Qué es el calentamiento súbito estratosférico, el fenómeno que puede cambiar el invierno

Lo que ocurre en la estratosfera puede a veces tener grandes implicaciones en el tiempo que experimentamos en superficie. En el arranque del invierno, es importante vigilar de cerca los efectos de los calentamientos súbitos estratosféricos.

calentamiento súbito estratosférico
Los calentamientos súbitos estratosféricos se han asociado en ocasiones con una mayor recurrencia de grandes irrupciones árticas en EE. UU., Europa y Asia.

Cada invierno, los calentamientos súbitos saltan a la actualidad meteorológica porque son fenómenos que pueden tener gran repercusión en latitudes medias. Estos fenómenos, que resultan de una compleja interacción entre la troposfera y la estratosfera, en ocasiones pueden desembocar en intensas olas de frío que producen un gran impacto y atención mediática.

¿Qué es un calentamiento súbito estratosférico (CSE) y cómo se forma?

Los calentamiento súbitos estratosféricos son de gran relevancia porque en ocasiones desencadenan irrupciones de aire frío hacia latitudes medias con un recrudecimiento de las condiciones invernales en estas zonas.

Un calentamiento súbito estratosférico (CSE) es, como indica la propia palabra, un rápido aumento de temperatura en la estratosfera, una capa de la atmósfera situada entre los 10 y 50 km, inmediatamente por encima de la troposfera.

Para que se produzca el CSE, debe haber una movilización de aire cálido en sentido vertical, desde la superficie hasta la estratosfera. Esto puede ocurrir cuando el viento interacciona con un sistema montañoso como los Alpes o las montañas rocosas en EE. UU. En estos casos, se forma una onda planetaria que se extiende verticalmente, produciendo un ascenso de temperatura en la estratosfera.

La importancia del vórtice polar

Para entender la relación entre los CSE y la mayor recurrencia de olas de frío en latitudes medias, hay que analizar otra pieza fundamental en la ecuación atmosférica: el vórtice polar.

Con la llegada del invierno al hemisferio norte, las latitudes polares reciben muy poca radiación solar, con oscuridad permanente en algunas zonas. Como resultado, las temperaturas caen en picado y se forma una profunda área de bajas presiones en la estratosfera, denominada vórtice polar. En esta zona de bajas presiones, los vientos giran en el sentido contrario a las agujas del reloj.

En condiciones normales, los fuertes vientos que rodean el vórtice polar, contienen el aire frío cerca de los polos. Cuando ocurre un CSE, el vórtice polar se desestabiliza y empieza a cambiar. El vórtice puede entonces variar de latitud o incluso dividirse en dos partes (bilocación). El aire frío contenido en los polos es entonces liberado hacia latitudes más bajas, produciéndose intensas olas de frío.

Los calentamiento súbitos estratosféricos y el tiempo en España

Es importante señalar que en meteorología, uno más uno no siempre es igual a dos. La ocurrencia de un CSE no implica automáticamente la llegada de una ola de frío a nuestro país. Algunos no producen alteraciones importantes al nivel del chorro polar en la troposfera y las irrupciones de aire frío pueden darse en Asia o América del Norte, sin afectar a Europa.

Dicho esto, en aquellos años en los que se produce un calentamiento súbito estratosférico intenso en invierno, la probabilidad de ocurrencia de lluvias abundantes y frío en España aumentan. En el invierno de 2009-2010, se registró en nuestro territorio un aumento de las precipitaciones en más de un 40%.

En EE. UU., algunas olas de frío extremas han ido relacionadas con un CSE. Es el caso de los años 1977, 1982, 1985, 1989 y 2014. Del 2 al 11 de enero de 2014, una irrupción ártica produjo 21 muertos y 5000 millones de dólares en pérdidas. En Chicago las temperaturas tocaron fondo con -26 ºC y sensaciones térmicas de -50 ºC. La nieve llegó hasta Texas y se reportaron hasta 4 metros de nieve en Michigan.