Entrevista del mes: José Ignacio Prieto
Responsable de Formación de EUMETSAT
La gestación de EUMETSAT, organización europea para satélites meteorológicos, fue en los años 1980 en el seno de la agencia espacial europea (ESA), con idea de separar las necesidades imperiosas de la meteorología operacional de otros programas medio ambientales, medio experimentales con objetivos científicos. El parto fue en 1986 y acabamos de celebrar 30 años dándole vueltas a la Tierra. Por jugar con palabras, fue una gestación para mejor gestión de lo geoestacionario, representado por Meteosat. Hasta 2006 no pusimos una plataforma Metop de observación de la atmósfera en órbita cuasi-polar, más próxima y con mejor resolución horizontal en los datos. Hoy nos encargamos también de Jason (altimetría) y de Sentinel-3 (oceanografía) del programa europeo Copernicus.
En la sección de formación, inmersa en el servicio de usuarios y aplicaciones climáticas, organizamos cursos y actividades de promoción y divulgación del uso de datos satelitarios. Nos anima el contacto con los usuarios, e invitamos su participación en nuestras páginas.
Más que educar, apoyan la formación de profesionales y aficionados en la observación de la atmósfera y el suelo. Para ver necesitamos conceptos (una especie bondadosa de prejuicios), y eso es lo que intentamos transmitir: cómo identificar nubes bajas, calima, humo, topes nubosos de convección intensa, entre otros fenómenos. En EUMETSAT no hay ambiciones académicas, sino de apoyo a los usuarios. Igual que no hay peor ciego que quien no quiere ver, no hay mejor vidente que un curioso, a quien dedicamos una biblioteca de casos en nuestra web:
http://www.eumetsat.int/website/home/Images/ImageLibrary/index.html
Los usuarios contribuyen a esta sección con sus datos, imágenes y sugerencias, a veces estrambóticas, pero nunca desdeñadas.
Los satélites son además una fuente inagotable de información, más de los que tenemos tiempo de mirar críticamente. Y están infrautilizados. Fuera de la operación meteorológica, las imágenes sólo se usan diez veces más cada una (unos diez usuarios) antes de quedar enterradas en un archivo del que rara vez asomarán de nuevo. Se puede tratar en el futuro como « big data » dejando que los algoritmos saquen sus conclusiones, pero esa fase no está madura y es conveniente explorar las radiancias recogidas por los satélites aún con ojo crítico y dedicación artesanal. No en vano son útiles para evaluar todas las fases del ciclo hidrológico: precipitación, evapotranspiración, inundaciones y recursos hídricos, humedad del suelo, riesgos de sequía y casi cualquier idea que se nos ocurra.
El cambio queda ya certificado por los registros en suelo en observatorios de una enorme mayoría de ciudades. Pero los satélites rellenan lagunas entre esos datos, para descartar que la alteración fuera por ejemplo un efecto local de la mayor contaminación. Además las medidas desde satélite dan robustez a los modelos numéricos, que han mejorado de forma sustancial desde que los asimilan. Ahora podemos extender los estudios y conclusiones a cualquier región del mundo, poblada o no, comunicada o no, y en cualquier altura atmosférica, lo que es esencial para entender su mecanismo.
Los satélites que manejamos desde EUMETSAT cuentan entre los más modernos y fiables, según estadísticas de centros de predicción mundiales, y merecen una buena ración del mérito conjunto en la detallada descripción del cambio a que ya tenemos acceso.
Todo es prescindible, menos el aire para respirar. Las estaciones en Tierra son esenciales para la calibración de los satélites, sujetos a un gradual deterioro en sensibilidad durante su tiempo de vida en el desabrido espacio exterior. Tenemos que cambiar su ganancia, forzar las medidas, con un efecto que hay luego que medir. La calibración de las series climatológicas es un ejercicio continuo. Aunque son historia, sus valores más recientes cambian casi todos los años en décimas de grado, e incluso en grados. No están asentados y certificados. Hay un trabajo permanente entre gestores de modelos de predicción y proveedores de datos para acordar los valores más fiables del estado de la atmósfera en los últimos treinta años. No es tan grave la incertidumbre con las medidas in-situ, desde el suelo, pero éstas son menos representativas de grandes áreas.
