Suplementos nutricionales para el otoño: ¿necesidad o estafa?

Menos horas de luz, la vuelta a la rutina, llega el frío y nuestro estado de ánimo decae, e incluso notamos irritabilidad. Es frecuente que escuchemos hablar sobre la necesidad de suplementos nutricionales de vitaminas, ¿son realmente imprescindibles?

Suplemento vitaminas otoño
Llega el otoño, el frío, se reducen las horas de luz y aumenta la publicidad de suplementos.

Yo qué sé, toma vitaminas. Esta es la respuesta que obtenemos cuando decimos que en otoño estamos más cansados. Antes de empezar deberíamos saber qué cantidad de cada una de las vitaminas necesitamos diariamente. Para tener una referencia, utilizamos la cantidad diaria recomendada que es la cantidad que un adulto sano debería consumir cada día.

Es algo muy estandarizado que incluso está regulado por la legislación. Por eso en los envases de alimentos, siempre que esté por encima de un 15% de esa cantidad, veréis un asterisco indicado cuánto aporta el producto.

La pena es que los plátanos y los pimientos no lleven esas etiquetas… Seremos claros: con los alimentos que consumimos diariamente (salvo enfermedad como malabsorción, celiaquía…) tenemos nuestras necesidades de vitaminas cubiertas. Ya está, así es. Podríamos acabar aquí. No necesitamos suplementos salvo en casos concretos, y siempre bajo prescripción médica.

Pero si te faltan vitaminas, tienes enfermedades

Y tanto que sí, más razón que un santo. Por eso hay que llevar una alimentación saludable. Pero que si te faltan vitaminas puedas tener enfermedades no implica que un exceso de vitaminas las prevenga. Y mucho menos que las cure.

Está claro que los botes baratos no son. Más aún cuando no los necesitamos. Pongamos un ejemplo: cuando el coche se queda sin gasolina no arranca. Cuando nuestro cuerpo no tiene vitaminas, enferma. Vamos a la gasolina y echamos gasolina. Comemos alimentos. Hasta aquí bien. Necesitamos vitaminas (entre otros macro y micronutrientes).

gasolina
El coche sin gasolina no arranca, nosotros sin vitaminas tampoco. Pero agregue más gasolina a un depósito lleno, no hace que el coche corra más.

Llenemos el depósito, pero, por si acaso, vamos a echar más gasolina. No entra, empieza a derramarse, estamos tirando el dinero y poniéndonos en riesgo. Bien, pues esto estamos haciendo cuando tomamos suplementos sin prescripción médica. Porque los suplementos son necesarios cuando lo son. Ni antes porque no previenen, ni de forma habitual.

“Si sólo son vitaminas”

Existen dos tipos de vitaminas, las vitaminas hidrosolubles (Complejo B-B1, B2, B3 B5, B8, B12, ácido fólico- y la vitamina C) estas vitaminas no se acumulan demasiado y se eliminan por la orina. Aunque, en algunos casos, hasta que se eliminan, podemos notar algunos efectos secundarios, como temblores o taquicardias con el Complejo B.

En el caso de las vitaminas liposolubles ( A, D, E y K) la cosa cambia, se acumulan en los tejidos y tardan más en eliminarse.

Efectos adversos de las vitaminas

Las posibilidades de sufrir un efecto adverso por elevado consumo de vitaminas son bajísimas si lo hacemos de forma puntual, pero una alta cantidad durante bastante tiempo sí puede llevar, por ejemplo, a sufrir cálculos renales por exceso de vitamina C o hipercalcemia (acumulación de calcio). en la sangre) y problemas óseos y renales por exceso de vitamina D (cuando se ingiere en suplementos, no cuando se obtiene del sol).

Con un consumo habitual de frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, huevo, leche, pescado y algún día de carne, tenemos más que sobra todas las necesidades cubiertas tanto en vitaminas como en minerales como en otros macronutrientes que necesitamos.

Pero el mundo de los suplementos no se queda en las vitaminas y minerales, algunos suplementos como los de omega 3, se han vendido durante años (y siguen funcionando) como que “ayuda a cuidar el corazón”.

Actualmente, lo más eficaz que podemos hacer con las enfermedades cardiovasculares es prevenirlas, porque curarlas… es difícil.

Lamentablemente no se ha demostrado, a día de hoy, que los suplementos en cápsulas de omega 3 tengan alguna evidencia de que prevenga cardiopatías ni que las mejore. Incluso en algunos casos las empeora, pudiendo estar relacionado más con “como ya me tomo la pastilla, me hincho a comer chorizo”.

El mejor complemento para el otoño: el abrigo

Debemos empezar a disfrutar más de alimentos en vez de complementos , de paseos en vez de pastillas de vitamina D, de buenos hábitos en vez de esperar a que una píldora nos ayude a aprobar un examen o que te levante el ánimo en otoño.

champiñones
La evidencia es clara: más alimentos, menos suplementos

El otoño es otoño y sí, hay menos luz y sí, hace frío y sí, cambian la hora. También estamos unos días más apagados. Eso va a pasar queramos o no, gastemos el dinero en pastillas o no. No dudemos ni un momento, si tomamos los suplementos, nos encontraremos mejor después de un tiempo. Casualmente el mismo tiempo que si no las hubiéramos tomado.

Necesitamos suplementos cuando los necesitemos, están para eso. Necesitamos medicamentos cuando los necesitemos, están para eso. Y necesitamos alimentos de los que obtenemos vitaminas, minerales y otros macronutrientes. Alimentos, no productos.

Pero sobre todo y lo más importante, necesitamos tomar decisiones libres basadas en la evidencia y, a día de hoy la evidencia es clara: más alimentos, menos suplementos.