afortunadamente, Choi-Wan no impactó directamente contra grandes poblaciones. Sólo Guam, Islas Marianas, y algunas pequeñas islas pertenecientes a Japón, sufrieron el envite de este Supertifón, aunque su población siempre estuvo a salvo.

Fuente de las fotos y animaciones: NASA, NOAA, SSD, Navy, FNMOC, ...

Esta entrada se publicó en Reportajes en 06 Nov 2009 por Francisco Martín León