La ropa inteligente desarrollada por la NASA que usan los ciclistas del Tour de Francia para combatir el calor extremo

Un tejido desarrollado por la NASA revoluciona el ciclismo del Tour de Francia, mejorando cómo los atletas se enfrentan al calor y el rendimiento. Ahora forma parte clave de sus maillots.

Tour de Francia
Los maillots de los ciclistas del Tour de Francia utilizan un tejido creado por la NASA que regula la temperatura del cuerpo en días de calor o frío. Imagen: letour.fr

Mientras el pelotón de ciclistas del Tour de Francia atraviesa kilómetros y kilómetros entre laderas y valles, enfrentándose a lluvias heladas y al sol abrasador, lo último en tecnología no siempre está en la bicicleta: muchas veces, está en la ropa. Hoy en día, un material originado en la investigación espacial está dando de qué hablar en el ciclismo profesional, demostrando que la innovación puede viajar del espacio al asfalto.

No se trata simplemente de aerodinámica o de estilo. Lo que los ciclistas llevan puesto es esencial para soportar las condiciones cambiantes de las etapas más exigentes. Ahí entra en escena un tejido inteligente que, aunque nunca llegó al espacio exterior, nació en laboratorios pensados para ello.

De las misiones espaciales al Tour de Francia

Durante los años ochenta, un grupo de investigadores recibió el respaldo de la NASA para encontrar una solución al control térmico en los trajes espaciales. El reto: mantener la temperatura corporal estable en un entorno sin atmósfera, donde el calor y el frío extremos son la norma.

El resultado fue un avance de lo más curioso: sustancias que, al pasar de sólido a líquido y viceversa, pueden absorber o liberar energía térmica. Este fenómeno, conocido como cambio de fase, fue el punto de partida para crear un textil capaz de regular el calor corporal de forma dinámica. El material fue encapsulado en microcápsulas y distribuido en tejidos comunes, dando paso a una tecnología que hoy conocemos como Outlast.

Aunque esta solución no llegó a desarrollarse en los guantes espaciales que se tenían en mente, terminó por encontrar su camino en productos mucho más cercanos al día a día: ropa para dormir, sillas ergonómicas y ahora, prendas deportivas de alto rendimiento.

Ekoï: ciclismo de alto nivel con ADN tecnológico

En el sur de Francia, la firma Ekoï ha hecho de la innovación su bandera. Desde su sede en Fréjus, diseña ropa y accesorios pensando en quienes compiten al más alto nivel. Fue precisamente en una feria internacional en Múnich donde su equipo descubrió el tejido Outlast y supo que tenía entre manos algo fuera de lo común.

Una imagen de un astronauta, grande y llamativa, fue suficiente para despertar su curiosidad. “Cuando mencionas la NASA, siempre impresiona”, admiten desde la compañía. Pero no se dejaron llevar sólo por el efecto sorpresa. Lo que realmente los convenció fue el potencial técnico del material: adaptarse al entorno para mantener el confort del ciclista, sin importar si estaba subiendo un puerto o bajando a toda velocidad por una ladera.

En julio de 2022, y coincidiendo con el Tour de France, Ekoï lanzó su primera colección con esta tecnología. El resultado fue inmediato. En las etapas de montaña, donde la temperatura puede variar drásticamente en cuestión de minutos, los maillots elaborados con Outlast ofrecieron una ventaja tangible: menos necesidad de abrir cremalleras o cambiar de capa, y más centrarse en pedalear.

Aerodinámica, confort y estrategia para el ciclismo

El ciclismo moderno no se gana sólo con unas piernas fuertes. Cada detalle cuenta, desde el tipo de neumático hasta cómo fluye el aire sobre la superficie del cuerpo. En ese sentido, la ropa juega un papel fundamental. Los tejidos Outlast permitieron a los ciclistas mantener sus jerseys cerrados incluso en tramos calurosos, mejorando la aerodinámica y ahorrando una energía muy valiosa.

Actualmente, Ekoï ofrece maillots, calcetines y guantes con esta tecnología, y ya trabaja en nuevas aplicaciones como cascos con acolchado térmico. La sinergia entre el feedback de los atletas y la experimentación técnica es el motor que impulsa a la marca.

Tecnología que inspira más allá del deporte

Aunque Outlast nació como una solución para los astronautas, su impacto ha sido mucho más terrestre. El tejido ha sido incorporado en una enorme variedad de productos para uso cotidiano. Pero en el ciclismo profesional encontró un terreno fértil: un lugar donde el rendimiento y la tecnología se encuentran sin concesiones.

Los consumidores, además, responden a este tipo de herencia. Saber que un maillot incorpora un innovador tejido que alguna vez fue respaldado por la NASA no sólo suena bien. También ofrece una garantía de que hay ciencia detrás de cada puntada.