Las 8 fases de la luna: una guía sencilla para entenderlas de verdad
La Luna no brilla por sí sola: lo que vemos son reflejos del Sol sobre su superficie. En este artículo te contamos, de manera clara y sencilla, cómo se forman las 8 fases lunares y por qué se repiten en un ciclo.

La Luna es el satélite natural de la Tierra y, aunque la observamos todas las noches, pocas veces nos detenemos a pensar en su movimiento. Este cuerpo celeste gira sobre sí mismo y, al mismo tiempo, alrededor de nuestro planeta. Completar una vuelta entera le toma aproximadamente 27 días. Durante este recorrido, la luz que vemos no es propia, sino un reflejo del Sol sobre su superficie.
Lo interesante es que, a medida que la Luna orbita alrededor de la Tierra, parece que cambiara de forma: a veces solo se ve una franja delgada, otras veces la vemos completamente iluminada. A estas variaciones las llamamos fases lunares, y son resultado de la combinación de su movimiento orbital con la posición del Sol.
Entendiendo el ciclo lunar
El ciclo lunar completo dura 29,5 días, lo que se conoce como un mes sinódico. En ese tiempo podemos observar todas las fases, que siempre siguen el mismo orden. Al finalizar, el proceso se repite nuevamente.
Las cuatro fases más conocidas son la Luna nueva, la Luna llena, el cuarto creciente y el cuarto menguante, pero en realidad hay ocho en total, ya que entre cada una de las principales existen fases intermedias.
This video animates images taken by NASA's Moon-orbiting Lunar Reconnaissance Orbiter to show all 12 lunations that appear this year, 2021. A single lunation describes one full cycle of our Moon, including all of its phases [read more: https://t.co/VCrfjMeBDE] pic.twitter.com/7LIAjmUj6K
— Xstream News (@XStream1973) January 11, 2021
Un dato curioso es que las fases no se ven exactamente iguales en todo el mundo. En el hemisferio norte, la luz parece moverse de derecha a izquierda, mientras que en el hemisferio sur ocurre lo contrario: la luz avanza de izquierda a derecha. Así, un mismo día, una persona en México y otra en Chile podrían describir la Luna de manera distinta.
Las 8 fases de la Luna
1. Luna nueva: es el inicio del ciclo. La Luna se encuentra entre la Tierra y el Sol, por lo que la cara que mira hacia nosotros queda en sombras. Desde la superficie terrestre prácticamente no se ve, salvo en eclipses solares.
2. Luna creciente: a los pocos días, un delgado arco comienza a brillar. En el hemisferio norte se ve iluminado el lado derecho, mientras que en el sur es el izquierdo. Suele ser visible tras la puesta de sol.
3. Cuarto creciente: la mitad de la superficie lunar ya está iluminada. En el hemisferio norte brilla la parte derecha y en el sur la izquierda. Puede observarse desde el mediodía hasta la medianoche.

4. Luna gibosa creciente: más de la mitad del disco lunar se ve iluminado. Es la antesala de la Luna llena y alcanza su máxima altura en el cielo al anochecer.
5. Luna llena: la cara visible desde la Tierra está completamente iluminada. Es la fase más espectacular, observable durante toda la noche. En este punto la Luna ha recorrido 180° de su órbita.
6. Luna gibosa menguante: después de la luna llena, la iluminación comienza a disminuir. Todavía se observa gran parte de la superficie, pero poco a poco la luz retrocede.
7. Cuarto menguante: nuevamente, vemos la mitad del disco, aunque ahora la parte iluminada es la contraria al cuarto creciente.En el hemisferio norte brilla la izquierda y en el sur la derecha.
8. Luna menguante o luna vieja: solo queda un delgado arco de luz, visible de madrugada. Marca el cierre del ciclo y prepara el inicio de una nueva Luna nueva.
Al igual que la Tierra, la Luna siempre tiene un lado iluminado por el Sol y otro en oscuridad. Lo que cambia es la porción de ese lado iluminado que podemos observar desde aquí. Esa sencilla dinámica nos regala un calendario natural que ha acompañado a las civilizaciones durante milenios, inspirando calendarios, festividades y hasta creencias populares.
La próxima vez que mires al cielo nocturno y veas la Luna, recuerda que no está cambiando de forma, sino mostrándonos, fase a fase, el resultado de un delicado baile entre la Tierra, la Luna y el Sol.