Ya están aquí las heladas: características y tipos

Con la llegada del frío aparecen las heladas. Es el gran temor del agricultor o ganadero, puesto que pone en peligro el esfuerzo tanto económico como laboral depositado en la producción del cultivo.

Las heladas son muy frecuentes en invierno durante las noches con cielo despejado y viento en calma.

La helada no es un meteoro, sino la conjunción de varias circunstancias: periodo anticiclónico, cielo despejado, aire frío y denso..., que determinan que la temperatura del aire junto al suelo sea inferior a los 0ºC. Los factores locales influyen mucho en el régimen de temperaturas mínimas: topografía de mesetas y valles, tipo de suelos, proximidad de grandes masas de agua (embalses interiores o costas), orientación de las pendientes hacia el norte (umbría) o hacia el sur (solana), etc.

EI aire frío y denso se desplaza hacia zonas más bajas y rellena los valles y hondonadas siguiendo las líneas de nivel. Así se desplaza y acumula desde la meseta al fondo del valle, creando auténticas «bolsas» de aire frío. El daño en los cultivos dependerá de la intensidad y del tiempo cronométrico que dure la helada. Puede ser más peligrosa una helada de -1ºC durante seis horas que otra de -5ºC durante un espacio de tiempo de 30 minutos.

Existen distintas maneras de clasificar las heladas, según su origen, su época de ocurrencia y los efectos visuales entre otras clasificaciones. La más usada o tal vez la más útil es la clasificación según su origen, donde se encuentran tres tipos.

Tipos de helada

Heladas de advección: Son heladas originadas por la irrupción de grandes masas de aire muy frío con un gran espesor que puede llegar a los dos kilómetros. Algunas características es que no existe inversión térmica (las temperaturas bajan al aumentar la altitud) y la presencia de vientos con velocidades mayores a los 15 Km/h. Estas heladas son muy dañinas por lo difícil que resulta proteger el cultivo del continuo movimiento de aire frío que afecta a superficies muy extensas.

En algunas ocasiones las heladas pueden ser muy dañinas para los cultivos agrícolas.

Heladas de irradiación: Se originan por el enfriamiento del suelo y plantas al traspasar su calor a la atmósfera mediante el proceso de radiación durante la noche. Para que ocurra realmente una helada, ya que este fenómeno es constante se requiere una serie de condiciones, como una baja temperatura del día precedente, un cielo despejado, que no haya viento, una noche larga o que ocurra en fondos de los valles, entre otras condiciones que favorecen este tipo de heladas. La mayor característica de las heladas por radiación es la inversión térmica, donde la temperatura aumenta según la altura. Conocer la altura donde se restituye la situación normal se conoce como nivel de inversión y conocerlo es de suma importancia para combatir la helada.

Heladas de evaporación: La evaporación del agua es un proceso endotérmico, absorbe calor de los cuerpos que le rodean. Cuando las plantas están recubiertas de agua y esta evapora, la temperatura de las plantas desciende considerablemente, pudiendo llegar en algunos órganos a temperaturas menores a los cero grados Celsius. La evaporación rápida del agua de rocío o de escarcha al amanecer genera con frecuencia este tipo de heladas.

Por último, destacar que los efectos de las heladas sobre las plantas varían dependiendo de la especie (algunas son más sensibles que otras a las bajas temperaturas y a la congelación) y de su estado de desarrollo (los estados fenológicos más vulnerables al frío son la floración y el cuajado de los frutos).