El Sol no sale por el este ni se pone por el oeste

Los puntos cardinales por los que sale y se pone el Sol siempre los hemos tenido claros, pero esto no se cumple casi nunca. ¿Por qué?

Vivimos en un planeta maravilloso. Es rico en oxígeno y, gracias a esto, podemos respirar. Además, está a una distancia ideal del Sol: ni nos congelamos de frío ni nos asamos de calor. Parece todo una gran casualidad, ¿verdad?

Hay una peculiaridad que tiene mucho que ver con el título del artículo de hoy: nuestro planeta tiene el eje de rotación inclinado. Exactamente 23,5 grados. Y como todos sabemos, damos vueltas alrededor del Sol en un movimiento que se denomina traslación. La combinación de ambos movimientos hace que nuestra estrella no aparezca ni se oculte cada día por el mismo sitio.

Dos días al año

Solo en los días de equinoccio, tanto el de otoño como el de primavera, sí se cumple. Son dos días de un total de 365, lo que representa que solo un 0,55% de las veces el Sol sale exactamente por el este y se pone por el oeste.

Entonces, ¿por qué punto aparece y desaparece el Sol durante el resto del año? Una vez hemos pasado el equinoccio de otoño, el Sol se desplaza cada día un poco hacia el sur. Pasado el equinoccio de primavera sucede lo contrario: el Sol se mueve cada día un poco hacia el norte.

Cuánto se desplaza cada día

Hay cuatro días especiales que nos marcan los puntos por donde sale el Sol. El día del solsticio de verano el Sol saldrá en su punto más pegado al norte. Para nosotros, lo más a la izquierda mirando hacia el horizonte. En el solsticio de invierno, todo lo contrario. En su punto más pegado al sur. Es decir, a nuestra derecha. Justo en medio de ambos puntos sale el Sol en los dos equinoccios. Ese punto es exactamente el este. Lo mismo sucede con la puesta, pero en este caso, hablando del oeste.

Así que el Sol se va desplazando cada día a la derecha o a la izquierda dependiendo de la época del año. Y lo hace hasta sus dos extremos, que marcan la llegada del invierno y del verano respectivamente. Pero el desplazamiento diario no es constante.

Cuando se encuentra cerca de los extremos, de un día a otro sale casi desde el mismo lugar. En cambio, en la parte central, justo cuando sale por el este, se desplaza mucho de un día a otro. Como ejemplo, la fotografía que figura al principio del artículo. Es una superposición de dos imágenes tomadas en dos días consecutivos cercanos al equinoccio de otoño. Tal y como se observa, de un día a otro el Sol se ha desplazado casi un diámetro entero.