Abril, experto en llorar (nieve en Madrid) y en reír (33 ºC en Bilbao)

Por si teníamos pocas muestras de las muchas caras de abril añado algunas más, como la nieve en Madrid en 1986, el calor extremo en el País Vasco en 2010 o una nevada extraordinaria en el interior de la Comunidad Valenciana en 2013.

Nieve en Madrid
El 12 de abril de 1986 la nieve cuajó en la ciudad de Madrid (foto del pasado mes de enero, con Filomena).

Este artículo trata de lo extremado que puede ser este mes y con su permiso, voy a iniciarlo con una anotación de uno de mis libros de observación meteorológica de Madrid ciudad; indudablemente no por su valor literario, bastante escaso, más sí por su interés meteorológico. La anotación dice: “Nieva por la noche (lluvia antes) y dura hasta las 10:30. La barandilla de la terraza (octavo piso en las cercanías del río Manzanares, al sur de la ciudad) estaba blanca y todo lo orientado al norte (nieva con fuerte viento). El suelo estaba algo blanco el pasillo y parte del resto de la terraza”. 12 de abril de 1986.

Y para el contraste, esta información realizada por la AEMET el 5 de mayo de 2010 como resumen del mes de abril de ese año: “[...] abril 2010 ha resultado muy cálido, con una temperatura media en torno a 2,0 ºC por encima de su valor medio, que lo sitúa como el tercer mes de abril más cálido de los últimos 40 años”.

Efemérides extremas reseñables

Espero haber llamado plenamente su atención. Algunos datos más de los sucesos meteorológicos más relevantes y más extremados de este mes son:

  • 11 al 12 de abril, 1986: Nevada en Madrid que llega a cuajar, producida durante un abril muy anómalo por lo frío que fue.
  • 28 de abril, 2010: Máximas de 33,1 ºC en el aeropuerto de Bilbao, de 32 ºC en Lasarte (Guipúzcoa), de 29,8 ºC en Ponferrada (León) y de 28,6 ºC en Salamanca. El valor de Bilbao todavía es la máxima absoluta de la serie para el mes de abril.
  • 2013: Nevada en el interior de Castellón que alcanza de 10 a 15 cm de espesor en la zona de Villafranca del Cid (1.125 m de altitud) y de Castellfort (1.180 m de altitud).

¿Qué pasó en 1986 para ser tan frío?

Voy a centrarme en esa primera efeméride. En la página 106 del Calendario Meteorológico de 1987, en el análisis por meses, nos encontramos con la siguiente anotación en el mes de abril de 1986: “[...] refiriéndonos a valores medios termométricos, el mes resultó muy frío, tanto que no hay precedentes de temperaturas medias tan bajas en los registros de la mayor parte de los observatorios españoles, algunos de ellos existentes desde 1869”.

Reanálisis a 850 hPa de los días 10 al 13 de abril de 1986 a las 12 Z.
Reanálisis a 850 hPa de los días 10 al 13 de abril de 1986 a las 12 Z. Fuente: Wetterzentrale.de

Tal es así que todavía entre las efemérides de la AEMET hay 15 observatorios provinciales con la temperatura mínima absoluta más baja para un mes de abril en el año 1986, la mayoría en la noche del día 13, muy repartidos por la geografía peninsular, por ejemplo como muestra: Huelva -ronda Este-, San Sebastián -Igueldo-, Badajoz o Alicante. La temperatura media de las mínimas fue inferior a cero grados en los observatorios de Ávila, Soria y en los aeródromos de Burgos y Valladolid. Nevó en numerosos puntos, tanto del norte como del sur de la Península Ibérica, destacando Burgos y Soria con 11 días o incluso Ciudad Real con 2. Heló 17 días en Ávila e incluso un día en Palma de Mallorca.

La causa principal del mantenimiento de las condiciones invernales fue debida a una gran variabilidad atmosférica, con una circulación general muy ondulada, que permitió el paso, casi continuo a las depresiones que afectaron a la Península Ibérica, acompañadas de irrupciones frías de componente norte, lo que mantuvo abundante nubosidad que limitó la acción del Sol. Podemos considerar que solo las dos últimas jornadas del mes son claramente anticiclónicas en todas las regiones, nada habitual en esta época del año.

¡Qué noche la de aquél día!

El episodio meteorológico más notable ocurrió entre los días 10 y el 13. Un anticiclón muy potente al sur de Islandia, colocó una masa de aire polar en Escandinavia y con la existencia de una borrasca en el norte de Italia. Esta situación hizo que el aire frío del norte de Europa se desplazase hacia el sur velozmente; a unos 1.500 metros de altitud la isoterma de 0º llegó el día 10 al área cantábrica, el 11 casi al sistema Central, el 12 ya abarcó toda la Península, salvo el extremo sureste, y el 13 empezó su retirada. El núcleo más frío, con -5 ºC alcanzó el tercio norte peninsular el día 12.

Mapas publicados en el Boletín Meteorológico Diario del 13 de abril de 1986. De arriba a la izquierda abajo a la derecha los mapas de Superficie, 850, 500 y 300 HPa, correspondientes todos al día 12.
Mapas publicados en el Boletín Meteorológico Diario del 13 de abril de 1986. De arriba a la izquierda abajo a la derecha los mapas de Superficie, 850, 500 y 300 HPa, correspondientes todos al día 12, momento de la máxima penetración de la irrupción fría. Fuente: AEMET.

Toda esta inestabilidad provocó precipitaciones casi generalizadas, siendo lo más llamativo que fueron en forma de nieve durante la noche del 11 al 12 en alturas bajas para el mes de abril, nevando en muchas capitales de provincia entre las que destacan, por lo extraño del suceso, Madrid, Toledo, Oviedo o incluso en San Sebastián/Igueldo. Posteriormente, con el paso de este último frente, el cielo despejó y las temperaturas mínimas en la noche del día 13 fueron de récord, destacando, sobre todos los valores, los -8,6 ºC en Ávila, pero sin olvidar los -4,6 ºC en Lugo o los -0,4 ºC en San Sebastián/Igueldo.

Finalizo con dos pinceladas curiosas. Una hace mención a que el día 14 de abril fue la Luna llena ese año y uno de los refranes nos dice: “La luna de abril, trae daños mil”. Y la otra nos traslada a tierras lejanas, a Bangladesh, donde está registrada la piedra más grande de granizo, con 1,02 kg de peso y que cayó en una tormenta el día 14 de abril de 1986. Curioso, ¿verdad?