Aviso del clima extremo: un iceberg tres veces más grande que Madrid

Las temperaturas extremas y las consecuencias del calentamiento global provocan colapsos en las plataformas de hielo en la Antártida. Algunos daban por sentado que el cambio climático no estaba pasando mucha factura al polo sur, nada más lejos de la realidad.

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Las temperaturas extremas post-verano y los episodios de lluvia provocan colapsos en las plataformas de hielo en la Antártida

El cambio climático continúa haciendo de las suyas. Durante la tercera semana de marzo, las estaciones de investigación en la Antártida Oriental registraron temperaturas de hasta 40 ºC por encima del promedio del mes. ¿Consecuencias? Desprendimientos y mucho más.

Temperaturas altas y lluvias en la Antártida

La estación rusa Vostok, en medio de la meseta de hielo de la Antártida, registró temperaturas extremas el pasado mes de marzo. Se rompió el récord anterior de los -32 ºC con un valor anómalo de -17,7 ºC. Todo ello después de un episodio inusual de lluvias.

La Península Antártica se encuentra entre las regiones del planeta que más rápido se calientan y que más cambios genera a lo largo del año. Por ejemplo, después del verano la extensión de hielo del mar Antártico alcanzó su extensión mínima y en los últimos 50 años su temperatura media subió 3 ºC.

Según declararon científicos de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), a través de la web de Naciones Unidas, las lluvias son demasiado raras en la Antártida, pero cuando ocurren, tienen consecuencias graves en la fauna y en el ecosistema de hielo. La OMM, en el mismo comunicado del 1 de abril, avisó de que el "clima extremo" cada vez pasa más factura a aquel gigante que se creía dormido y estable, pero que con el tiempo evidencia más anomalías en las temperaturas y cambios en la plataforma de hielo.

Icebergs gigantes que se desprenden de la Antártida

Gracias a diversos satélites que no paran de tomar fotos y vídeos de nuestro planeta, se ha podido comprobar que la plataforma de hielo Brunt corre peligro desde hace varios años. Ahora, hablamos de una superficie de 150 metros de espesor de hielo y de 1500 kilómetros cuadrados, que corresponde a casi tres veces el tamaño de la ciudad de Madrid. Todo eso podría desprenderse y dar como resultado un enorme iceberg a la deriva.

El hielo marino alrededor de la Antártida comenzó a crecer después de alcanzar la extensión más baja jamás observada en el registro satelital a finales de febrero del 2022. Pero este crecimiento tiene matices, ya que por la Antártida Occidental, en Land Glacier, un área de hielo marino se rompió tras su nueva formación en marzo.

Es posible que el rápido derretimiento del hielo fijo entre febrero y marzo hayan contribuido a la ruptura y al desprendimiento final de la lengua del hielo. De momento, con el vaivén de las próximas temporadas de invierno y verano, los científicos estudiarán qué pasa en los glaciares, icebergs y hielo marino.

Más problemas derivados

Según el Panel Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático (IPCC), las capas de hielo de Groenlandia y la Antártida han estado perdiendo masa desde al menos 1990, con la tasa más alta de pérdida durante esta última década. A consecuencia de este derretimiento, el nivel del mar aumenta.

La capa de hielo de la Antártida tiene un grosor de hasta 4,8 kilómetros y contiene el 90 % del agua dulce del mundo, suficiente como para elevar el nivel del mar en unos 60 metros, en caso de que se derritiera. De momento, la tasa de aumento del nivel del mar global ha aumentado desde que comenzaron las mediciones del altímetro satelital en 1993, alcanzando su récord en 2021.