El otoño meteorológico

Lorenzo García de PedrazaMeteorólogo Los caracteres climáticos guardan una cierta regularidad con la época del año que indica el Calendario. A la salida del periodo estival, las altas temperaturas y l...

El Otoño Meteorológico

Lorenzo García de Pedraza

Meteorólogo

Los caracteres climáticos guardan una cierta regularidad con la época del año que indica el Calendario. A la salida del periodo estival, las altas temperaturas y la marcada evaporación ambiental han agostado los pastos y los montes; mientras los vientos resecos y recalentados del sur han asurado los vegetales. Así, pues, se comienza el otoño, en general, con muy poco agua en los suelos y con los ríos y embalses saliendo del periodo de estiaje.

En la fecha del equinoccio de Otoño, tienen igual duración el día y la noche. Los suelos salen muy calientes del largo y caliginosos verano. Por ello, la inercia térmica hace que las noches sean templadas en los meses de septiembre y octubre, favoreciendo la celebración de fiestas y verbenas nocturnas. Ello no ocurre en los meses de abril y mayo, con la inercia del frío invernal. En el año 2002 el otoño comenzó en el hemisferio norte a las 17’28 min. Indica el refranero: “Hacia San Mateo, tanto veo como no veo”.

A lo largo de septiembre suelen presentarse los primeros temporales de nubes y lluvia, determinando una suavización de la temperatura. Los temporales vienen ligados al paso de las borrascas con sus frentes nubosos; entre ellos se intercalan periodos con anticiclón con ambientes despejados y ambiente soleado, que favorecen la brotación de parques y jardines de las “rosas de otoño”.. Son típicos los veranillos otoñales de los Arcángeles (San Miguel- San Gabriel- San Rafael) del 29 de septiembre, y el de San Martín del 11 de Noviembre. Sentencia el refrán: “Veranillo de San Martín, que dura tres días y fin”.

A lo largo del otoño son frecuentes las lluvias en unos y otros lugares de España, asociados a los flujos marítimos y corrientes aéreas. Los podríamos resumir así:

a) Flujos de vientos frescos del NW-N-NE hacia la costa cantábrica, con nubes de estancamiento a lo largo del litoral, frenados por las cordilleras. Los vientos saltan luego cálidos y secos a las cuencas del Duero y del Ebro.

b) Flujos de vientos templados de NW-W-SW que entran por las costas portuguesas y del Golfo de Cádiz y se desplazan hacia el interior de la península Ibérica siguiendo las cuencas de los ríos: Miño-SIL, Duero, Tajo, Guadiana, Guadalquivir dejando sus nubes estancadas contra la ladera occidental de las cordilleras Ibéricas y Bética, saltando luego cálidos y secos a las costas de Cataluña, Valencia, Murcia y Mar de Alborán.

c) Flujos de vientos cálidos del NE-E-SE que afectan a las costas del Mediterráneo dejando intensos aguaceros y nubes de desarrollos vertical en las cuencas bajas de los ríos Ebro, Turia, Jucar y Segura, provocando en ocasiones arrambladas y desbordamientos.

En general, el otoño salvo os días nublados y de lluvia- determina un tiempo templado y soleado y el paisaje campestre toma preciosos y variados colores en las hojas de los arbustos. Indica el refrán: “ El otoño en Castilla, es una maravilla”.

Hay dos faenas agrícolas que se realizan a principios del otoño, esta son: la vendimia – ante de la llegada de las lluvias-y la sementera de los cereales en los secanos – después que los primeros temporales mojen los suelos y aporten a la tierra el tempero necesario – Así, pues, en breve tiempo cronológico se desarrollan dos tiempos atmosféricos con encontrados intereses para los agricultores. Por otro lado, las primeras lluvias del otoño son muy esperadas por los ganaderos, pues son las que hacen brotar la hierba por los montes, prados y dehesas favoreciendo la otoñada y la montanera.

El Otoño Meteorológico
La sementera

En las noches despejadas de noviembre y diciembre – antesala de la llegada del Invierno – se enfrían rápidamente los suelos y surgen las heladas en la meseta y nieblas en los valles. Entonces se desprenden las hojas de los árboles y el paisaje toma un aspecto oscuro, melancólico y triste: “En diciembre, la tierra duerme”.

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Esta entrada se publicó en Reportajes en 18 Oct 2002 por Francisco Martín León