Las galernas del Cantábrico, ¿en qué consisten?

Un tranquilo y cálido día de playa en el Cantábrico puede terminar en una fría y ventosa tarde debido a los súbitos vientos de las galernas. Te contamos algunas curiosidades.

Las galernas típicas suelen ocurrir entre las cinco y las ocho de la tarde.
Las galernas típicas suelen ocurrir entre las cinco y las ocho de la tarde.

Desde hace siglos, las galernas han sido muy temidas por los pescadores del Golfo de Vizcaya. Su carácter poco previsor en la época y sus fuertes rachas de viento asociadas, las convertían en una gran amenaza con graves consecuencias para sus vulnerables embarcaciones o incluso para sus propias vidas. Afortunadamente, las previsiones meteorológicas han avanzado siendo hoy en día mucho más predecibles, aunque por tratarse de fenómenos locales, es necesario echar mano de los modelos mesoescalares para su pronóstico.

¿Cómo se forman las galernas?

Lo primero que hay que aclarar es que existen diferentes tipos de galernas ya que pueden ser debidas a situaciones sinópticas distintas.

Las galernas frontales se desencadenan por el paso de un frente. Estas son más previsibles y su pronóstico más sencillo, puesto que quedan reflejados en los mapas sinópticos. Pueden ocurrir en cualquier época del año y aunque afectan mayormente al litoral, también llegan al interior.

En el caso de la galerna típica afecta solamente al litoral siendo únicamente un fenómeno costero. Son propias del verano, especialmente de días de mucho calor y tienen ocurrencia a partir del mediodía. Pueden darse también al final de la primavera o incluso al comienzo del otoño. Para su formación es clave el fuerte gradiente de temperatura y de presión existente entre el Cantábrico oriental y el occidental. Una zona de bajas presionas sobre el norte peninsular favorece la presencia de aire cálido que es sustituido rápidamente por aire más frío y húmedo de origen marítimo, es decir de componente noroeste. La galerna puede durar aproximadamente una hora cubriendo el cielo de estratos y bruma, dejando rachas de viento de entre 50 y hasta 90 km/h, fuerte marejada en el estado de la mar con olas de más de dos metros de altura y provocando un desplome en los termómetros.

Dentro de las galernas típicas podemos encontrar dos tipos de situaciones sinópticas. Una desencadenada por un pantano barométrico y otra por un flujo suave de componente este. Las segundas pueden considerarse más peligrosas debido a que el constante viento del este anularía la aparición de brisas durante el día, dándole un carácter aún más súbito al fenómeno.

¿Son exclusivas del Cantábrico?

En la formación de las galernas es fundamental la presencia de una barrera orográfica que sea paralela a la costa y que esté cerca, en este caso la Cordillera Cantábrica. En otras partes del mundo, con unas características orográficas parecidas, el fenómeno de las galernas ocurre de forma similar. El viento pampero en Argentina es un ejemplo de cambio súbito en la dirección del viento provocando unas consecuencias similares. También hay reportes de fenómenos parecidos en Australia o en California.

Las galernas más destructivas

Los avances en las previsiones meteorológicas, los sistemas de detección y los sistemas de aviso han conseguido que las consecuencias de las galernas no tengan hoy en día el cariz que tenían en el pasado.

El pintor William Turner reflejó en su cuadro "Barcos holandeses en una galerna" este fenómeno meteorológico.
El pintor William Turner reflejó en su cuadro "Barcos holandeses en una galerna" este fenómeno meteorológico.

Famosa fue la galerna del 20 de abril de 1878 en la que fallecieron más de 300 personas entre pescadores procedentes de Cantabria y País Vasco. La más mortífera de la que se tienen registros. No le sigue muy de lejos la reportada el 12 de agosto de 1912. Se hundieron 15 embarcaciones y perdieron la vida 143 personas. Fue una ciclogénesis explosiva la que dio lugar en aquella ocasión a la galerna. Estaba pronosticada pero se dice que la comunicación falló y aunque se avisó desde Finisterre del cambio de tiempo, la información no llegó a las cofradías de pescadores de Vizcaya. El resto de pescadores del Cantábrico estaban avisado y no salieron aquel día a faenar, pero los de Bermeo sí lo hicieron. Por ello, la mayor parte de los fallecidos eran de la localidad vizcaína de Bermeo.

Tal fue la magnitud de esta catástrofe que ha quedado registrada en la historia a través de artículos, libros e incluso documentales.