La lluvia en el cine

Muchas de las escenas cinematográficas que recordamos tienen a algún elemento meteorológico como protagonista. La lluvia aparece en algunas de las escenas más conocidas de la historia del cine, como la de Gene Kelly en "Cantando bajo la lluvia" o el monólogo de la parte final de "Blade Runner".

Cantando bajo la lluvia
Gene Kelly en la mítica escena de “Cantando bajo la lluvia” (1952). © Metro-Goldwyn-Mayer (MGM)

Son días de cine en casa y también de series de televisión. Tanto Netflix como otras plataformas echan humo estos días de confinamiento por el coronavirus. Su oferta de películas es enorme y entre todas ellas no faltan las escenas en que la meteorología es la protagonista, hasta el punto de que han pasado a la historia del cine en gran medida por dicha circunstancia. En la mayoría de los casos, el director de la película introduce un determinado elemento meteorológico con toda la intención para reforzar la escena, logrando, en algunos casos, que se convierta en el principal recuerdo e imagen icónica del largometraje.

Cantando bajo la lluvia

En la presente entrada nos centraremos únicamente en la lluvia y en tres películas que no se pueden entender sin su presencia. Al igual que tenemos recuerdos de nuestra vida que relacionamos con un día lluvioso, ocurre en el cine con determinadas escenas. Seguramente, la escena cinematográfica de la lluvia por excelencia es la del baile de Gene Kelly en “Cantando bajo la lluvia”; película dirigida por Stanley Donen y estrenada en 1952. La felicidad que transmite al espectador Gene Kelly cantando, bailando y chapoteando bajo un intenso aguacero, es uno de los momentos más memorables de la historia del cine.

Como pasa con el rodaje de muchas famosas escenas del cine, en esta no faltan las anécdotas. Según parece, el día en que tenía que grabarse la escena, y estaba ya todo listo en el estudio de la Metro, Gene Kelly llegó con fiebre muy alta y un catarro impresionante. Ante este panorama, Stanley Donan le propuso grabar la escena sin lluvia, para evitar que la salud del actor empeorara, pero Gene Kelly se negó y finalmente se rodó la famosa escena de “Cantando bajo la lluvia”.

Una épica batalla pasada por agua

Demos ahora un salto en el tiempo y también de género cinematográfico. Una de las películas donde la lluvia contribuye a engrandecer todavía más los hechos históricos que se narran en ella es “Bravehearth”, dirigida y protagonizada por Mel Gibson, estrenada en 1995 y ganadora de cinco Óscars, entre ellos el de Mejor Película y Mejor Director. Las imágenes de las épicas batallas entre los escoceses –liderados por William Wallace (interpretado por Mel Gibson)- y los ingleses, en verdes y embarrados prados donde llueve un día sí y otro también, forman ya parte del imaginario popular del género bélico.

Bravehearth
Escena de una de las épicas batallas de la película “Braveheart” (1995). © Paramount Pictures

Aunque la historia que narra la película se localiza en Escocia, la mayor parte de los exteriores se filmaron en Irlanda, en lugares como County Kildare y Curragh, donde se rodó la histórica batalla de Stirling, ocurrida el 11 de septiembre de 1297 en las cercanías de ese castillo escocés, y que fue una de las principales victorias de los escoceses a los ingleses durante la Primera Guerra de la Independencia de Escocia.

Mel Gibson y su equipo buscaron exteriores en Irlanda donde era probable que lloviera algunos días durante el rodaje, pero la persistencia y la intensidad de la lluvia les pilló fuera de juego, convirtiéndose en un importante contratiempo. Lo que tenían que haber sido unas cuantas semanas de rodaje se alargó hasta los seis meses. Eso sí, tantos días lloviendo tanto dio como resultado unas imágenes de batalla impactantes, que no habrían sido tan épicas sin tanta agua y barro.

Como lágrimas en la lluvia

En la tercera película que vamos a comentar en esta entrada, la lluvia contribuye a crear una atmósfera futurista muy especial desde las primeras escenas. Cambiamos radicalmente de género cinematográfico y nos vamos ahora a la ciencia ficción. En 1982 se estrena “Blade Runner”, dirigida por Ridley Scott y cuyo protagonista principal es Harrison Ford, que interpreta a un policía especial llamado Rick Deckard, cuya principal misión es identificar a los llamados “replicantes” y tratar de eliminarlos. Se trata, sin lugar a dudas, de una película de culto, que en su parte final brinda al espectador una de las escenas más emocionantes y recordadas de la historia del cine; una escena grabada bajo una intensa lluvia.

Escena final de Blade Runner
El replicante Roy Batty durante el monólogo final de la película “Blade Runner” (1982), en una de las escenas más famosas de la historia del cine. © Warner Bros.

El replicante Roy Batty –interpretado por el actor holandés Rutger Hauer (1944-2019)– tras salvar la vida a Rick Deckard, a punto de precipitarse al vacío desde una azotea, pronuncia las siguientes palabras: “He visto cosas que vosotros jamás creeríais: atacar naves en llamas más allá de Orión; he visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir". La voz grave de Hauer en ese inolvidable monólogo, que en la versión en español pone el recordado Constantino Romero, junto a la música relajante de sintetizador de Vangelis que suena de fondo y la hipnótica lluvia, convierten a esta escena en un momento único de la historia del cine.