Estudio de aludes en el parque de Peñalara

El pasado mes de junio AEMET y la Universidad Nacional de Educación a Distancia firmaron un “acuerdo de cooperación educativa” para la realización de prácticas de alumnos en las oficinas de la Agencia. El objetivo es que los alumnos puedan complementar su formación teórica con la práctica que requiere el desarrollo de actividades profesionales.

En el contexto de estos acuerdos, Juan Antonio Fernández-Cañadas, del Observatorio del Puerto de Navacerrada, ha realizado un estudio sobre aludes en el macizo de Peñalara que será de gran utilidad para la prevención de accidentes por avalanchas en esta zona de la sierra de Guadarrama.

El estudio de Fernández-Cañadas parte de un modelo teórico sobre condiciones necesarias y/o favorables para el desencadenamiento de aludes y del cartografiado de los aludes observados en el macizo de Peñalara durante los últimos cuatro años. La información climatológica se ha obtenido a partir de los datos del observatorio, situado a 1.888 metros de altitud y a unos 5 km de distancia en línea recta de la zona de estudio. En cuanto a la información nivológica, se hace distinción entre los tres tipos de aludes principales (placa, nieve reciente y fusión) y el grado en que afectan al macizo.

Finalmente, se agrupan todos ellos en un mapa general en el que se representan las zonas probables al desencadenamiento de aludes de cualquier tipo y se les asigna un nivel de peligro de muy bajo, bajo, moderado, alto y muy alto.

Las condiciones o factores necesarios que se han tenido en cuenta son, por una parte, un valor de pendiente mínimo del terreno para el desencadenamiento de aludes (diferente para cada tipo de alud) y la ausencia de bosques densos; por otra parte los factores intensificadores, que son la orientación favorable a la formación de placas, las zonas propensas a la acumulación de nieve, y la insolación potencial máxima y mínima.

Como cartografía digital base se ha utilizado el Modelo Digital del Terreno (MDT) suministrado por el Instituto Geográfico Nacional (IGN), con paso de malla de 5 m.

La fotointerpretación del área de estudio, la determinación de la morfología de las laderas y la cubierta forestal se ha realizado a partir de las ortofotos digitales de los vuelos PNOA del IGN con tamaño de píxel 0,25m. Las imágenes del satélite SPOT-5 de 5 m de resolución espacial en modo pancromático se han utilizado para comprobar la extensión del terreno cubierto por la nieve.

A partir de esta información y con la ayuda de las técnicas de información geográfica (SIG), los resultados quedan plasmados en mapas que representan las distintas zonas del terreno clasificadas en función de las posibilidades al desencadenamiento de avalancha. Dicha clasificación se visualiza con gran precisión en un mapa, y aporta información a través de un código de colores sobre la propensión de cada porción del terreno al desencadenamiento de avalanchas.

En una segunda etapa del estudio, los conocimientos sobre los aludes observados aportados por Luis Pantoja, jefe del observatorio de Navacerrada, los guardas del parque de Peñalara, y otros montañeros expertos, han sido decisivos.

Se han obtenido cinco nuevas clasificaciones del terreno, adaptadas ahora a cada uno de los cinco niveles de peligrosidad de la Escala Europea de Riesgo de Aludes (EERA). La información contenida en estos mapas está dirigida a los usuarios del Parque Natural de Peñalara y distingue, para cada nivel de la EERA, los terrenos por los que se puede transitar con precaución normal, aquellos que exigirían una precaución extraordinaria y aquellos por los que no es recomendable transitar.

Estos productos pueden ser de gran utilidad para el público que practica actividades de ocio y deportes de invierno en el macizo de Peñalara, pues permite utilizar de forma esquematizada la información del boletín nivológico del peligro de aludes que AEMET ofrece semanalmente para esta zona. Este boletín, que viene realizándose desde hace varios años por el grupo de nivometeorología de la Delegación Territorial en Madrid, cuantifica el nivel de riesgo de forma global, para toda la Sierra de Guadarrama y Somosierra.

Fernando García López y Juan Antonio Fernández-Cañadas

Fuente: El Observador AEMET www.aemet.es

Esta entrada se publicó en Actualidad en 10 Feb 2014 por Francisco Martín León