Primavera astronómica y primavera meteorológica: ¿en qué se diferencian?

Existen dos modos perfectamente válidos para calcular la fecha de inicio de la primavera. Según uno de ellos, la nueva estación comenzará el próximo 20 de marzo. Si nos guiamos por el otro, ¡la primavera ya está aquí!

Primavera meteorológica
Desde el punto de vista climático, la primavera comienza antes de que llegue el equinoccio.

Según el Instituto Geográfico Nacional, la primavera (astronómica) del 2024 comenzará en el hemisferio norte a las 4 horas y 6 minutos del día 20 de marzo (hora peninsular en España).

Para entonces, la otra primavera, la meteorológica, ya habrá comenzado. Lo hace precisamente hoy, el primer día de marzo. Las dos son válidas, pero la duración en cada caso está determinada por distintos condicionantes que hacen que las fechas varíen sustancialmente.

Una depende de un fenómeno astronómico que se produce dos veces al año. La otra, del procesamiento de datos y el estudio exhaustivo de las condiciones climáticas que se producen en nuestro planeta. Y no coinciden exactamente: Vamos a conocer más en profundidad sus diferencias.

El equinoccio como pistoletazo de salida

Alrededor del 20 o 21 de marzo en el hemisferio norte y del 22 o 23 de septiembre en el hemisferio sur, tiene lugar el equinoccio de primavera. Se trata de un evento astronómico en el que el día y la noche tienen aproximadamente la misma duración en todas las partes del mundo.

La causa es la inclinación del eje de la Tierra en relación con su órbita alrededor del Sol, que hace que los rayos solares inciden de manera uniforme sobre los dos hemisferios terrestres. El resultado es una igual distribución de luz y oscuridad.

Después del equinoccio de primavera, en el hemisferio norte, los días comienzan a ser más largos y las temperaturas tienden a aumentar, lo que marca el inicio de la primavera. Por el contrario, en el hemisferio sur, da comienzo el otoño, con sus días más cortos y las temperaturas más frescas.

Sin fecha fija para el comienzo de la primavera

Debido a la complejidad de las órbitas planetarias y al hecho de que el año no es exactamente divisible por un número entero de días (un año solar tiene aproximadamente 365,2425 días), la fecha del equinoccio de primavera puede variar ligeramente de un año a otro.

Es decir, si nos basáramos en el calendario civil, cada año empezaría a desfasarse gradualmente con respecto a las estaciones. Después de varios años, notaríamos que, por ejemplo, la primavera comenzaría más tarde de lo esperado.

Precisamente para compensar este desajuste, se introdujo el año bisiesto, por el que, cada cuatro años (como en este 2024), se añade un día extra al calendario: el 29 de febrero. De este modo, se corrige gradualmente la disonancia entre el calendario solar (el tiempo real que tarda la Tierra en orbitar alrededor del Sol) y el que usamos en nuestra vida cotidiana.

Una curiosidad: el ciclo de años bisiestos se sigue de acuerdo con una regla. Un año es bisiesto si es divisible por 4, excepto en los casos de años que son múltiplos de 100 pero no de 400. Por ejemplo, el año 2000 fue bisiesto porque es divisible por 400, pero el año 1900 no lo fue porque es divisible por 100 pero no por 400.

Mandan los patrones climáticos y las condiciones atmosféricas

A diferencia de la primavera astronómica, que, como hemos visto, se define en función de los movimientos de la Tierra alrededor del Sol, la meteorológica tiene en cuenta los patrones climáticos y las condiciones meteorológicas.

Es decir, se basa en el análisis de datos climáticos históricos y en las características típicas de la temporada, como el aumento de las temperaturas, la floración de las plantas o el derretimiento de la nieve.

Desde ese punto de vista, la primavera meteorológica proporciona una forma más coherente y conveniente de dividir el año desde el punto de vista del clima y del seguimiento de las estaciones.

En el hemisferio norte, la primavera meteorológica abarca los meses de marzo, abril y mayo; en el sur, los de septiembre, octubre y noviembre.

Al estar determinada por las condiciones atmosféricas, su comienzo real puede variar cada año. A mediados de marzo, los expertos ya pueden confirmar cuándo ha dado comienzo la primavera ese año, tras analizar si las características meteorológicas han sido las propicias, y a pesar de que es común que sea una época de contrastes en el tiempo.

Floración de amapolas en primavera en el castillo de Caudilla, en la provincia de Toledo. es

En 2023 la primavera meteorológica tuvo un carácter inusualmente cálido, con una temperatura media en la España peninsular de 14,2 °C, lo que supuso 1,8 °C superior al periodo de referencia 1991-2020. Para saber qué nos depara la de 2024, ya no tendremos que esperar mucho.