Como dije al principio, Meteosat es nuestro buque insignia. De él hay once ya flotando en el espacio, bien como chatarra o, cinco de ellos, dando lo mejor de sus baterías por la vigilancia continua de Europa, África, Sudamérica y Asia. Las plataformas polares Metop, con una tercera que lanzaremos en 2018, un Sentinel-3 (sección océanos), y dos Jason en altimetría completan nuestro diario afán.
No hay aún fechas de lanzamiento. Se habla de 2020 o después. La segunda generación está en pleno vigor y tenemos aún conservado en órbita el Meteosat-11, inactivo, último MSG, que puede cubrir hasta pasado 2025. Una vez lanzado, el primer MTG se usará para el servicio operacional. Hay voces críticas que sugieren usarlo de forma experimental para barridos muy frecuentes (una imagen cada 2 minutos) sobre áreas de actividad atmosférica intensa, dejando MSG para la imagen de siempre barriendo el área completa de cobertura.
La diferencia entre su instrumento imaginador FCI y el sensor SEVIRI de MSG afecta sobre todo a los canales solares, que miden radiación reflejada en la atmósfera o el suelo. Serán ocho canales solares en FCI (incorporación de 0.4 y 0.5µm para lograr colores reales, 0.9 y 1.3µm en zona de absorción por vapor de agua, para ver cirros, y 2.2µm para detectar diferentes tamaños de gota en las nubes, entre otras virtudes. Eran sólo cuatro los canales solares en SEVIRI. Por los infrarrojos jugarán casi los mismos, si Lopetegui no introduce algún cambio de última hora. La variación será en la demarcación espectral que ocupan algunos. El 10.8µm de SEVIRI pasa a 10.5µm, el 12.0µm pasa a 12.3µm, con idea de mejorar la detección de nubes finas. También se duplican los sensores para tener barridos más frecuentes en zonas interesantes. No se espera un salto cualitativo, pero sí una mejor resolución espacial (uno o dos km) y temporal (de dos a diez minutos), en y entre imágenes.
La idea más extendida entre nuestros visitantes en Darmstadt es que los satélites caen al suelo cuando agotan su combustible (errónea en el caso de geoestacionarios, que no sufren rozamiento con aire). De sus aplicaciones saben por las animaciones en presentaciones de televisión, cada vez más escasas y sustituidas por vistosas plasmaciones de modelos numéricos. La desventaja de los satélites es que sólo muestran el pasado, y los modelos « ven » el futuro, que atrae más interés por lo que sea. No tengo nada contra esta tendencia, pero ya sabemos que los modelos funcionan bien gracias a las observaciones, y que éstas son mayoritariamente de satélites. Así que los satélites están de trabajadores en la sombra. Y cobran por debajo de la mesa. La asimilación de datos satelitarios por los modelos es un asunto muy técnico que empezó a resolverse en los años 1990, y no es útil hacerla llegar al público no especializado. Pero incluso en tiempos de Pokemon-Go es importante saber que los datos de satélite son útiles en meteorología y para cualquiera con un interés en el ambiente, riesgo agrario, gestión forestal o como herramienta de análisis estadístico y programación. Hay magnetismo en ver el resultado de estimar una variable atmosférica o de suelo superpuesto a un mapa. La educación secundaria podría incluir en su programa el manejo de datos de satélite, recibidos en el mismo instituto a través de una pequeña antena, apenas sin coste, para comparar ese dato con registros de termómetros y barómetros. Aunque fueran actividades voluntarias, se generaría interés por la meteorología y la ciencia entre adolescentes, como hace el portal de Ustedes. Agradezco el esfuerzo de RAM y otras publicaciones por acercar los lejanos satélites a los lectores.
Estamos creando comunidades de usuarios que generan su propia formación, tanto en África y Europa como en Brasil, donde unos cincuenta usuarios de Meteosat organizan encuentros y sesiones de formación cada año para resolver sus problemas, darse ideas mutuamente sobre el uso de los datos y herramientas de proceso, y donde también surgen proyectos operativos y científicos, algunos de los cuales tienen ya cinco años y fueron relevantes durante los recientes JJOO de Río.
Enlaces
http://www.eumetsat.int/website/home/Data/Training/index.html
Es un portal a nuestras actividades formativas.
Es un resumen de actividades en marcha, o futuras, así como acceso a foros de discusión.
Y este enlace permite acceder a los resúmenes mensuales de Meteosat para el tiempo que afecta a Europa.
RAM. Agradecemos a José Ignacio por esta intereseante entrevista para nuestros lectores.