Cuidados de la margarita en maceta para que florezcan más y duren más tiempo

Las margaritas en maceta son ideales para alegrar balcones, terrazas o jardines. Con algunos cuidados adecuados, podrás disfrutar de una floración abundante y prolongada durante más tiempo.

Margarita
Las margaritas, aliados perfectos para la belleza de cualquier terraza o jard��n

Las margaritas son flores alegres y resistentes que aportan color y frescura a cualquier espacio. Cultivarlas en macetas es una excelente opción para quienes desean disfrutar de su belleza en balcones, terrazas o patios.

Sin embargo, para que florezcan más y mantengan su esplendor durante más tiempo, es importante seguir una serie de cuidados específicos. A continuación, te contamos todo lo que necesitas saber para que tus margaritas en maceta luzcan siempre radiantes.

8 consejos fundamentales que mantendrán vivas y llamativas tus margaritas

Como toda actividad de jardinería, el cuidado de una planta en maceta requiere una serie de cuidados que decidirán el éxito o fracaso en cuanto a expresión visual de las plantas, así como de su correcto desarrollo y longevidad.

Elección de la maceta adecuada

El primer paso para asegurar una buena salud de la planta es elegir una maceta con buen drenaje. Las margaritas no toleran el exceso de humedad, por lo que es fundamental que el recipiente tenga orificios en la base para evacuar el agua sobrante.

El tamaño de la maceta también influye: debe permitir que las raíces se desarrollen cómodamente, por lo que se recomienda un mínimo de 20 cm de diámetro.

Tipo de sustrato

El sustrato debe ser ligero, aireado y con buen drenaje. Una mezcla ideal para margaritas incluye tierra de jardín, turba y perlita o arena en partes iguales. También se puede añadir un poco de compost orgánico para enriquecer el suelo con nutrientes y favorecer la floración.

Exposición a la luz

Las margaritas necesitan al menos 4 a 6 horas de sol directo al día para florecer abundantemente. Por eso, ubicar las macetas en un lugar bien iluminado, como una terraza orientada al sur o un balcón soleado.

Si no reciben suficiente luz solar, es probable que produzcan menos flores y que su crecimiento se debilite.

Riego moderado

El riego es uno de los aspectos más importantes en el cuidado de las margaritas. Aunque necesitan humedad constante, no toleran el encharcamiento.

Lo ideal es regar cuando la capa superior del sustrato esté seca al tacto, normalmente cada 2 o 3 días en verano y una vez por semana en invierno, dependiendo de la meteorología. Asegúrate de que el agua drene bien para evitar la pudrición de las raíces.

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El riego se debe de realizar por la mañana temprano o al atardecer

Fertilización

Para estimular la floración, es recomendable aplicar un fertilizante líquido para plantas con flor cada 15 días durante la primavera y el verano.

Elegir uno con un buen equilibrio de nutrientes, especialmente fósforo y potasio. Hay que evitar el exceso de nitrógeno, ya que favorece el crecimiento de hojas en detrimento de las flores.

Poda y mantenimiento

La poda regular es clave para que la margarita en maceta florezca más y dure más tiempo. Retirar las flores marchitas cortándose por la base del tallo para evitar que la planta gaste energía en producir semillas. También conviene recortar ramas secas o débiles para estimular nuevos brotes.

En otoño, después de la temporada de floración, se puede hacer una poda más profunda para darle forma a la planta y fortalecerla de cara al invierno. Esto también ayudará a mantener un crecimiento compacto y saludable.

Protección contra plagas

Aunque son plantas bastante resistentes, las margaritas en maceta pueden verse afectadas por pulgones, arañas rojas o cochinillas.

Revisar las hojas con frecuencia, y si notas la presencia de plagas, aplicar de inmediato jabón potásico o un insecticida para controlar el problema sin dañar la planta.

Invierno y reposo

Durante el invierno, muchas variedades de margaritas entran en reposo. Es normal que dejen de florecer y su crecimiento se ralentice. Reducir el riego y mantener la planta en un lugar protegido de las heladas.

Si vives en una zona muy fría, puedes cubrirla con un manto térmico o trasladarla al interior.